
las 99 historias del Lethani según Recre 4u566
Descripción de las 99 historias del Lethani según Recre 5i1g45
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Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
El Letani no es solo una doctrina de los Aden, es su alma misma, un principio de armonía que se vive más allá de las palabras.
No es una ley rígida ni un conjunto de reglas fijas, sino una forma de actuar, tan fluida como el viento que se desplaza sin esfuerzo entre las ramas.
Es la serenidad que habita en el movimiento, el discernimiento que se alza sobre la confusión.
Para los Aden, el Letani no puede ser explicado, pues es una verdad que debe experimentarse en el cuerpo, no solo en la mente.
Conocer el Letani es entenderlo a través de la práctica, del gesto, del silencio compartido.
Va más allá de la lógica y la razón, es una intuición que fluye del alma como el río de agua clara.
Donde los ecos del viento y el murmullo del viento se vuelven uno, decenas de discípulos se reúnen dispuestos a aprender de los maestros.
Sus pies descalzos recorren las hojas secas, mientras sus cuerpos respiran al unísono con el mundo a su alrededor.
El sistema de pensamientos y argumentos se desvanece en la presencia de algo mucho más profundo, mucho más simple.
Una tarde de otoño, Basset, maestra de Quove, nos dice sin prisas, con la serenidad de quien escucha las estrellas.
El Letani no es una regla ni un conjunto de preceptos.
Si preguntas qué es lo bueno o lo malo, ya no entiendes el camino.
El Letani es lo correcto, pero no puedes pensar en él como tal.
Es la respiración que no necesita explicación.
Lo comprendes cuando te entregas al movimiento sin dudar, sin temor.
El Ketan, la danza que pone a prueba no sólo el cuerpo sino el alma misma, es más que un arte marcial.
No se trata de golpear ni esquivar por obligación, sino por la belleza de la acción, por la fluidez de la respiración, que guía al cuerpo aun antes de que la mente se arme con palabras.
Cada movimiento nace del vacío, de la quietud, de lo que está fuera del tiempo.
Es lo que hace sin pensarlo, pero con certeza, corrigiendo nuestra postura.
Lo sigues porque fluye dentro de ti, no porque alguien te lo ordene.
Es pura acción.
Agrega Tempi, corrigiendo nuestra postura.
Es fácil confundirse, caer en la trampa de querer entender, de querer etiquetar, categorizar.
Cada día aprendemos más, y al mismo tiempo comprendemos menos.
Nos frustramos cuando buscamos respuestas, pero encontramos caridad al dejar de buscarlas.
La mente ansiosa que exige explicaciones es la que más se aleja del camino.
El Letani nos impone, se descubre.
No es un destino, sino la forma correcta de caminar.
Y sin embargo, el Letani no se responde con palabras.
La mente ansiosa y agitada se aleja del camino.
Al final, cuando el ego cesa de hablar y el alma se queda en silencio, es cuando el Letani se nos presenta, como la luz al alba, clara, inmutable, infinitamente generosa.
No nos entregan pregaminos con los 99 cuentos de Rete, con sus enseñanzas tan ancestrales y llenas de símbolos.
Lo que nos entregan, lo que nos muestran son momentos de silencio, donde la mente calla, la respiración se alinea y el cuerpo se mueve en el mundo, en un fluir perfecto.
No necesitamos escribir solo aprendido, porque en lo profundo, el Letani ya ha sido comprendido.
Y así, con templanza, nos sentamos en círculo, energía compartida, escuchando el viento que siempre ha estado entre nosotros.
Entre nosotros hablamos sin palabras.
Allí, donde las luces del fuego parpadean, dejamos que los ecos de la verdadera enseñanza se consigan en silencio.
Porque al final de este viaje, no tenemos esos pregaminos, porque en lugar, nos dijeron Y así, sentaos con nosotros y preparad vuestro escruten, porque comenzamos a escribir la historia de nuestras vidas.
Buenas noches a todos, queridos residuos.
Estamos una noche paso y soy yo el encargado de presentar, los demás han decidido dejarme la rinda de la posada y a ver qué tal se hace.
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