El terror de la propaganda Nazi 1h3t2q

En los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial, Hitler y el partido nazi tenían un objetivo principal, adoctrinar al pueblo alemán para inculcarle la ideología nazi.

El partido nazi buscaba la opresión, buscaba conquistar, daba igual cuál fuese tu función en la vida, porque formabas parte de una enorme maquinaria de guerra.

Esto se logró mediante métodos innovadores y la tecnología más avanzada.

Les daban propaganda nazi por todos los medios.

Los nazis difundieron sin cesar su visión distorsionada del mundo.

Decenas de miles de personas del público aclamaban a Hitler casi como si fuese una figura religiosa.

Hasta las vacaciones se replantearon como adoctrinamiento patrocinado por el Estado.

Era lo que estaban creando los nazis, una ciudad entera para que los trabajadores alemanes se fuesen de vacaciones bajo el control de los nazis.

¿Hasta dónde llegó Hitler para corromper a la población alemana? ¿Cuánto éxito tuvieron sus planes de transformar una nación en una máquina de guerra perfeccionada? Historia prohibida.

En la apacible isla de Rügen se encuentra el mayor monumento que queda del proyecto de adoctrinamiento de Hitler.

Esta isla se encuentra en la costa báltica de Alemania, a 209 kilómetros al norte de Berlín.

Sus playas, repletas de arena, han sido desde hace tiempo un lugar de veraneo popular.

El historiador Nick Jackson es un experto en este lugar y en lo que Hitler planeó hacer con él.

Fue y sigue siendo uno de los lugares turísticos nacionales más caros.

Ha sido el principal destino turístico en el norte de Alemania durante los últimos 200 años.

Pero esta idílica isla oculta un pasado mucho más sombrío.

Años antes de la guerra y poco después de ascender al poder, los nazis aprovecharon la popularidad de estas costas para su propio y retorcido propósito.

Aquí construyeron un complejo vacacional mastodóntico al que se le conocería como el Coloso de Prorá.

Prorá era un complejo descomunal que abarcaba casi cinco kilómetros de longitud y aún sigue siendo uno de los mayores complejos de edificios de la era moderna.

Al propio Hitler le fascinaba la arquitectura y le gustaban las cosas construidas a gran escala porque encajaban con su objetivo de dominación global.

En Prorá había cafeterías, un cine, boleras y dos piscinas, entre ellas una con una máquina de oleaje.

Hay muchas cosas que la gente sabe del partido nazi, pero una que seguramente no sepan es que durante un periodo breve antes de la Segunda Guerra Mundial fue el mayor operador turístico del mundo.

Este descomunal edificio se diseñó para albergar a 20.000 personas.

Pero los huéspedes no tenían mucho tiempo para relajarse.

Porque en lo referente al partido nazi siempre había otra intención.

El objetivo principal de la edificación era que, bueno, te dejamos que pases unas buenas vacaciones, eso hace que te guste el régimen, y además te relajas, ya que se espera que trabajes para tu país y para crear un país capaz de satisfacer el deseo militar de Hitler de dominar Europa, y será de esperar que mueras por ese ideal.

De una forma u otra, aquello estaba a rebosar de adoctrinamiento nazi, ya fuese por discursos para la población, las canciones que cantaban o la música que escuchaban, todo estaba enfocado a ensalzar el ideal del nazismo.

Al controlar las vacaciones, el partido nazi podía vigilar y controlar a los ciudadanos de a pie.

En esos sitios había espías, y si oían a alguien hablando mal de Hitler o del partido nazi, arrestaban a esa persona, y las consecuencias eran graves o incluso mortales.

Prora era uno de cinco complejos, y los otros estaban en la costa de lo que es hoy.