
La Base Comanche 2x23 | Rumanía, nuevo epicentro del régimen de guerra 2z4m1k
Descripción de La Base Comanche 2x23 | Rumanía, nuevo epicentro del régimen de guerra 1k3120
Hoy en La Base Comanche Laura Arroyo, Raúl Sánchez Cedillo y Sasi Alejandre analizan el contexto político en Rumanía, el ascenso de las extremas derechas y se preguntan por la falta de izquierdas con peso político que les hagan frente. Con la participación de Alejandro López de Descifrando la guerra. 3q2o4b
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
El PSD sigue siendo el único partido de izquierda significativo en Rumanía, aunque solo de nombre.
Como principal partido de gobierno desde 1989, el PSD ha sido uno de los vehículos políticos clave para la restauración capitalista en Rumanía.
Junto con el derechista Partido Nacional Liberal, con el que comparte el gobierno desde 2021, el PSD es el principal brazo político del capital nacional y las complejas redes burocráticas asegurándose, no obstante, de mantener a las grandes corporaciones extranjeras satisfechas.
Ciertamente, el PSD aún mantiene una base social considerable entre las clases populares gracias a las limitadas concesiones sociales que ha otorgado durante su mandato, incluyendo un límite prolongado a los precios de la energía y sucesivos aumentos del salario mínimo y las pensiones en los últimos años.
Son insuficientes, sin embargo, ya que Rumanía aún tiene el segundo salario mínimo más bajo de la Unión Europea.
Sin embargo, ni durante la actual coalición de gobierno con el Partido Nacional Liberal ni cuando lideró el gobierno en la legislatura anterior, 2016-2019, este partido socialdemócrata ha desafiado significativamente el marco neoliberal.
Por el contrario, en los últimos años los gobiernos del PSD han introducido más políticas neoliberales.
Esto lo decía Vladimir Vortun en un artículo en el que, antes de las elecciones europeas del año pasado, ya se planteaba la pregunta sobre por qué una alternativa de izquierdas no era capaz de convocar adeptos suficientes y significativos en Rumanía.
Vortun apuntaba también al momento político particular en Rumanía, donde el surgimiento de un importante partido populista de extrema derecha y euroescéptico planteaba el fin del excepcionalismo rumano en la región.
Un contexto político que llevó a, ojo que esto puede sonar desconocido, a que se fortaleciera y acaso cimentara de forma veloz una gran coalición que buscaba, desde estas coordenadas, hacer de freno a las extremas derechas, ojo con el plural, como la de AUR, partido fundado a finales de 2019 y que cuenta con un líder carismático y respaldado por una sólida infraestructura financiera y social gracias al apoyo directo de las ONGs conservadoras, grupos religiosos y pequeños y medianos empresarios.
Extremas derechas que, por cierto, son predecibles, partidos con los típicos clichés reaccionarios contra las personas migrantes, las personas LGTBIQ+, el feminismo y lo que llaman neomarcismo.
Pero como señala Bortum, hablamos también de una extrema derecha que presenta una retórica económica crítica con las corporaciones extranjeras y a favor del capital nacional, tras haber creado el año pasado su propia asociación de empresarios.
Como decíamos, la receta no es nueva, hablamos de partidos de extrema derecha con una retórica que pretende representar las necesidades de la gente común contra las élites, pero que oculta a la vez una agenda al servicio de las élites insurgentes.
Sin embargo, si bien no todo es relato, lo cierto es que no se debe subestimar el atractivo popular del que pueden llegar a gozar las extremas derechas.
La pregunta sin embargo se mantiene, ¿por qué su atractivo? Y Bortum se responde, por la absoluta falta de una alternativa de izquierda de masas capaz de canalizar el descontento con el statu quo que a menudo se manifiesta en líneas ideológicas de izquierda propensas a dicha alternativa.
Ha habido dos intentos principales que han fracasado en este sentido.
El Partido Socialista Rumano, PSR, miembro del Partido de la Izquierda Europea, que aboga por una economía de mercado socialista que se asemeja más a un capitalismo de Estado con características chinas que a un socialismo realmente controlado democráticamente.
Un partido con una limitada movilización y compromiso del partido con las bases, ya que la mayor parte de su actividad parece consistir en reuniones internas y en lanzarse a campañas electorales cada cuatro años.
Y por otro lado está Demos, que aunque más presente en los movimientos y campañas sociales, se encuentra atrapado en un electoralismo que, señala Bortum, es igualmente estéril y arraigado en su perspectiva neoreformista con una suerte de mezcla de políticas económicas keynesianas y un firme pro-europeísmo, incluida una postura pro-OTAN, que podía salir mal.
Sin embargo hay esperanza en Rumanía, como lo refleja el surgimiento de varios grupos anticapitalistas, de jóvenes militantes, como el Grupo de Acción Socialista o el Bloque de la Juventud Marxista.
Pero sin obviar, por supuesto, a los activismos constantes en torno al derecho de la vivienda o en contra del genocidio en Gaza.
Y este, estimados amigos y amigas, es el punto en el que nos encontramos en Rumanía, un país sobre el cual hemos hablado ya en La Base, pero que hoy comporta nuevas variables en un contexto de crisis, pero también de régimen de guerra, que tiene en este país una nueva zona caliente.
Bienvenidos y bienvenidas.
La Base Comanche.
Bienvenidos y bienvenidas a La Base Comanche.
Raúl, ¿qué nos has traído hoy? Pues hoy traemos actualizaciones sobre la situación en Rumanía después del último conflicto.
Comentarios de La Base Comanche 2x23 | Rumanía, nuevo epicentro del régimen de guerra 364df