T.7 - E.5: Entrevista al director y guionista mexicano Alejandro Gerber Bicecci 2t4s1g

Sean bienvenidas todas las personas que nos escuchan en cualquier parte del orden, es interesante que nos acompañen, siempre les agradecemos su presencia, su escucha, su retroalimentación. Esto es Tónica Replicante, este es el episodio 77.

Tónica Replicante Para no perder la costumbre tenemos otro invitado de lujo, es mi paisano, ya lo vamos a presentar, pero antes de que esto ocurra, como siempre, le doy la más cordial bienvenida a mi querido carnal y cómplice, Javier de Andrés Constas.

Pues muy bien, querido Beto Zúñiga, un placer de nuevo reunirnos para hablar de lo que más nos gusta, de una de las cosas que más nos gusta, que es el cine y todas sus variantes. Así que encantados de recibir a un director, a un compatriota tuyo y además con película en cartel en México, así que no podemos estar más satisfechos. Pues estamos muy contentos de darle la bienvenida a Alejandro Gerber. ¿Cómo estás, Alejandro? Muy bien, muchas gracias Alberto, muchas gracias Javier, gracias por la invitación, encantado de estar aquí con ustedes.

A mí no me deja de sorprender, Beto, que todavía haya gente que siga queriendo venir a este podcast, eso es que les tratamos bien, porque no lo pensábamos cuando empezamos esta aventura tú y yo.

Por supuesto que no, pero por supuesto, en efecto, es correcto, aquí se le trata muy bien a nuestros invitados y entonces pues para hacer este rato muy agradable y poder charlar de su película que está en cartelera, justamente, Arillo de Hombre Muerto, está justo ahora en las salas de cine en México, corran a verla, vayan a ello.

Pero antes de que hablemos de esta película, me gustaría preguntarle a Alejandro, pues, ¿qué fue lo que lo motivó a hacer cine? ¿Qué suceso, persona, qué te influyó en la vida? ¿Cómo llegas a hacer cine? ¿Cómo llegas al cine? Es una decisión de adolescente, como ocurre con mucha gente, una fascinación por el cine, una cinefilia de esas que se van generando y se van retroalimentando y que van generando cada vez más y mayor curiosidad.

Mi padre, que es un psicoanalista exiliado de Argentina y ha vecindado en México hace 48 años, o sea que ya es más mexicano que cualquier otra cosa, es un cinéfilo empedernido. Y desde muy chico, pues, tuve la oportunidad de ver películas que no necesariamente eran para mi edad, de acuerdo a los distintos criterios pedagógicos que se manejan en las distintas épocas. Y el cine se convirtió en ese espacio de gozo, de aprendizaje, de comprensión del mundo, de misterio también, particularmente de misterio, creo.

Y también, bueno, yo entré a la Escuela de Cine en México en el año 96. Intenté entrar en el 95, tenía 17 años y medio en ese momento. No entré en el primer intento, entré en el segundo ya a los 18, y era un gran reto. Si recuerdas, Alberto, en los 90s en México el promedio de películas que se hacían eran entre 12 y 15. No existía nada cercano a las series que hoy se hacen.

Había televisión, que de muy mala calidad en general, telenovelas, etcétera, etcétera. Y existía esta mitología alrededor de las dos escuelas de cine público en México, todavía existe aunque es bastante debilitada, afortunadamente creo yo, en donde solo 15 personas podían entrar por año en cada una de estas dos escuelas.

Entonces en un momento de adolescencia, de búsqueda, de una vocación, de decisiones, el reto de conseguir entrar en un medio y en una industria con el cual yo no tenía ninguna conexión más allá de mi relación con el cine como espectador, era muy llamativo. Entonces también había parte de eso, había parte como de emanciparme de las estructuras en las que uno habita, en la escuela, en la propia familia, y de demostrar que podía crecer.

Entonces, pues como le ocurre a mucha gente, y como a veces pensamos que es necesario para poder hacer cine, se volvió un poco una obsesión, ¿no? Se volvió una obsesión, se volvió también una meta en el sentido de que había que prepararse, había que estudiar, había que leer, había que entender, y eso me hizo entrar a varios talleres todavía como adolescente en la escuela preparatoria, apreciación y realización cinematográfica, todo se hizo.