Temporada 3: Capítulo 3 [La Tragedia de DARTH TENEBROUS] 6i1n46

El contenido que vas a escuchar pertenece al universo de leyendas y por lo tanto no forma parte del canon actual la tragedia de darth templos morir observó tenebroso con leve sorpresa estaba resultando ser no sólo agradable sino totalmente maravilloso si hubiera sospechado alguna vez lo mucho que iba a disfrutar del proceso no habría perdido todas estas décadas esperando a que su necio o aprendiz bloques lo asesinase así que incluso mientras yacía jadeante en torno a las púas de hielo que le atravesaban el pulmón de enebros sonrió a pesar de las sacudidas y convulsiones que como actos reflejos suponía la última rebelión de su cuerpo contra la caída de la noche eterna a pesar de los sistemas orgánicos que fallaban uno tras otro manteniendo los últimos vestigios de luz y vida dentro de las enormes complejidades de su cerebro inmensas incluso en comparación con los demás vi una especie justamente legendaria por su destreza intelectual enebros se encontró disfrutando particularmente de la desaparición gradual de sus propios mí victorianos su percepción de la fuerza era aún más aguda que los poderes de aumento de sus enormes ojos en la fuerza podía sentir cada uno de los midiclorianos desaparecer uno a uno una onda expansiva de oscuridad como estrellas eclipsadas por la silueta de una nave que se aproxima o cayendo a través del horizonte de sucesos de un agujero negro a la oscuridad la oscuridad por fin la oscuridad que había soñado la oscuridad que había planeado la oscuridad que era su único y verdadero amor la oscuridad que había tomado como nombre acaso no era darth enebros su visión se atenuó sus oídos se apagaron como si escuchase una ráfaga de viento estática en un electro localizador y a continuación silencio la única sensación que registraba su carne temblorosa era el chasquido de los huesos rotos y la lenta asfixia que ahogaba su consciencia conforme el pulmón destrozado sólo podía suministrar una fracción del oxígeno requerido por su gigantesco cerebro poco importaba escudado ante el sufrimiento por su control de la fuerza tenebrosa observaba la av agonía de su forma física con desapasionamiento adecuadamente pizano y ahora sus percepciones imposiblemente refinadas detectaban el barrido de la mente de pliegues mientras el aprendiz sondea los midiclorianos que desaparecían de su maestro moribundo con su propio uso de la fuerza como tenebroso sabía que haría tenebroso había pasado décadas asegurándose de que pliegue sería incapaz de resistirse a hacer exactamente eso el aprendiz mundo tenebroso nunca comprendería sus propias limitaciones estas limitaciones se debían sólo tangencialmente a la desafortunada tendencia de los mundos como especie a medir cada interacción como una transacción que podía ser manipulada buscando el máximo beneficio la debilidad real de pliegues era el miedo un miedo tan profundo y omnipresente que el necio ni siquiera lo registraba como una emoción una y otra vez a través de las décadas de su aprendizaje pliegues había insistido en que su miedo no era miedo en absoluto sino que afirmaba que era meramente una ración la prudencia pero tenebrosa día la verdad siempre la había sabido de enebros había elegido a su aprendiz precisamente debido a ello pliegues tenía miedo a morir si te enebros hubiera sido la clase de persona capaz de experimentar con pasión posiblemente habría sentido alguna por su aprendiz lisiado por el miedo pliegues nunca conocería la libertad de una voluntad sin ataduras que era el verdadero legado de veinte para los sith y si tenebroso hubiera sido la clase de persona capaz de ser imparcial en esas cosas habría asumido gran parte de la culpa de la incapacidad de pliegues sin embargo dado que tanto la piedad como la justicia eran completamente ajenos a su naturaleza en lugar de eso tenebroso recordaba gratamente como azuzó implacablemente a su aprendiz a través de sus largos largos años juntos había pinchado constantemente en la llaga de pliegues para asegurarse de que no pudiera sanar nunca ni siquiera los animales temen a la muerte pliegues la más humilde bestia de la existencia exhibe más prudencia racional de la que tú nunca tendrás sólo temen al dolor y las heridas las luces brillantes y los ruidos fuertes eres