TRAYECTO 799 L. E. Aute I (8 de junio de 2025) 563940

Quitar lo que sobra, ir a la esencia. Luis Eduardo Agute.

Hola, buenas tardes, amigos y oyentes del Transvía.

Ya sabéis, un programa que es un paseo por las letras, la música y el cinematógrafo.

Aquí, en Radio Villalba, en el 107.4 de vuestra FM.

Ya sabéis, si queréis poneros en o con nosotros, nada más que nos tenéis que escribir a nuestra dirección de correo electrónico que es el transvía-radiovillalba-hotmail.com o, en su caso, visitar nuestro blog donde podéis dejar vuestras sugerencias y, fundamentalmente, donde os podéis enterar de lo que se cuece viaje a viaje en este Transvía de las Artes.

La dirección, eltransviafm.blogspot.com Un domingo más con todos vosotros.

Hoy un programa especial en lo musical.

Le queremos dedicar toda la música a ese grandísimo compositor que fue Luis Eduardo Agute.

Se cumplen cinco años de su fallecimiento en plena pandemia y lo que será es que le dedicaremos la música en la primera etapa de su vida.

Como digo, Luis Eduardo Agute, presente en este programa.

Aquí, como siempre, Aliciente.

Buenas tardes. También nos podéis comunicar por telepatía, que creo que funciona.

Teleapatía.

Y, como siempre, Oscar Martínez a los mandos.

Lecturas, buena música y cine.

Hoy también en un clásico del Transvía.

Ya sabéis, aquí, en Radio Villalba, en el Transvía, en el 107.4.

Aliciente, Oscar Martínez y Johnny Logato esperan haceros pasar un buen rato.

A partir de dichas noticias y en varios días en los que la gente decía la guerra ha estallado y muchos recuerdos.

La gente iba y venía hasta que mi familia decidió, puesto que los fascistas estaban muy cerca, que nos marcháramos a Madrid, concretamente a la calle de Juanelo, número 25, tercero D, que era un quinto, pues abría entre suelo y principal.

El piso era de una familia muy de izquierdas, donde una tía mía servía y en el que nos acomodamos una familia por habitación.

La nuestra estaba cerca de la cocina y en el pasillo dos habitaciones con primos y demás.

El frente se había estabilizado después del suceso del cuartel de la montaña.

Mi padre, como era albañil, se incorporó voluntario al ejército republicano.

Fortificaciones, donde hizo toda la guerra.

A lo primero venía todos los días, luego ya dejó de venir, pues estuvo en todos los frentes.

Brunete, Boadilla, Pozuelo y Teruel.

Mi abuelo era enfermero del hospital militar, apodado El Sardina, por lo que mi padre y mis tíos eran Los Sardinas.

Como el hospital fue trasladado a Madrid, Hotel Palace, mi abuelo también y los días libres los pasaba en la calle Juanelo.

Creo que yo era el nieto preferido, aunque tenía primos mayores y mi abuelo me llevaba al hospital.

De camino parábamos en la calle de León y me invitaba a pastas y vino dulce.

Él se tomaba los dos chatos y yo me comía las pastas.

De esta manera empezaron a transcurrir, día a día, los cerca de tres años que dura la guerra civil.

Todos nosotros, niños, empezamos a ir a un colegio del Socorro Rojo Internacional.

Nadie se puede hacer una idea cuando todos estábamos en la casa.

Chicos éramos siete y chicas seis y nos ponían en la calle todas aquellas horas que no había colegio.

Menos mal que unos íbamos por la mañana y otros por la tarde.