¿Y tú qué harías? 4x2qd

Viajando por la filosofía, el podcast donde recorremos la historia de la filosofía, analizando y viendo autores e ideas que han conformado nuestro mundo.

¿Qué harías tú? Bienvenidos al emocionante mundo de la moralidad, donde dos grandes teorías se disputan el trono de quien tiene razón cuando hay que tomar decisiones difíciles. Por un lado, el utilitarismo, la ética de la calculadora, la que cree que lo bueno y lo malo se mide en números, porque lo importante es maximizar la felicidad.

Si hay que hacer sacrificios en el camino, que así sea. Y por otro lado, la ética kantiana, que te dice que da igual lo que pase, lo importante es que sigas la norma moral. Aunque el mundo se esté derrumbando, aunque cinco personas mueran horriblemente delante de ti, tú no puedes hacer nada malo. Normas son normas.

¿Quieres decidir entre la vida y la muerte con una hoja de Excel? Bienvenido al utilitarismo.

¿Prefieres dormir con la conciencia tranquila mientras el mundo arde? Entonces, la ética kantiana es para ti. Un pueblo y sus fiestas sangrientas Bienvenidos a Santa Barbaridad, un encantador pueblecito donde las tradiciones se respetan, aunque sean un poquito digamos excesivas. Aquí cada año celebran sus fiestas patronales con una costumbre muy especial, sacrificar a cinco vecinos al azar.

Es su manera de honrar a la historia, mantener viva la cultura y, aparentemente, reducir la densidad de población. Pero este año hay una oportunidad única. Tú puedes intervenir. La alcaldesa te hace una oferta. Si matas a una sola persona, la que tú elijas, el pueblo te estará tan agradecido que dejarán vivir a los otros cinco.

Así que la pregunta es, ¿coges el cuchillo y te conviertes en el salvador del pueblo, aunque implique una muerte? ¿O te niegas, mantienes tus principios intactos y dejas que la tradición siga su curso con sus cinco víctimas aseguradas? Desde la ética utilitarista, hay que matar. Porque para el utilitarismo lo que importa es el balance de felicidad. Matar a una persona es terrible, pero matar a cinco es cinco veces más terrible. Si con una muerte evitas cinco, el cálculo es claro. Haces lo que trae el mayor beneficio para la mayor cantidad de gente. Sí, la persona que elijas morirá, y no será agradable.

Pero, si lo piensas bien, cinco familias estarán agradecidas. Quizás incluso te pongan una estatua en la plaza del pueblo. Claro, si estás entre los posibles sacrificados, estarás encantado con esta lógica. Pero si eres el que van a elegir, bueno, el bien común te lo exige. La respuesta desde la ética kantiana es que no se mata a nadie. Para Kant, las personas son fines en sí mismas, no medios para salvar a otros.

No importa que salves cinco vidas, si, para hacerlo, tienes que cometer un asesinato. Si matar a un inocente se convierte en una norma universal, estamos diciendo que está bien matar cuando sea por el bien común, y si hacemos eso, bueno, bienvenidos de nuevo a santa barbaridad. Lo correcto es no participar en el asesinato. No puedes controlar lo que hacen los demás. Si el pueblo mata a cinco, es responsabilidad del pueblo. Si tú matas a uno, eres un asesino.

Kant te da la conciencia tranquila, aunque eso implique ver como cinco personas mueren sin que hagas nada. Entonces, ¿qué harías?