“Lo que NO se mueve… se MUERE” 💔 La lección de mi YAYA sobre la VIDA y el CEREBRO 58565

Ahora vamos a contaros, antes de que acabemos, esa historia de Abuelo Cebolleta que a mí me gusta, que hoy es especial porque hoy hablo de mis ancestros. Hoy quiero compartir una historia, esa historia que tiene seguramente más verdad que ciencia. Hoy hemos hablado del movimiento, el cerebro, la evolución, ese factor neurotrófico derivado del cerebro y me vino a la cabeza algo que decían mucho cuando yo era pequeño.

Mi abuela, que era una mujer que nació a principios del siglo XX y que vivió una guerra, una posguerra, que era una mujer fuerte, sin estudios, pero con una sabiduría, que ya quisieran muchos libros. Y mi abuela solía decir que lo que no se mueve, se muere. Lo decía en valenciano porque ella hablaba valenciano, la mujer, hablaba muy mal el castellano. Yo la miraba con cara de ya está la yaya con sus frases pero ella lo decía muy en serio y no lo decía solo cuando hablábamos de movernos o de hacer cosas o de ir a andar.

Lo decía cuando veía que alguien muy joven se pasaba todo el día sentado o cuando un vecino, que esto era muy típico, dejaba de salir de casa y empezaba a apagarse. Mi madre, por cierto, también decía que si algo te duele, muévelo. Y yo le preguntaba si me duele la rodilla y ella me decía camina un poco, despacito, pero no dejes la rodilla quieta, que si no la mueves se oxida.

En ese momento yo me lo tomaba un poquito pues a broma, para que nos vamos a engañar, porque me imaginaba la rodilla como una bisagra oxidada. Pero con los años y sobre todo con todo lo que voy aprendiendo, me doy cuenta de la verdad que había en estas afirmaciones. Ahora entiendo que tanto mi madre como mi abuela sabían y lo sabían perfectamente de lo que estaban hablando. Habían visto a mucha gente apagarse simplemente por dejar de moverse y se apagaban tanto físicamente como emocionalmente.

Mi abuela seguramente no tenía ni idea de qué era el hipocampo, ni el BDNF, ni la neurogénesis, pero sabía que cuando salía a caminar o cuando venía andando a mi casa o al lado de alguna de mis tías, cuando iba a la compra caminando se sentía viva. Ella decía, y lo decía en valenciano, cuando el cuerpo se mueve, la cabeza se aclara. Y qué razón tenía. Y es algo que la ciencia ha tardado muchos muchos años en demostrar.

Y ella ya lo había entendido con simplemente escuchar a su cuerpo. O a lo mejor se lo había dicho su madre, que a su vez se lo había dicho su madre, que se lo había dicho su madre. Y así hasta el infinito. A veces la veía con dolor de rodillas o con dolor en las articulaciones, porque tenía artrosis reumática. Y aún así se levantaba, se estiraba, daba un paseo, se ponía a hacer cosas en casa. Y yo le decía, pero si te duele.

Y ella me contestaba, pero eso me muevo. Si no me muevo, me duele más. O peor, me quedo. Esa expresión de me quedo, la decía como si quedarse quieta fuera renunciar a la vida. Así que hoy, con todo lo que hemos visto a lo largo del vídeo, me gustaría acabar este directo recordando eso. Que moverse no es un lujo, ni un extra, ni una moda. Es una parte de lo que somos. Moverse está en nuestros genes.

Es lo que mantiene encendido nuestro cuerpo, pero también mantiene encendida la mente, mantiene encendida el alma y las ganas. Por eso, como diría mi abuela, muévete antes de que te apagues. Porque lo que no se mueve no sólo se oxida, a veces simplemente se va. Y nosotros no queremos irnos, queremos vivir. Y queremos vivir bien. Y esta es la historia de Abuelo Cebolleta que quería contaros hoy. Luego mis primos se rifan las historias de Abuelo Cebolleta de cuentos de mis abuelas.

Zulema dice grandes palabras. Gracias Zulema. Ninaiz dice muy bien tu abuela. Sento. Era la yaya. Nosotros no le llamábamos abuela, le llamábamos yaya. No sé si eso se dice en más sitios, pero para mí era la yaya. La Carmen. Aquí tengo que decir abuela. Y la verdad es que, como he dicho, tenía muchas dificultades para... Hablaba castellano, pero le costaba una barbaridad.

Hablaba castellano, como decía ella, con aspardeñaes. Y decir aspardeñaes era inventarse palabras en castellano.