
Infernum Z - Libro 1 - Zona de cuarentena - 001 qh6c
Descripción de Infernum Z - Libro 1 - Zona de cuarentena - 001 1j43r
Zona de Cuarentena es la primera novela de «INFERNUM Z», una extensa serie de novelas largas autoconclusivas que conduce al lector a través de una pandemia apocalíptica y… ¡Bah!, ¡Dejémonos de tanta tontería que esto es España y aquí las cosas se hacen a las bravas! ¿Que llega el apocalipsis zombi? Pues que llegue, pero que lo haga para quedarse porque ya está bien de que cuatro pringados salven al mundo. Esto es España y aquí si hay que matar a alguien, pues oye… se le mata y tan amigos. ¿Qué hay un millón de zombis?, pues pon más que pocos me parecen. ¿Qué los americanos tienen bunkers subterráneos?, pues nosotros tenemos bodegas de vino y castillos a tutiplén. ¿Qué ellos tienen Hummers?, pues nosotros tenemos tractores. ¿Qué ellos tienen tanques?, pues nosotros tenemos cosechadoras. ¿Qué ellos tienen a los Marines?, pues que se los queden, que nosotros tenemos a un montón de unidades con muy mala uva, así que más les vale a los de The Walking Dead apartarse si no quieren que los españoles les pasemos por encima, porque el fin del mundo ha empezado en España, y para más señas, lo ha hecho en un pueblecito de Salamanca, en el que el más tonto te pega un tiro y después se va al bar a tomarse una cervecita con los amiguetes. Y ahora que ya ha quedado claro el espíritu de la novela, vamos al meollo que hay mucho zombi que reventar, y si llego a casa con la camiseta manchada de sesos, la parienta me canea. Un pueblecito lleno de gente con muy mala baba y una vieja historia sobre un grupo de alemanes y vecinos del pueblo a los que enterraron en vida en el bunker para quedarse con el oro que almacenaban en el subterráneo. Un montón de entrañables y sádicos viejetes que llevan desde entonces avisando de que antes o después regresarían para vengarse. Una auténtica masacre en la que los zombis le cogen el gustillo a eso de comer humanos al natural. El más listo del pueblo que toma las de villadiego y se larga a Alemania infectando medio mundo a su paso. La ONU que decide crear una hermética zona de cuarentena que abarca a gran parte de la meseta central. Los americanos que aprovechan la ocasión para enjaretarnos mil torretas de fuego automático que tenían preparadas para ser instaladas en la frontera con México. ¿Quién estarán más seguros? ¿Los que están fuera de la zona de cuarentena y no quieren entrar o los que están dentro y no pueden salir? Los "Luchadores del Páramo" te están esperando, así que toma tu arma y acompáñalos en esta larga aventura repleta de acción y zombis. Un ilimitado número de zombis con tanta hambre como mala baba tienen los protagonistas. ¡Buena suerte y mucha munición! 3i3d2s
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Inferno zeta libro uno zona de cuarentena capítulo uno la última voluntad seis meses antes el sacher strasse ciento cuarenta y uno basilea suiza despacho del doctor oscar mayer tras deleitarse durante un par de minutos con la hermosa estampa de las barcas de remo surcando el río rin el doctor meyer atravesó el parque cruzó la calle el sachet strasse en la que estaba situado su consulta y cuando apenas había alcanzado el primer escalón del portal marcas dodge y el siempre servicial portero del edificio abrió la puerta de cristal para sujetarse la y con su inconfundible acento italiano le saludó buenos días doctor espero que haya disfrutado de su paseo matutino apr pecando que hoy tenemos un tiempo realmente magnífico hola marco buenos días sí muchas gracias contestó al tiempo que hacía un gesto amable con la mano para saludarle y sin detenerse continuaba caminando en dirección a los ascensores doctor doctor meyer un segundo por fa por si ocurre algo marchó preguntó un tanto incomodado por la demora esto es para usted doctor lo ha traído un mensajero hacía un rato dijo alargándola un grueso y amarillento sobre acolchado por cierto desconocía que tuviese usted procedencia latina as sido para mí una grata sorpresa saber que si le cortó rápidamente mi madre era española añadió mientras revisaba el sobre en busca del remitente aquí no hay ningún dato de quien lo envía murmuró molesto cuando te lo entregaron firmaste algún recibo o algo similar si doctor firme en un papel pero el chico no me dejó ninguna copia porque dijo que era solamente para controlar que efectivamente lo había entregado pues en el futuro hace el favor de no volver a hacer dar nada que venga sin identificar claramente a la persona o entidad que lo envía de acuerdo por supuesto señor meyer yo lo siento mucho de verdad que lo lamento ha sido un fallo imperdonable por mi parte se intentó disculpar al ver la mirada de reproche del doctor no pasa nada no te preocupes di entrando en el ascensor y pulsando el botón de la cuarta planta mientras palpaba con desconfianza el sobre no es que tuviera enemigos pero sospechaba que si alguien enviaba algo de forma anónima o bien era un inepto o bien un malhechor y él un reputado doctor en medicina de intachable conducta y férrea moral no era amigo ni de unos ni de otros en cuanto el ascensor se detuvo meyer cruzó el largo y solitario corredor abrió la puerta de su consulta y tras llegar a su mesa se sentó y extrayendo unas tijeras del cajón superior lo abrió con suma cautela y a partir de ese instante toda su vida todo lo que había pasado para llegar hasta aquel precio so instante cobró un inesperado sentido una hora después sentado frente al ventanal desde el que se podía irar la curva que hacia el río a su paso frente al hospital universitario cogió la botella de ginebra y relleno por tercera vez su delicado vaso de cristal de bohemia él no era un hombre al que le gustara especialmente beber pero en aquel momento necesitaba desesperadamente hacerlo necesitaba emborracharse si quería ser capaz de asimilar todo lo que su padre fallecido hacía poco más de dos meses le revelaba en aquella carta hola hijo mío sé que en estos momentos estarás ofendido y sorber hundido porque no esperabas volver a saber más de mí y aún mucho menos después de mi muerte pero soy un cobarde y nunca podría haberte dicho todo esto a la cara de hecho nunca lo hice y no lo hice porque entre otras cosas tú jamás me habrías escuchado no te creas
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