1x02 Aurelio es un ser humano 29355b

Bueno, venga, señores, una más y gano, ¿eh? Venga, la última, ¿eh? Venga. ¿Hablas tú, Blas? Tres. Dos.

Dos. Tres y dos.

Cinco.

¡Bien! Cinco, gané.

Willy, pagas el desayuno. Vale, vale.

Pero no grites, ¿eh? No grites. Tranquilo.

Entiendo, llevo jugando a los chinos desde que me salieron los dientes.

Bueno, te han salido muy tarde porque te gana hasta el becario.

Déjalo, pobrecito. Que tienes resaca.

Bueno, familia, hasta luego.

Ahora te veo, Blas. Yñigo, no estás comiendo nada, tío.

No, es que llevo una semana desayunando dos veces.

¿Cómo dos? ¿Es que vuestra madre os da de desayunar? Pero si sabe que os recojo para que desayunéis conmigo.

Ya, pero es que tiene miedo de que salgas un día corriendo a cubrir algo y nos atiborra antes de salir de casa.

No me lo puedo creer.

Buenas. Hola, Miguelo.

Oye, compórtate, ¿eh, Iñigo? Venga.

¿Qué tal, madrugadoras? ¿Qué hacéis por aquí? Pues nada, ya ves, tres mujeres en casa y no hay nada, pero nada que desayunar esta mañana.

Oye, pues sentaos y desayunamos juntos.

Pues eso está hecho.

A ver, mirad, estos son mis hijos, Isabel e Íñigo.

Hola. Hola.

Esta es mi hija, Emma.

Hola. Hola.

Hola, Íñigo. Hola.

Buenos días. ¿Qué hay, qué tal? ¿Que son tus hijos? Estos sí, sí, sí.

Ella es Ana. Hola.

Hola. ¿Desayunáis siempre aquí? Pues últimamente sí, porque como tienen el colegio aquí al lado, porque van aquí al Cervantes, al...

Al Unamuno. Al Unamuno, que se me olvida siempre.

Al Unamuno.

Oye, y por casualidad no eres vosotros a la misma clase, ¿no? Pues no.

No.

No, pues yo tampoco listo.

Oye, Íñigo, no hay que mentir, ¿eh? No miento, papá.

Emma, ¿seguro, seguro? Casi seguro.

Casi.

¿Ayer por la noche qué hiciste? ¿Eh? ¿Que qué hiciste ayer por la noche? No me gusta hablar de cosas personales en un ascensor lleno de gente.

Ah. Oye, ¿y ahora podremos hablar o habrán puesto micrófonos? Pues si tanto te interesa, ayer cené con una bandeja delante del televisor.

Vi un documental y luego me fui a la cama. ¿Satisfecha? ¡Tía! Con una bandeja. ¡Qué marcha! Joder, no sabía que te lo montabas tan bien, la verita.

Pues el documental era muy interesante, ¿sabes? ¿Sí? ¿Sobre qué era? ¿Sobre la cabra hispánica? No, sobre orgullos y afluentes.

¡Qué divertido! Si te divirtieras un poquito más por la mañana, no estarías tan tensa.

¿Yo tensa? Perdona, pero yo no estoy tensa.

Está yo tensa porque...

Oye, Alberto.

El corresponsal de Nueva York. ¿Cómo andas? ¿Qué tal estás? Pues mira, unos días aquí.

Laura, Laura. ¿Qué tal? Así que te han hecho subdirectora.

Sí, ¿qué pasa? ¿Es que te extraña que le den un puesto de responsabilidad a una mujer o qué? No, para nada.

Ya sabes que he creído mucho en ti.

¿Qué te parece si quedamos a cenar y me cuentas? Hablamos de los viejos tiempos.

Eh... Imposible.

No, este mes estoy superliada.

Venga, seguro que lo puedes arreglar.

¿Quedamos para cenar? No, perdona, lo siento, pero es que tengo una reunión dentro de cinco minutos.

Claro.

Bueno.

Oye, te llamo para despedirme.

Esas mañanas que... No, no.

¿Se puede saber qué te pasa? ¿A mí? El bollicado de Alberto entrándote a saco y tú metiéndole cortes.

Oye, que no me apetecía quedar con él.

Tengo mucho trabajo, ¿sabes? ¿Tú has oído hablar de la gente que se reforza en el trabajo? ¿Y? Que es una enfermedad. ¿Así? ¿Qué pasa? ¿Quién está enfermo? Mamen, que me está arreglando la vida, ¿verdad? Ay.

Uy, por cierto, he visto a Alberto.