Jubilados, millonarios, excéntricos y chimpancés 5w6l6

Hola, bienvenidos y bienvenidas a una nueva edición de Zumo de Unicornio, un programa que hacemos en colaboración con la Universidad Popular de Albacete y que hago junto a Juan Magómez y Alberto Tenebro, dos mentes privilegiadas, dos genios de las ondas, pero por encima de todo dos colegas. Me encantaría decir que somos como los tres mosqueteros, los hermanos Marx o los Billis, pero, si de tríos va la cosa, me temo que somos más como las Ketchup, la Trinca o las Kardashian. Zumo de Unicornio, un podcast en el que divagamos, deambulamos, articulamos y destripamos. Los temas y las secciones irán y vendrán como boomerangs.

Aquí no hay guión, esto es puente y sin cuerdas. Ese es el espíritu, ese es el camino de baldosas amarillas. Zumo de Unicornio, un concierto de free jazz sin instrumentos.

Quedarse encerrado en un ascensor con un grupo de neuróticos. Una conversación con gente obsesionada con la muerte y la ensaladilla. Todo esto y mucho más es Zumo de Unicornio, así que empezamos. Bienvenidos al programa 5. ¿Qué le iba a decir? Bienvenidos al programa 2.526. ¿Qué le iba a decir? ¿Qué le iba a decir? Usted no sabe ni ganar, ¿eh? No, no, no. Ni aspiramos, por Dios. No somos los Jordi Hurtado. Saber poco, ganar menos. O sea, que vamos a saber poco y ganar menos. Ojalá fuera al revés.

Ganar mucho y saber. Ganar algo, ¿no? Ganar, ganar algo. Bueno, pues nada. Hola, ¿qué tal, chicos? ¿Cómo estáis? Muy bien. Estupendamente. Siempre estamos estupendamente, como dijimos en el clickhanger del programa número 4, y vamos a hablar de jubilados y ancianos, ¿no? Dos de los temas favoritos de Alberto. ¿Sinectud? Porque te acercas al final de la vida. ¿Y qué harías si fueras un jubilado? Jubilado, te voy a recordar que viene de júbilo. Es el que está especialmente contento. Sí, sí, en verdad. ¿Te puedes creer que nunca lo había pensado? Un poco la etimología de la palabra. Sí, sí, sí. Claro, verdad.

Se supone que es la mejor etapa de tu vida, ya que no puedes hacer casi nada. Cuando tu calzado habitual es una zapatilla de paño a cuadros. O unas sketches. Cuando agacharte a coger un bolígrafo es un deporte de riesgo. Cuando los informes, cuando sales del médico con caras largas. Cuando no sabes si vas en la última visita. Cada vez que vas al médico.

Y ese es el mejor momento. Además, hablas con gente que a lo mejor tiene 40, 40 y pico y te dice, tengo una gana de jubilarme y los viajecitos al insurso y cobrar mi paga y por las mañanas, ¿por las mañanas a qué? Misedable. ¿Qué vas a hacer? Pero esa gente, esa gente.

Con 70 años, ¿qué vas a hacer? ¿Qué vas a hacer, hombre? Si te mantienes en forma, unas cuantas cosas, ¿no? Andar, jugar a la petanca. Claro. O sea, es verdad que esto ha cambiado mucho. Lo primero se ha dicho. Sí. Porque, bueno, yo realmente como me dedico profesionalmente a la formación no reglada de personas adultas, estas personas adultas son muy adultas en muchas ocasiones y los hobbies de las nuevas o las actuales generaciones de jubilados van un poco más allá. También de jugar. Más de la petanca. Petanca por internet. Oye, cuidado. Petanca e IA. Apuesto a que existe. Seguramente. Aquí se dan muchas ideas y algunas nos las van a robar. Petanca online me parece brutal. Te imaginas que empezamos a ver lo que triunfa.

La petanca online. Y tú nunca sabrás que había algún ser oscuro escuchando el podcast. Bueno, yo conforme termine el podcast lo que voy a buscar es en el smartphone a ver si hay alguna aplicación de petanca. Petanca online. No me sorprendería nada que hubiese. Que hubiese, ¿no? A lo mejor, búscalo también por botchas, que también es otro nombre.

Claro. Exactamente. Más autóctono. Pero bueno, eso por un lado, ¿no? Yo de lo que tengo muchas ganas es de jubilarme. O sea, de cuando me jubile, por ejemplo, ir a Guayín, que es una cosa que... ¿Qué es eso? Pues a Guayín es una cosa que no necesariamente es de jubilados y que le hemos atribuido al jubilado. Y tengo todavía esa cosa de...

Porque cuando los veo ahí haciendo a Guayín es gimnasia en el agua. Pensaba que era echarle agua al gin, Toni. A Guayín, claro. Lo cual no lo entendía. Ahora te entiendas. Era Guayín.