Viernes de la 5ª semana de Cuaresma ( ciclo C ) 5u282g

Viernes de la quinta semana de Cuaresma. El evangelio es Juan 10 31 42.

En aquel tiempo los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Él les replicó, os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi padre, ¿por cuál de ellas me apedreáis? Los judíos le contestaron, no te apedreamos por una obra buena sino por una blasfemia porque tú siendo un hombre te haces Dios.

Jesús les replicó, no está escrito en vuestra ley, yo os digo, ¿sois dioses? Si la escritura llama a dioses aquellos a quienes vino la palabra de Dios y no puede fallar la escritura, a quien el padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros blasfemas porque os he dicho soy hijo de Dios? Si no hago las obras de mi padre no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras para que comprendáis y sepáis que el padre está en mí y yo en el padre.

Es muy curiosa la argumentación que hace Jesús en esa acusación que le hacen de que se está haciendo Dios. ¿Por qué Jesús se argumenta diciendo, bueno, de que os escandalizáis, no dice acaso la escritura sois dioses? Sí, es una cita que se dice únicamente una vez esa expresión sois dioses, está en el salmo 82 versículo 6, yo os digo, ¿sois dioses? Pero aunque es un versículo que casi parece que pasa desapercibido, adquiere una gran importancia porque lo pronuncia Jesús y tenemos que reflexionar sobre qué significa eso de yo os digo, ¿sois dioses? Obviamente la distancia entre lo humano y lo divino, lo natural y lo sobrenatural, lo creado y el creador, es infinita, pero en Cristo se nos da la gracia de participar de la condición divina.

Cuando decimos, por ejemplo, que la vida humana es sagrada, ¿cómo decimos que es sagrada? Pues porque participa de la dignidad divina. Dios creador es el garante de la dignidad del hombre, porque somos imagen y semejanza de Dios y por lo tanto la garantía de la dignidad del hombre está en su creador, ha participado de su ser y en Cristo todavía esta afirmación todavía se subraya más porque él ha asumido la condición humana. Cristo es el Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad que ha asumido la condición humana, con lo cual la condición humana ha sido elevada a una dignidad que no tenía.

Por eso en la divinidad de Jesucristo el hombre también descubre su propia dignidad, hemos sido creados en Cristo. Reconocemos la divinidad de Jesucristo y reconocemos en su humanidad el don de la santidad que Cristo, que Dios quiere darnos a nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre vosotros.