Exclusivo | Penelope Jackson: "Tendría que haberle apuñalado un poquito más" 6r3s64

¿Está con él ahora? Bueno, puede que vaya a apuñalarle otra vez. No le apuñale otra vez. ¿Por qué? ¿Puede escuchar mi voz? Quédese en la línea conmigo.

Así comienza la llamada que Penélope Jackson hizo al teléfono de emergencias del Reino Unido la noche del 13 de febrero del año 2021. En realidad, no había sido ella a la que les había llamado, sino su marido David, con quien llevaba 24 años casada.

La mujer le había apuñalado varias veces. David, tras la primera apuñalada, se arrastró hasta el teléfono del salón, se dirigió a la cocina y consiguió llamar al 999. Su mujer, y en plena llamada con los servicios de emergencias, le apuñaló dos veces más.

Vamos a conocer hoy el tragicómico caso de Penélope Jackson y de su marido David. Mi nombre es Susana García y esto es Más Allá del Crimen. Comenzamos.

Antes de empezar, quiero dejar claro que el término tragicómico lo he empleado no con el afán de menospreciar a la víctima de la que hablaremos hoy, sino por su mujer. Es, hasta la fecha, la asesina más educada con la que yo me he encontrado. Resulta cómica por momentos y lo veréis o escucharéis más adelante. Vamos a conocer su historia.

Penélope Jackson, a la que todos conocían como Penny, nació el 13 de febrero de 1955.

Información sobre su infancia no he encontrado, pero sí se sabe que en 1973, a la edad de 18 años, se casó. Poco tiempo después del enlace, Penny y su marido tuvieron a su primera hija. Después vendría la segunda. Para cuando esta niña nació, Penélope había tomado la decisión de dejar a su marido por ser abusivo con ella. No aguantó mucho a este señor y, como os digo, unos años después de casarse, se divorció. Trabajaba como contable en la Real Fuerza Aérea y allí no tardó en conocer al que pronto sería su segundo marido, un miembro del personal militar de la Fuerza Aérea Británica.

Se casaron muy deprisa, muy poco tiempo después de iniciar su relación, pero igual de rápido que se casaron, se divorciaron. En este caso, este hombre resultó ser gay y no aguantó mucho junto a una mujer, Penny en este caso. Y después de salir del armario y de ser honesto con la que hasta entonces había sido su esposa, Penélope y este señor tomaron caminos por separado. Fue en el trabajo otra vez, donde conoció a su tercer marido, Alan Warrender.

Sus dos matrimonios anteriores habían resultado en un fracaso, pero con Alan las cosas parecían que iban a ser diferentes. Pero nada en la vida de Penélope puede considerarse normal entre comillas y en este caso tampoco. Alan Warrender estaba casado y tenía tres hijos cuando decidió comenzar su relación con Penny.

Estuvieron viéndose en secreto durante algunos años. O no tan en secreto, porque la mujer de Alan más tarde que temprano descubrió el idilio de su marido. Lamentablemente, la mujer, que tenía creo que unos 35-36 años menos que Alan, estaba enferma de cáncer y poco después de conocer que su marido le llevaba años siendo infiel, falleció.

Dicen que el hombre lo pasó bastante mal, pero la verdad es que no sé deciros hasta qué punto, porque tras la muerte de su esposa, Alan decidió que sus hijos, los que ahora parecían ser un estorbo, se marcharan a vivir con familiares y después los metió en internados. Básicamente pasó tres pueblos de los hijos y se embarcó de lleno en su nueva relación. Pasó de los hijos que tuvo con su primera mujer, pero no de los que tuvo con Penny, o de la que tuvo con Penny, mejor dicho.

Isabel nació en el año 1990. Pero Alan pasaba poco tiempo en casa. Se pasaba los días fuera, viajando y trabajando. Mientras estuvo de misión en Arabia Saudí, Penny encontró a alguien más.

Alguien que le llenaba esos momentos de vacío y que le daba lo que realmente su tercer marido no le estaba dando, o eso es lo que ella sentía. Su primer esposo le duró poco por el tema de los malos tratos, el segundo porque decidió salir del armario y ahora este tercer hombre con el que había formado una familia corría la misma suerte. Claro, si no estás nunca en casa, pues es lo que te pasa, que te quedas rezagado. O al menos así lo veía Penny. No os he contado que para este momento Penny se había cambiado de trabajo. Hacía las mismas funciones que en su empleo anterior, pero se cambió de la Real Fuerza Aérea a la Espada.