LA ENTIDAD DEL INSTITUTO LA ENFERMERA FANTASMA y MUCHO MAS! -EXPERIENCIAS PARANORMALES 3nub

Muy buenas a todos y bienvenidos a Caverna de Ánimas. ¿Qué tal estáis, cavernarios? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde el último episodio de Caverna de Ánimas? ¿Ha pasado un tiempo? Gracias por la espera, gracias por esperar este tan preciado capítulo. Y no me voy a demorar mucho más, pero sí antes os voy a recordar que si tenéis una experiencia paranormal, es el momento de que la enviéis porque el programa os necesita más que nunca, ya que para mantener un programa semanalmente se necesita vuestra colaboración al máximo.

Eso quiere decir que si tenéis alguna experiencia paranormal o conocéis de alguien que tenga o haya vivido algo con lo sobrenatural, podéis hacerme llegar ese audio a través del 691-899427 más 34 si me escribes desde fuera de España. Igualmente te dejo en la descripción todos los enlaces por si quieres animarte a enviar esa experiencia porque tu valentía cuenta mucho y hace que este programa lo podamos seguir disfrutando cada semana. Así que ahora, como siempre digo y diré, comienza Caverna de Ánimas. Vamos a empezar la primera experiencia con algo muy pero que muy interesante.

Me refiero a ese tipo de experiencias paranormales que suelen acompañarnos en el día a día. A veces cuando tenemos esta sensación, a veces cuando hemos oído hablar del poder de la intención y sobre todo del mal de ojo, estamos siempre con esa duda de si es un poder de verdad, si realmente existe o no existe, si hay personas que logran quitar ese mal de ojo. Pues hoy vamos a ver un caso muy pero que muy interesante. No sabemos si mal de ojo o maldición. Así que estate muy atento porque lo que se viene a continuación es impresionante. Adelante.

Quiero contar una historia que me contó mi padre hace mucho tiempo. Mis padres hace muchos años vivían en Sevilla, son de Sevilla, mis cuatro hermanos y mis padres. Yo nací aquí en Cataluña.

Mi padre dice que hubo una noche de invierno y que tocaron a la puerta y él abrió. Había un señor que era muy raro, pero muy raro, dice jorobao, pequeño, con los ojos altones, muy feo, muy raro. Me dijo que si le daba algo de dinero para comprarse algo de comer. Mi padre le dijo que no, que él dinero no le podía dar porque tenía cuatro niños pequeños y lo tenía todo muy dinero, muy justo y que ellos no andaban bien de dinero. Que si quería un bocadillo, quería de comer que él le ponía, pero que dinero no le podía dar porque no tenía. Entonces el tío se le acercó a la cara y le dijo que se arrepentiría de esto.

Bueno pues entonces mi padre al otro día se levantó y empezó a encontrarse muy mal, muy mal. Le dolía la barriga, le dolía la cabeza, le dolía todo y cada día peor y cada día peor. No podía ir a trabajar, en fin, muy mal. Así pasaron varios meses. Iba a trabajar pues ya esto. Llegaba de trabajar y se tumbaba en la cama porque no podía con su cuerpo, fatal. Adelgazó un montón de kilos, dice mi padre. Bueno pues entonces cogió un día mi madre y se lo contó a la señora donde servía y entonces le dijo la señora que ella conocía a una señora que quitaba los mal de ojo, las maldiciones, todo esto. Que no cobraba nada, que probara a ver si era eso.

Entonces pues mi madre lo llevó. Mi padre arragaña dientes porque dice que él no creía mucho en estas cosas. Pues lo llevó y esta señora pues le dijo que sí, que le habían echado una maldición pero que este señor se lo había enviado a alguien. Que no era exactamente una persona, o sea, que era algo como un demonio. Y sí, esta señora le hizo unos rituales, tuvo que hacer una serie de cosas mi padre y a partir de ahí pues mi padre empezó a mejorar, a mejorar, a mejorar.