
Documento 1. El Padre Universal 3c4l5m
Descripción de Documento 1. El Padre Universal 6bc67
Contenido: 1. El nombre del Padre 2. La realidad de Dios 3. Dios es un espíritu universal4. El misterio de Dios 5. La personalidad del Padre Universal 6. La personalidad en el universo 7. El valor espiritual del concepto de la personalidad© Fundación Urantia. Reservados todos los derechos. https://www.urantia.org/es 6y3i49
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El Padre Universal es el Dios de toda la creación, la fuente centro-primera de todas las cosas y de todos los seres. Pensad primero en Dios como en un creador, luego como en un controlador y finalmente como en un sostén infinito. La verdad sobre el Padre Universal había empezado a despuntar sobre la humanidad cuando el profeta dijo.
Tú, Dios, eres único, no hay ninguno aparte de ti. Has creado el cielo y el cielo de los cielos, con todas sus huestes. Tú, los proteges y los controlas. Los universos han sido hechos por los hijos de Dios. El Creador se cubre de luz como si fuera un vestido y extiende los cielos como una cortina. El concepto del Padre Universal, un solo Dios en lugar de muchos dioses, es el único que ha permitido al hombre mortal comprender al Padre como creador divino y controlador infinito.
Todas las miríadas de sistemas planetarios fueron hechos para ser finalmente habitados por numerosos tipos diferentes de criaturas inteligentes, de seres que pudieran conocer a Dios, recibir el afecto divino y amarle a cambio. El universo de universos es la obra de Dios y el lugar donde residen sus diversas criaturas. Dios creó los cielos y formó la tierra, estableció el universo y no creó este mundo en vano, lo formó para que fuera habitado. Todos los mundos iluminados reconocen y adoran al Padre Universal, el autor eterno y el sostén infinito de toda la creación.
Las criaturas volitivas de un universo tras otro han emprendido el larguísimo viaje hacia el paraíso, la lucha fascinante de la aventura eterna para alcanzar a Dios Padre. La meta trascendente de los hijos del tiempo es encontrar al Dios Eterno, comprender la naturaleza divina, reconocer al Padre Universal. Las criaturas que conocen a Dios solo tienen una ambición suprema, un solo deseo ardiente, y es volverse, tal como ellas son en sus esferas, semejantes a como Él, es en su perfección paradisiaca de personalidad y en su esfera universal de justa supremacía.
Del Padre Universal que habita la eternidad ha salido el mandato supremo. Con amor y misericordia, los mensajeros del paraíso han llevado esta exhortación divina a través de los tiempos y de los universos, incluso hasta las criaturas de origen animal tan humildes como las razas humanas de Urantia. Este magnífico mandato universal de esforzarse por alcanzar la perfección de la divinidad es el primer deber y debería ser la más alta ambición de todas las criaturas que luchan en la creación del Dios de perfección.
Esta posibilidad de alcanzar la perfección divina es el destino cierto y final de todo el eterno progreso espiritual del hombre. Los mortales de Urantia difícilmente pueden esperar ser perfectos en el sentido infinito, pero a los seres humanos les es enteramente posible, poniéndose en camino como lo hacen en este planeta, alcanzar la meta celestial y divina que el Dios infinito ha fijado para el hombre mortal.
Y cuando alcancen este destino, serán tan completos en su esfera de perfección divina, en todo aquello que se refiere a la autorrealización y a la consecución mental como Dios mismo lo es en su esfera. De infinidad y de eternidad. Una perfección así puede no ser universal en el sentido material, ni limitada en comprensión intelectual, ni final en experiencia espiritual, pero es final y completa en todos los aspectos finitos relacionados con la divinidad de la voluntad, la perfección de la motivación de la personalidad y la conciencia de Dios.
Este es el verdadero significado del mandato divino, ser perfectos como yo soy perfecto, que impulsa constantemente al hombre mortal hacia adelante y lo atrae hacia el interior en esa larga y fascinante lucha por alcanzar unos niveles de valores espirituales y unos verdaderos significados universales cada vez más elevados. Esta búsqueda sublime del Dios de los universos es la aventura suprema de los habitantes de todos los mundos del tiempo y del espacio.
1. El nombre del Padre.
De todos los nombres con que se conoce a Dios Padre en todos los universos, aquellos que se encuentran con más frecuencia son los que lo designan como la fuente primera y el centro del universo. Al Padre primero se le conoce por diversos nombres en diferentes universos y en diferentes sectores del mismo universo. Los nombres que las criaturas le asignan al Creador dependen mucho del concepto que las criaturas tengan del Creador.
La fuente primera y el centro del universo no se ha revelado nunca por su nombre, sino sólo por su naturaleza. Si creemos que somos los hijos de este Creador, es muy natural que acabemos por llamarle Padre. Pero este es un nombre de nuestra propia elección y tiene su origen en el reconocimiento de nuestra relación personal con la fuente centro primera.
El Padre Universal no impone nunca ni nada.
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