Ep. 122 - Hablamos del TDAH en niños 6w152o

Ya estamos todos, ya estás ahí. Me alegro, me alegro mucho de que hayas elegido la canastilla de mamá y ponte cómodo porque hoy queremos hablar del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad o TDH.

Bienvenido a la canastilla de mamá. Me llamo Rocío Parrondo y soy mamá, esposa, maestra y periodista. Y desde este podcast te quiero ir contando mis experiencias y vivencias sobre la maternidad, la salud y la educación.

Estás escuchando la canastilla de mamá.

Bienvenida, bienvenido a este podcast al que hace ya el episodio número 122 y en el que queremos hablar de algo que se oye mucho en las escuelas, en las familias o en las salas de pediatría como es el TDH.

Te pido que compartas este episodio si te gusta o crees que le puede ser útil a alguien más. Pon un comentario, un me gusta, pequeñas acciones que me ayudan a crecer.

Bien, pues empezamos con el tema.

Últimamente cada vez se oye más que existen neurodivergencias que antes o no se detectaban o no se sabía que estaban ahí. Cada vez se oye más hablar de siglas como TDH, de altas capacidades o del autismo. Hoy nos vamos a centrar en esta primera neurodivergencia, vamos a hablar del TDH.

Y lo primero que te puedo decir es que no todo lo que podamos sospechar que pueda ser TDH no debería serlo casi de manera natural. Puede que lo que tengamos delante sea un problema de conducta sin más, una respuesta a algo que le está pasando a ese niño o a esa niña, pero no un TDH.

Que un niño sea muy movido o que le cueste centrarse no siempre es arraído en TDH, a lo mejor simplemente es que es demasiado pequeño para poder hacer eso. O puede ocurrir muchas otras cosas que nos ayuden a explicar por qué ese niño o esa niña se está comportando así.

Puede que sea desde un acoso escolar, a problemas en casa, a un apego inseguro. Por ello vamos a hablar de este trastorno teniendo en cuenta que no todas las personas que se comportan con estos síntomas dan como resultado TDH, porque este es un trastorno del neurodesarrollo, no un problema conductual únicamente.

Y por ello, luego trataremos este tema, pero es importantísimo hacer un buen diagnóstico desde el mayor número de puntos posible y a partir de una edad determinada.

Y también quería partir diciendo que los niños o los adultos que presentan TDH lo que les sucede es que su cerebro procesa la información de manera distinta a la mayoría de la población, especialmente en áreas relacionadas con la atención, el control de impulsos y la autorregulación. Y este es un trastorno que es para toda la vida. ¿Quién es así? Lo es así siempre y puede que los síntomas vayan evolucionando a lo largo de los años, pero no es algo que vaya a desaparecer.

El TDH, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, es un trastorno del neurodesarrollo, es decir, el desarrollo cerebral, la conectividad de las neuronas de estas personas es más lento y se dice que es un trastorno para describir un funcionamiento diferente que impacta en varias áreas de la vida.

La forma de procesar, atender o actuar es distinta al de la media poblacional. Es decir, el cerebro de un niño con TDH y el de otro que no tenga TDH es físicamente distinto, es algo más pequeño. La diferencia la vamos a encontrar en la corteza frontal y prefrontal, que son las regiones del cerebro que nos diferencian del resto de los animales porque ahí se van a llevar a cabo las acciones más complejas, como puede ser la regulación emocional, la toma de decisiones, la planificación, la concentración o el control de impulsos.

Esta diferencia física entre un cerebro neurotípico y un neurodivergente hará que haya un desfase en estas funciones ejecutivas entre un niño con TDH y otro que no lo tenga, que sean de la misma edad. Se dice que este desfase, que no estamos hablando de inteligencia, sino de un desfase en ir adquiriendo una serie de habilidades, supone un 30%. Es decir, un niño de unos 15 años tendría un desarrollo cerebral en estas áreas de unos 10 u 11 años. Estas funciones se irán adquiriendo y asentando más fácilmente y en la edad adecuada en los niños neurotípicos. Sin embargo, en uno con TDH irá más despacito.