T7.C5 - ¿Se Puede Operar La Vergüenza? 255f27

Hoy, Taberneritos, Taberneritas, viene un capítulo, puede ser casi modo entrevista, y viene de un tabernero a otro. Hoy me toca entrevistar a Borjibus porque va a haber una experiencia en breve, en dos días, muy potente, podemos decir, porque va a someterse a una operación que él ha tenido ahí en el trasfondo durante muchos años de su vida y por fin parece que ha llegado del día, que se le quedará marcado a Borjibus por el resto de su vida el día 10 de abril del 2025, y lo que queremos es hablar un poco del fondo de esa operación, del sentir de Borjita, del pensar de Borjita con respecto a esto. ¿Qué tal, Borjita, cómo estás? Pues bien, tranquilo, tranquilo.

Sí, ya queda menos para este momento que es un día D marcado en tu vida, ¿no? Uno de esos días, como lo llamaba este escritor Albert Espinosa, ¿no? Decía que hay como días marcados en la vida que no nos olvidamos de ellos, ¿no? Sí, y este será uno, el día de abril será uno. Sí, un día que será especial, lo recordaré siempre porque voy a hacer 40 años y fíjate, llevo 40 años pues lidiando con esta incomodidad. Eso es.

Espero, espero, que en este capítulo seguramente lo descubriréis, espero que se quite, se vaya, desaparezca de mi vida. Qué curioso, la incertidumbre ya de qué es lo que puede ser esto, con lo que has estado lidiando durante 40 años de tu vida, de lo que hemos hablado en la taberna bastante. Es un tema que hemos tratado bastante, ¿no? Sí, sí, hemos hablado mucho. Y que a los dos nos pasa en cierta medida, pero en tu caso sí que suena que es algo que es patológico y que, claro, en tu mundo también del arte dramático también lo has tenido que sufrir bastante.

Entonces, pues hay una solución. ¿Es al 100%? Bueno, ya veremos. Pero bueno, estoy contento, estoy con ganas, intento no pensar mucho en ello, intento vivir el presente, que siempre lo decimos aquí en la taberna, ¿no? Pues lo aplico y en mi día a día estoy tranquilo. Cuando llegue la operación, llegará, la viviremos y luego pues os contaré lo que pasará después de ella. Venga, vamos a arrancar ya que hay mucha incertidumbre aquí que desglosar y sacar a la luz. Así que vamos a lanzar el capítulo Borch. Venga, pues a por ello. La taberna consciente, con Xavier Nieto y Borja Uribe Salgo.

Bueno, lo primero que nos tienes que contar aquí, Borch, es a ver en qué consiste, qué, qué, cómo, cómo se le llama a esta operación y de qué se trata. La operación que me voy a hacer es, se llama simpatectomía torácica por rubor facial, que me imagino que se entenderá fácil lo del rubor facial, lo de la simpatectomía es igual un poco más complejo, pero al final yo me pongo muy rojo, ya lo sabéis saber en las tableras, tú sabes, pues imagínate, ¿no? Desde que soy chiquitín me pongo muy rojo, pues con la emoción, con la alegría, con la tristeza, con la ira, con los nervios, con la tensión, con la ansiedad, con muchas situaciones que se dan en mi día a día hacen que me ponga muy rojo.

Cada día lo controlo más, pero sí que es cierto que depende en qué situaciones me afectan un poquito más, ¿no? Hay situaciones en las que yo personalmente no quiero dar a la otra persona que tengo enfrente tantas cartas para que sepa qué emociones estoy sintiendo, ¿no? Porque quizás yo tengo el mismo grado de nerviosismo o de vergüenza o de rabia que cualquier otra persona, pero a mí, porque el funcionamiento de mis nervios simpáticos no funcionan correctamente, pues me dejan desventaja, porque muestro unas cartas que me gustaría no enseñar. —Claro, ¿y cómo descubres esto? —Mira, la primera vez que me pasa yo creo, o de las primeras, yo tengo un leve recuerdo, pero mis padres se asustaron mucho.

Estábamos en la nieve, en Astún, esquiando en casa de mis primos, y a la noche nos pusimos a jugar a la Nintendo, a la Super Nintendo. Y a medida que íbamos jugando, y yo, claro, de la tensión de estar jugando, me ponía, me puse muy, muy rojo, muy rojo, muy rojo, con manchas, me pone la cara muy roja, la temperatura me sube muchísimo.

Mis padres se asustaron tanto, tanto, tanto, mis tíos también, que me llegaron al hospital, ¿no? Pensaron que podía ser una enfermedad, creo que se llama lupus, que es una enfermedad un poco grave, y resulta que al final no tenía nada que ver con eso, ¿no? Me siguieron observando, viendo, y al final resulta que era, pues al final, el nervio simpático mío no funciona muy bien, no es muy simpático hacia mí, y hace que cada vez que tengo eso en mi mente,