El Gato al Agua | 16/05/25 73703k

Muy buenas noches señoras, caballeros, bienvenidos al Gato al Agua. Una noticia importantísima de esta semana, de la que usted seguramente apenas habrá oído hablar, salvo que vea el gato al agua, es el varapalo judicial a Ursula von der Pfizer, digo von der Leyen, por sus contratos vacunatorios con Pfizer precisamente. Bueno, en realidad lo que el tribunal le reprocha a doña Ursula es la ocultación.

Ocultación, la verdad, es que es una tomadura de pelo. A usted no le ha pillado de nuevas, porque nos ve. Usted sabe que cuando los famosos contratos, lo que vieron los eurodiputados fueron, en realidad, páginas tachadas, porque las farmacéuticas habían impuesto tales condiciones de privacidad que no era posible saber exactamente en qué se estaba gastando la Unión Europea, que había reivindicado para sí la centralización de la vacunación anticovid, verdad, que es lo que estaba afirmando, digo, con la industria farmacéutica. Bueno, a medida que se van sabiendo cosas, la bola va creciendo. Va creciendo fundamentalmente por ocultación. Nadie dude de que si la contratación hubiera sido limpia, Bruselas no tendría nada que ocultar. Por el contrario, todo se está ocultando. Cada vez que ha ido un eurodiputado, y fueron varios, a contar lo del escándalo de los contratos, rápidamente se cernía sobre el silencio más absoluto, menos aquí y en dos sitios más. Cada vez que iba algún representante de las farmacéuticas al Parlamento Europeo a contar, no, no, nosotros les avisamos de que no habíamos testado los efectos adversos y tal, silencio absoluto, salvo aquí y en dos sitios más, y esto es un paso más.

Bueno, consecuencias desde el punto de vista de la sanidad, uno evidente, nos han estado metiendo, colectivamente hablando, un veneno, y no nos quieren decir qué es lo que pasa con él. Consecuencias de carácter político. La Unión Europea hace tiempo que ya no es una asamblea de democracias y mucho menos en cuanto a su funcionamiento interno. Dice Manuel Todt, aquí lo hemos repetido muchas veces y me parece que es una expresión luminosa, porque es absolutamente correcta, que la Unión Europea ahora mismo es una especie de coalición de oligarquías varias, del mundo energético, del mundo farmacéutico, etcétera, y creo que esto de la vacuna del COVID es una prueba más y además muy de fondo para sustentar esa opinión, y entiendo que nos resulta muy difícil comprenderlo, porque estamos acostumbrados a un mundo en el que había una derecha, una izquierda, un poder político, un poder económico, había ciertamente influencias entre sí, pero las cosas estaban relativamente claras, había puertas giratorias, es decir, que había una puerta, por lo menos, en los mundos eran distintos.

Hemos entrado en una fase en la que ya no hay puertas giratorias, es todo el mismo loft, el mismo espacio, y ahí cohabitan el poder económico, el poder político, el poder mediático y con frecuencia el poder judicial como el mismo poder, y esto es muy difícil de entender con los baremos mentales a los que estamos acostumbrados desde la segunda posguerra mundial. Yo tengo dicho, me perdona usted la autocita, que para entender la circunstancia presente hemos de mirar más bien a la España del último tramo de la restauración, es decir, el poder político es un poder con frecuencia enteramente penetrado por el poder económico y viceversa, son el mismo poder, las decisiones políticas no se toman atendiendo al interés nacional, sino al juego de intereses de los grandes oligarcas, y el país avanza, y en principio mientras avance pues nadie protesta, cuando deja de avanzar ya las cañas se tornan lanzas, y la dinámica de poder es enteramente diferente, y también en aquel momento como ahora, lo último que importa es eso que se llama el interés nacional, los ciudadanos, etcétera, eso se acabó, la soberanía política ya no existe porque el sujeto de la soberanía ya no es el que entendíamos, el estado y los ciudadanos, por eso se ha acabado, estamos en otro mundo, estamos en otro mundo en el que hay un poder, Marcelo Gullo lo llama la oligarquía financiera y transnacional, que funciona por todas partes y en Europa de forma muy acusada.

Bueno, todo esto lo cuento como elemento de análisis, es decir, cuando usted vea lo próximo, no vuelva a pensar ya en si este es más de derechas, más de izquierdas, si está en el centro descentrado, si está en el... no, eso se acabó por completo, ahora lo que hay que pensar es a qué lobby obedece, y en función de eso, al final a usted, es verdad, le queda el voto, mientras no sea electrónico.