3. Dios supremo y soberano - José da Maia. 2356

Algunos han pensado que el hecho de que Dios sea creador es como una verdad que no tiene implicaciones más allá de las que hemos visto antes, pero es que hay algo a mayores de lo que hemos visto antes, y es precisamente el hecho de que Él no sólo es creador de todas las cosas, sino que Él también es sustentador de todas las cosas.

¿Sabéis lo que significa esto? ¿Sabéis lo que es un sustentador? Algo que está sujetando, ¿sí? Dios es quien está haciendo que todas las cosas funcionen.

Tanto es así que si Dios dejase de sustentar la creación, ésta colapsaría.

¿Sabéis lo que es un agujero negro? ¿Sí? Un agujero negro es lo que tengo yo en mi cuenta corriente, desde que tengo tres hijos.

Un agujero negro básicamente es como una especie de campo que lo que hace es que todo aquello que se le acerca lo absorbe, ¿verdad? Y hay teorías de que si realmente cogiéramos todo el universo y lo comprimiésemos, todo podría volver a un origen, ¿no?, me refiero a esa masa que implosionó inicialmente o algo de esto.

Bueno, esto es lo que ocurriría, en realidad, si Dios dejase de sustentar todo lo que existe.

En realidad, todo lo que existe depende de que Dios lo sustente, pero hay pues la tendencia, hay una tendencia a creer que Dios simplemente, si realmente es creador, si realmente creó todas las cosas, dejó como toda su creación a su libre albedrío y él se fue, no sé, a dormir en una siesta, después del séptimo día, este que dice que descansó, pues como que sigue ahí en ese séptimo día, y entonces, desde entonces, nos dejó a nosotros a nuestra cuenta y riesgo.

Y les gustaría que fuese así, les gustaría que fuese así, ¿por qué? Porque no tendrían que pasar por el hecho de que, precisamente, el creador es soberano sobre su creación.

El atributo que vamos a ver ahora mismo acerca de Dios es precisamente esto, la supremacía de Dios sobre toda su creación, y es importantísimo saber que Dios no es solo creador y sustentador, él es también dueño y señor de todo.

Un niño coge y hace una figura de plastilina, con esa figura de plastilina, pues le da una forma, etcétera, etcétera, su madre lo ve y dice, oh, qué bonito, le voy a hacer una foto, y entonces saca el móvil, le va a hacer la foto, y antes de hacer la foto, el niño hace esto, lo aplasta, y la madre le dice, ¿por qué has hecho eso? Era mío, era mío, yo lo hice, yo lo deshice.

Hay una cierta lógica en esa forma de actuar, es una forma natural.

Es verdad, es destructiva, porque la tendencia del ser humano tiende a eso, precisamente, por la perversión del pecado.

Dios no va a hacer esto, pero tiene la autoridad, tiene la autoridad.

En una ocasión, mi hijo, porque se lo oyó a alguien y lo repitió, le decíamos, ¿por qué hiciste esto? Y nos respondía, porque quiero y porque puedo, porque quiero y porque puedo.

Nuestra forma de actuar como seres humanos es esta, tengo el poder de hacerlo, lo utilizo caprichosamente y de manera incluso destructiva, Dios no es así, esto lo iremos viendo, Dios no es así, pero tiene esa autoridad y tiene ese poder, tiene ese poder, y es legítimo que él haga con su creación lo que él considere.

Dios no solo es superior a todas sus criaturas, su propósito está por encima de todo, y todo en la creación se dirige precisamente a ese propósito supremo, que es su propia gloria.

Este texto de Efesios 1, desde el versículo 3, dice así.