3x10 : AUDIOLIBRO PRIMER CAPITULO. LA INQUISICIÓN EN LA ISLA DE LEÓN v3m

Me antes del convento del carmen y juan de la isla obispo mil seiscientos setenta y nueve juan de la isla entrelazó las manos sobre su regazo dejando que el eco de sus palabras se asentará en el aire denso de la tarde el novicio sentado frente a él mantenía la mirada baja casi temeroso de interrumpir la reflexión del obispo pero este no tardó en continuar su voz grave y medida como un río que fluye tranquilo pero imparable hijo mío hay un tipo de belleza que no se encuentra en lo prístino o en lo pulido sino en lo que ha sido mancillado y olvidado al cruzar el puente de zuazo cuando mis ojos se posaron en aquella heredad vieja y desolada sentí que me llamaba a algo más que su apariencia no era una voz que pudiera oir con mis oídos sino un susurro en el alma cómo explicar tal cosa a veces creo que dios nos habla en las cosas que los demás ignoran como si él lo ha arruinado pusiera pruebas para los hombres de fe su rostro se endureció al recordar la escena la heredad está a un lado del camino que lleva a cádiz por el camino real en la isla de león a simple vista no es más que un trozo de tierra pobre olvidada por los años y la ambición de los hombres una casa pequeña casi en ruinas con paredes que tiembla al viento y un techo que apenas resiste las lluvias en su interior hay un aposento estrecho un espacio que parece concebido más para la penitencia que para el descanso en el patio una noria que aún ofrece agua clara como si la tierra misma se negara a abandonar toda bond dad y un jardín o lo que fue un jardín ahora un matorral de espinas sin malas hierbas cuentan los viejos en tiempos fue amplio y hermoso lleno de frutos y flores hizo una pausa y sus ojos en tornaron como si viera más allá del novicio más allá del presente en un tiempo perdido que sólo él podía imaginar sin embargo prosiguió con un tono más bajo no es el estado de la heredad lo que me inquieta es su historia los hombres recuerdan ese lugar no por lo que fue sino por lo que llegó a ser dicen que en un tiempo no tan lejano sirvió de refugio a jóvenes descarriados muchacho sin ley que se ocultaban en sus ruinas para emboscar a los viajeros que cruzaban el camino real robaban sus bienes y cuando el botín no les basta taba o el miedo los cegaba derramaban sangre esas paredes fueron testigo de gritos de súplicas de actos que no puedo siquiera describir sin sentir que mancilló mis labios por eso el pueblo la conoce como la casa de los diablos el novicio alzó la mirada inquieta pero juan de la isla lo detuvo con un gesto antes de que hablara ahora escucha muchacho y entiende lo que quiero decirte el nombre de ese lugar que esa sombra que lo envuelve que es un juicio de los hombres pero nosotros los que servimos al señor señor no debemos detenernos en los juicios de los hombres qué mayor acto de fe que mirar a los ojos de lo que fue vil y decidir qué puede ser redimido que mayor obra que tomar lo que fue oscuridad y transformarlo en luz se inclinó hacia el joven su voz ahora más suave pero con una intensidad que parecía grabar cada palabra en el corazón del oyente tal vez pienses que una casa ruin y un campo olvidado no merecen tal atención pero dime qué hace más por la