Colectivo Suumil: inspiración para volver a la tierra 4t4y4h

Hola, qué tal, bienvenidos estimados oyentes a un nuevo episodio de nuestro programa, soy Iván Carrillo y hoy los invito desde En Común a acompañarnos al corazón de Yucatán, donde la tradición ancestral se fusiona con la innovación para construir el futuro sostenible. En la revolución del cotidiano conoceremos la inspiradora historia de Sumil Mojatán, un colectivo liderado por Balían Aguilar y Ángel Ku, dos jóvenes que decidieron regresar a sus raíces para revitalizar la sabiduría maya y enfrentar los desafíos del presente.

En este reportaje de Katia Rejón descubriremos cómo este solar, ubicado a pocos kilómetros del mar, se ha convertido en un espacio de aprendizaje, intercambio y resistencia. Exploraremos cómo Sumil Mojatán recupera técnicas de construcción vernácula, como las casas de Juano, y promueve la agroforestería sintrópica para regenerar los suelos y producir alimentos de forma autónoma. Comenzamos no sin antes agradecer el apoyo de la Golden Globe Foundation en la realización de nuestros programas.

En común, conocimiento en voz viva.

Si la revolución del cotidiano tuviera un himno, sería este. Una improvisación al ritmo del dembow con cubetas y herramientas de cultivo, donde la prosa tiene frases como mitote, fiesta de semillas, chapea, chapea y Sumil Mojatán. Las risas estruendosas que estallan en la oscuridad del monte de Yucatán, a unos 20 kilómetros del mar, son de un grupo de jóvenes que para esa noche llevaban dos días sembrando una hectárea de tierra con árboles pichoy, guano, cocoíte, ciruela, moringa, chaczinquín, axiote, papaya, guanábana y ceibas.

Sumil Mojatán es el colectivo de Balían Aguilar y Ángel Cú. Una pareja de jóvenes, en sus 30s, que en 2020 decidieron volver a su pueblo para crear un solar. Un solar en el territorio maya peninsular es una manera de vivir. Un espacio donde las familias siembran, crían animales y abejas, producen comida para el autoconsumo, cultivan plantas medicinales, organizan la vida, lavan, cocinan, se bañan, reciben amistades. Además de hacer todo eso, el solar de Sumil Mojatán también es un espacio de intercambio y aprendizaje.

Pues me gusta como que me digan baliana o bali, como sean, no tengo ningún problema. Pues soy agricultora, me dedico al trabajo pues de la tierra, del campo, me dedico a la crianza de animales y también a la crianza de abejas meliponas. Soy fermentista, me encantan los fermentos. Tengo 31 años y soy de acá, de Sinalcheque. La mayoría de mi vida estuve realmente fuera del pueblo y pues en esta etapa de nuestras vidas decidimos pues regresar. En ese momento, de decisión, había un megaproyecto eólico español que quería despojar 3.500 hectáreas del ejido.

La historia que cuenta Baliana sucedió en 2020, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación concedió un amparo a la comunidad de Sinalche para suspender la construcción del proyecto de energía eólica. La sentencia decía que la Empresa de Fuerza y Energía Limpia de Yucatán no tenía los permisos ni el estudio de impacto ambiental en los acuíferos de Sinalche.

Escuchamos que en una asamblea ejidal, uno de los ejidatarios, que es un abuelo, don Severiano, que estuvo también en parte muy profunda de la lucha contra esta empresa eólica, una de las preguntas que hacía era ¿quién va a cuidar en la tierra si nosotros, todos los que estaban en la asamblea, son gente que ya pasa los 70 años? No había casi ningún joven dentro de la asamblea ejidal. La pregunta que lanzaba es, bueno, pues sí, nosotros podemos defender tal vez de este megaproyecto ahora, pero después ¿quién va a defender la tierra si no hay ningún joven en la asamblea, no hay ningún joven sembrando? Y entendimos que realmente la verdad