03-"La habitación de la muerte" de Stephen King. Tercera parte y final l445a

Un paraje idílico una escritora en busca de inspiración pero bajo las aguas del pantano se oculta un auténtico misterio alguna vez te has preguntado cuál es la verdadera naturaleza del mal el baño el val vendrá entre las nubes todo cuando los siglos se reduzcan a cenizas de elena rubio ya en librerías y venta online en la habitación de la muerte stephen king tercera parte la mujer cerró el pico pero sin apartarse de la puerta con las palmas aún apretadas contra ella y las cabezas de clavos brillantes en los ojos queda tendría se preguntó flecha sesenta y cinco cuánto se habría matado en aquella habitación o en habitaciones similares a cuánto se habría mandar matar escúchame respeto me estás escuchando lo que sin duda hacía era intentar oír los sonidos de sus salvadores ni lo sueñes delsa flecha el hombre del tiempo ha dicho que el cóndor se vale de la cocaína que es un chapero comunista una puta del llena de templos y dios sabe qué más puede que sea alguna de esas cosas pero no lo sé ni me importa lo que sí sé y me importa es que no estaba al mando de los soldados que patrullaban el río calla en verano de mil novecientos noventa y cuatro por aquel entonces núñez estaba nueva york en la universidad de nueva york por eso sé que no formaba parte del grupito que encontró a las monjas de la calle que estaban en el retiro espiritual ensartar las cabezas de tres de ellas en estacas a la orilla del río la del medio era mi hermana leche efectuó dos disparos antes de que el revólver de ramón se quedará sin balas con dos vástagos la mujer se deslizó hacia el suelo sin apartar los brillantes ojos de fletcher eres tú quien tenía que morir decían aquellos ojos no lo entiendo eras tú quien tenía que morir se llevó la mano al cuello intentó tocar chelo y por fin quedó inmóvil sus ojos permanecieron clavados en los de fletcher durante otro instante los ojos relucientes de un viejo lobo de mar con mil historias que contar luego dejó caer la cabeza leche se volvió y echó a andar hacia jeans con el arma de ramón en la mano mientras caminaba se dio cuenta de que le faltaba el zapato derecho miró a ramón que seguía tumbado de bruces en medio de un charco de sangre cada vez más grande el policía aún sujetaban la mano el mocasín de fletcher como una comadreja moribunda que se niega a soltar el pollo fletcher se detuvo el tiempo suficiente para ponérselo james giró en redondo como si pretendiera salir huyendo fletcher balanceo alarmante el revólver estaba vacío pero james no parecía saberlo quizá recordó también que no había salida posible de aquella habitación