
Superheroínas, con Sole Puche Díaz. María de Estrada 1x10 396t5d
Descripción de Superheroínas, con Sole Puche Díaz. María de Estrada 1x10 1s4k1t
Estamos convencidos de que muy pocos han escuchado hablar de mujeres en la época de los conquistadores y los exploradores. Pues también hubo grandes mujeres que participaron, por ejemplo, junto a Hernán Cortés de la conquista de los aztecas 3e3kh
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Superheroínas con Solepuche y Díaz por parte de Madre Bien, Álvaro Ayala y Gómez por parte de Madre pero un poco saturada con esto de la tele pero como no hay otra, pues...
¿En lunes tuviste descanso? Bueno, en general la tengo, ¿no? O sea, si a mí no me importa la tele, a mí lo que me importa es...
Salir.
...que lo grabes.
Salir de la tele.
Sí, salir. En general.
Si esta sección no la grabáramos en vídeo, ¿serías más feliz? Eh... sí.
Lo que pasa es que yo hago como que no... yo no miro así mucho.
No, si tú no tienes que mirar ahí.
Claro, hombre, pero...
Ya, el tema es que desde tu mirada ves la realización.
Claro, una fantástica realización que realizo con tres deditos.
¿Eh? Mira, una, dos...
Toma, toma, toma.
...y tres. ¿Eh? Ahí está, ahí está.
Oye, pues...
¿Qué tal? ¿Cómo estás? Bien, bien.
Bien, bien, bien.
¿Sobreviviste el lunes? Sí, claro, madre mía, claro.
Qué descanso de todo, eh.
Claro, sí, a ver, yo soy privilegiada.
No tengo... o sea, no necesitaba ningún aparato para poder vivir enchufado ni...
De hecho, me ha hecho muchísimas gracias la anécdota que me has contado cuando has llegado.
Que quería usted pagar una factura en un banco.
Ah, sí.
Y no te dejabas.
Sí, sí.
Yo imagino que...
Fui a uno y fui a otro.
...por favor, ¿queréis dejar pagarme, por favor? Fui a uno, fui a otro y dije, Sole, vete a tu casa.
Hoy no es el día de pagar.
Digo, una que quiere cumplir con sus obligaciones.
Con sus obligaciones y no terminar en la cárcel, ¿verdad? Vamos.
Bueno, vamos a por una nueva superheroína, ¿no? Sí, claro, por supuesto.
Está bien de tanta cháchara y de tanto jiji y de tanto jajá porque esto hay que seguir conociendo cuentos.
Sí, sí.
Hoy íbamos a hablar de Concha Espina, que fue una escritora.
¿Sí? Sí.
¿Otra vez? Ah, no.
Yo creo recordar...
Ya decía yo.
...que Concha Espina...
El caso es que cuando lo he visto ha sido como...
¿Has tenido un déjà vu? Sí.
El mismo que te he tenido yo.
Bueno, no pasa nada.
Yo paso la página y aquí me voy a María de Estrada.
De verdad que ha sido como...
Me suena mucho este nombre.
Creo que necesito vacaciones.
Yo, si quieres, lo confirmo.
Pero diría que ya...
Que fue la última, ¿no? No, la última no lo sé tampoco.
Pero diría que ya...
Mira, como voy a tardar poco en comprobarlo...
Madre mía.
Por favor, que lleguen las vacaciones pronto.
La última fue Egeria.
Pues no.
Concha Espina fue la anterior.
Ah, pues mira.
¿Qué tipo de orden de nuevo lógico? Pues que hice ahí una...
¿Una pirulilla? Sí.
¿Hiciste una pirulilla? Y aquí tienes el resultado que nos hemos perdido.
Notamental.
No aventurarme nunca más.
María de Estrada no la conocemos.
No.
¿Le damos? Le damos.
A ver.
¿De quién es ese cuento? Es un cuento de Angélica Ruiz y Cristina Campo con la ilustración de Lupe Cruz.
Lupe Cruz.
Creo que ya ha sonado ese nombre en alguna que otra ocasión.
Yo no voy a decir nada por si acaso.
Ya, por si acaso.
Claro.
Bueno, pues entonces vamos a cambiar el tercio, Soles, si te parece, y nos cuentas el cuento de María de Estrada.
¿Te parece? Ok.
Había una vez una niña que vivía en Sevilla y que tenía 10 años cuando Cristóbal Colón llegó a América.
¡Oh no, abuela! ¿Otra vez la misma historia de Cristóbal Colón? ¡No! Esta historia no es como las demás.
Les doy un poco de paciencia.
Como iba añadiendo.
Aquello cambió la vida de su ciudad, que se convirtió en el puerto más grande de Europa.
De allí empezaron a salir barcos con tripulaciones dispuestas a arriesgar su vida para conquistar el nuevo mundo.
María y los demás chavales y chavalas escuchaban a los marineros que volvían de allá de contar historias de sus aventuras.
Hoy ha llegado a Puerto un barco desde las Américas.
Cuentan que han visto cosas increíbles, islas llenas de animales exóticos, plantas y árboles que nadie había visto antes y minas de oro.
Todos los niños soñaban con conocer el otro lado del Atlántico.
Y María, que no tenía miedo al mar, empezó también a imaginar el modo de poder viajar a esos lugares.
Así que, en cuanto creció, se embarcó rumbo a Cuba.
No había muchas mujeres que lo hubieran hecho antes que ella.
Pero a María no le importó.
¿Por qué las mujeres no lo hacían, abuela? Pues porque en aquellos tiempos se suponía que la vida de los chavales era la misma.
Comentarios de Superheroínas, con Sole Puche Díaz. María de Estrada 1x10 5s1q4a