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Descripción de Sin Resurrección no hay Semana santa 2k4t
La Semana Santa y las procesiones han derivado en un fenómeno de turismo folclórico que cada vez atrae más a los extranjeros. Atrae, sí, pero con la misma fe desvencijada de muchos costaleros, que cargan los pasos por una especie de tradición deportiva, sin que eso tenga verdadero significado en su vida como cristianos. LIBROS RECOMENDADOS "La pasión del Señor", de Luis de la Palma "Historia desconocida de la Pasión de Cristo", de Luis Antequera "Resurrección", de Fabrice Hadjadj OTROS PÓDCAST RELACIONADOS 🤩 ¿Qué es la esencia católica? ✝️ https://ivoox.futbolgratis.org/que-es-esencia-catolica-audios-mp3_rf_88228302_1.html 🤩 Cuaresma. Religión. Historia ✝️ https://ivoox.futbolgratis.org/cuaresma-religion-historia-audios-mp3_rf_104050845_1.html REDES SOCIALES Síguenos en X (antes Tuiter) @SomosLibro y @hptr2013 Canal en Telegram https://t.me/lol33s ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/1029497 623r4g
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La Semana Santa es uno de los momentos culminantes en la vida del cristiano, también lo son la Navidad y la Pascua de Resurrección. Estas tres festividades son parte donde se evidencian los pilares sobre los que se sostiene la salvación del hombre, que son la venida de Dios al mundo y, lo más importante, la redención de nuestros pecados. Sin embargo, la secularización de la sociedad ha hecho olvidar el origen y sentido profundo de estas fechas.
De estos actos se toman sin más como días de ocio y hasta se pierden los fundamentos últimos de nuestra propia cultura cristiana. La Semana Santa y las procesiones han derivado en un fenómeno de turismo folclórico que cada vez atrae a más extranjeros. Atrae, pero con la misma fe desvencijada de muchos costaleros que cargan los pasos por una especie de tradición deportiva sin que eso tenga verdadero significado en su vida como cristianos.
Quizá esto también se deba a una cierta dejación por parte de quienes están llamados a pastorear al pueblo de Dios, que con frecuencia practican homilías mudas, sin vincular, por ejemplo, la pasión del Señor con la existencia concreta de los fieles donde puedan enraizar un sentido pleno de lo que viven. Vivimos con subidones de adrenalina apasionada durante esta semana, movidos por la intensidad del dolor de un hombre al que casi nadie reconoce ya como el Dios que murió por nosotros, por nuestros pecados.
Y también hay que decir que la Iglesia en su conjunto también carga parte de esa responsabilidad, porque, como diría Chesterton, abro comillas, si el mundo se hace demasiado mundano, podrá ser reprendido por la Iglesia, pero si la Iglesia se hace demasiado mundana, el mundo no podrá sorprenderla por su mundanidad. Cierro comillas.
Esta decadencia de la jerarquía quizá proviene de cierto temor al mundo. A menudo nos dejan huérfanos. Hacen y deshacen, dicen o no dicen, sin dar una explicación a sus razones a las que la Grey pueda entender qué es lo que está sucediendo con sus pastores. Y esto no contribuye precisamente a nuestra paz interior, y menos aún a la exterior. Y como suele decirse, a buen entendedor, pocas palabras bastan. A los que viven la Semana Santa con verdadera pasión, les recordamos que nada de esto tendría sentido sin la resurrección del Señor, tres días después de su crucifixión.
La resurrección es el fundamento de la existencia de Jesús de Nazaret. Es lo que impide que lo reduzcamos como a un personaje más en la vitrina de la historia. Es la prueba de que las Escrituras se cumplen hasta la última coma y la evidencia de que, desde aquel día, las fuerzas del mal, que hasta entonces estaban desconcertadas, se han activado y operan en todos los frentes, aprovechando el poder sobrenatural que también poseen. El mundo se alía con el demonio, y la carne entra en juego para desatar las hiras del infierno. Sólo a través de la mentira intentan borrar las huellas de Cristo en la tierra.
En su iglesia, que es de Cristo, no de los hombres, en sus mártires, que siguen muriendo cada día, ya sea con su vida como en Pakistán, Irak o el Congo, o sufriendo persecución en Siria, o siendo marginados y vutuperados en Occidente. La resurrección es la razón de nuestra fe. Sin ella, todo lo demás pierde peso, porque se disuelve en la muerte. Y si volvemos a Chesterton, él mismo nos recuerda por qué el cristianismo fiel a la iglesia tiene pleno sentido. Y dice, abro comillas, en comparación con el judío, el musulmán, el budista o la mayoría de las alternativas obvias, cristiano quiere decir hombre que cree que la deidad se ha ligado a la materia y ha entrado en el mundo de los sentidos.
Cierro comillas. Es decir, el cristianismo se encarna en nuestra forma de ver, de vivir, de conocer, de amar y de morir. Sólo el cristianismo tiene esta capacidad transformadora porque es la resurrección y la llegada del paráclito la que nos inocula el espíritu y renueva nuestro interior. Todo lo demás, filosofías o fundamentalismo religioso es ajeno a la persona. Retomar la religiosidad a través de las tradiciones y la vivencia auténtica de la fe debe impulsarnos a ser coherentes durante todo el año.
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