La vida elísea | Prefacio ("capítulo" 0) 4f594e

Buenas. Bienvenidos a este audio de unplandivino.net. Vamos a seguir con el
segundo volumen de la trilogía de Robert James Lees.
Vamos a ver el capítulo 1 después del prefacio, donde se explaya más sobre
cosas muy interesantes que ahora veremos, muy básicas, y
en el anterior, el de a través de las nieblas, también tiene un prefacio a la
tercera impresión, que lo hice solo en texto, eso no lo
leí, que yo recuerde, y ahí ya habla de las invasiones psíquicas,
pero esa connotación que puede tener la palabra invasión parece que no está.
O sea, simplemente me dio la tentación de poner acometidas psíquicas,
pero en el primer prefacio del que hablo, que ya digo, es muy breve y está en
formato texto, tanto en las entradas como en el pdf, que ya he completado con el
primer tomo. Entonces, para un poco comentar eso, que
ya está terminado ese pdf, pues empezamos ya con el de la vida elísea. Más
despacio espero. Y ya digo, ese tema de las invasiones en ese
prefacio está comentado sin el adjetivo psíquicas, pero es una palabra que se
usaba al parecer. Y después de leer esto que vamos a hacer ahora, pues comentaré
algunas cosas según me vayan surgiendo y voy apuntando los puntos donde voy
leyendo y luego volvemos a ellos. Y sobre esto, los problemas que haya habido en
las anteriores lecturas de los 21 capítulos de A través de las nieblas,
pues siempre se pueden consultar en el pdf o en las entradas. Que puede ser que
tengáis que actualizarlas. Si están abiertas, si alguien lo lee de las
entradas, actualizarlo. O también el pdf. Es posible que haya que actualizar la
entrada donde enlazo el pdf, etcétera, porque voy cambiando a veces también el
pdf. Pero son cambios ya menores. Por ejemplo, me equivoqué en la fiebre de la
lectura cuando hablábamos de los hijos de aquel James que iba a visitar Fred a
su casa, que era un medium, donde realmente... bueno, ahora nos va a comentar
más sobre eso. Y dije que me confundí, identifiqué a Fred con James, con Robert
James. Y es Fred el que en todo caso no
habría tenido hijos en su vida. No así este señor que recibió la obra y se
casó, como nos va a comentar él mismo. Pero vamos allá ya rápidamente para
empezar, aunque tranquilamente. El libro comienza con un poema, por así decir.
Lógicamente no tenemos las rimas. Dice, allí el alma se desprende de todo peso
y por sí misma contempla y comprende. En ese claro amanecer de la verdadera luz
matutina de la vida, se vuelve, revisa y entonces debe aceptar lo que resulte del
desenfreno de la noche anterior y de la febril codicia en el vestidor de la
tierra. Es entonces cuando aprende cómo la ignorancia acariciada falsa guía ha
sido y ha llevado al alma por mal camino, valorando el oropel a precio de oro y
enseñando cómo el metal común y la verdadera riqueza eran no sólo, y que
también todo el despliegue salvaje de la mascarada que los tontos habían reunido
para sus juergas, eran ropajes, insignias, órdenes y recompensas proporcionados por
el rey, para que todos sus hijos se vistieran para el banquete nupcial y lo
engalanaran. Ahí viene la verdad y toda la falsa vestimenta en la que nos
pavoneamos, señorial y codiciada, debe ser desechada y dejada atrás como algo
peor que inútil. Tenemos que pagar su coste antes de poder avanzar.
Cada alma con doloroso pesar se despoja allí de su manto de hipocresía para
encontrarse con que su brillo real y su riqueza se desvanecen con la noche, no
dejando tras de sí, sino la señal de la pobreza.
El adjetivo de la palabra