De almas y palabras 07-05-2025 141862

De Almas y Palabras. El programa de poesía de Esther Bueno para Radio Universidad de Salamanca.

Miércoles a las 12 de la mañana en El Mirador.

De Almas y Palabras con Esther Bueno.

Hola a todos, bienvenidos a nuestro programa de Almas y Palabras aquí en Radio Universidad de Salamanca, ya en este incipiente mes de mayo. Y hoy vamos a abordar un tema apasionante que conecta dos voces poéticas fundamentales del siglo XX. Escucharemos primero alguno de los poemas, a ver qué os sugieren.

Bornhorton.

Tiempo presente y tiempo pasado se hallan quizás presentes en el tiempo futuro y el tiempo futuro dentro del tiempo pasado.

Si todo tiempo es eternamente presente, todo tiempo es irredimible. Lo que pudo haber sido es mera abstracción, quedando como eterna posibilidad solamente en el mundo de la especulación.

Lo que pudo haber sido y lo que fue apuntan a un solo fin, que está siempre presente.

Los hombres huecos.

Un penique para el viejo güi.

Somos los hombres huecos, somos los hombres rellenos, inclinándonos juntos, casco lleno de paja, alas.

Nuestras voces secas, cuando susurramos juntos, son quietas y sin sentido, como el viento en hierba seca o patas de rata sobre el cristal roto.

En nuestra seca celda, figura sin forma, matiz sin color, fuerza paralizada, gestos y movimiento.

Aquellos que han cruzado con ojos directos al otro reino de la muerte, nos recuerdan, si acaso, no como pérdidas, no como almas violentas, sino sólo como los hombres huecos, los hombres rellenos.

Ojos que no me atevo a encontrar en el otro reino del sueño de la muerte.

Estos no aparecen. Allí, los ojos son luz de sol sobre una columna rota.

Allí está un árbol balanceándose y voces están en el viento cantando, más distantes y más solemnes que una estrella desfalleciente.

No me deje que esté más cerca en el reino del sueño de la muerte.

Bueno, esto sería uno de los poemas que os quería... uno de los poemas de los dos poetas que os quería traer.

Y ahora vamos al segundo.

Amor más poderoso de la vida.

La misma calidad que el sol de tu país saliendo entre las nubes, alegre y delicado matiz en unas hojas, fulgor de un cristal, modulación del apagado brillo de la lluvia. La misma calidad que tu ciudad, tu ciudad de cristal innumerable, idéntica y distinta, cambiada por el tiempo.

Calles que desconozco y plaza antigua de pájaros poblada, la plaza en que una noche nos besamos.

La misma calidad que tu expresión al cabo de los años, esta noche al mirarme.

La misma calidad que tu expresión y la expresión herida de tus labios.

Amor que tiene calidad de vida, amor sin exigencias de futuro, presente del pasado.

Amor más poderoso que la vida, perdido y encontrado, encontrado y perdido.

Bueno, estos poemas son de T.S. Eliot y con el poeta que vamos a imbricar el programa de hoy se trata de otro grande, como os decía al principio del siglo XX, que es Jaime Gil de Biedma, del que era el segundo poema.

T.S. Eliot y Jaime Gil de Biedma, separados por lengua, contexto y tradición literaria, compartieron sin embargo una visión crítica y desencantada del mundo que marcaría profundamente la poesía del siglo XX.

Eliot, desde la vanguardia anglosajona y con una formación profundamente influida por la filosofía, la religión y la literatura clásica, escribió una poesía densa, erudita y a menudo hermética.

Son poesías donde el yo poético se diluye en múltiples voces, citas, símbolos.

Su modernismo apuesta por la ruptura formal, la fragmentación del discurso y la exploración de la crisis espiritual del hombre moderno.

Eliot concibe la poesía como un lugar donde el pasado y el presente dialogan, donde el poeta es más un medium que un individuo autobiográfico. En cambio, Jaime Gil de Biedma, escribe desde una perspectiva radicalmente distinta, aunque también marcada por la poesía.