El sabor en las palabras #441 Clara Lucía Grisales 1 6w76m

Programa de Radio Bolivariana, de la Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín, Colombia.

El sabor en las palabras, un recorrido por el valor que los escritores le han concedido a la culinaria en sus producciones literarias.

Una reflexión estética sobre la importancia del gusto, el olfato y el sabor en diferentes culturas.

Presentan los profesores Hernando Villa y Juan Diego Alzate.

Cordial saludo, amables oyentes.

De nuevo estamos en El sabor en las palabras.

Hoy con la presencia de la profesora Clara Lucía Grisales.

Cocinera, antropóloga, docente, investigadora, escritora, compositora.

Clara Lucía, muchas gracias por estar en El sabor en las palabras.

Gracias a ti por invitarme.

Qué buena esta posibilidad de hablar de comida y letras.

Muy importante esa advertencia que me hiciste.

Primero que todo, cocinera.

Así es.

Contanos, a ver, de dónde te nació esa conciencia de cocinera, como decía Rigoberta Menchúera.

De dónde me nació la conciencia.

Sí, de dónde me nació la conciencia.

Pues yo te podría decir que, la palabra puede ser una fea, pero así como la gente tiene banda sonora, yo tengo como banda sabora.

Entonces me podría dividir como la vida en platos.

Y entender mi dinámica de crecimiento y de construcción como profesional a través de encontrarme con platos muy armados y recetas.

Porque detrás de esos platos, una visión de cultura, de territorio, de comprensiones que van más allá de la receta.

Y creo que siendo muy niña, eso se despertó rápidamente.

Y no sabría si porque quien llevaba la batuta en el tema cocina era mi padre y no mi madre.

Entonces advertí ahí un asunto distinto de la cocina y de cómo cocinar, ¿cierto? Las implicaciones que eso tiene para cualquier persona.

Entonces yo te podría decir que yo me moví a hacer las disciplinas que hice trabajando, estudiando, a propósito de ser cocinera.

De pensar en comidas.

Entonces hice teatro, buscando hacer toda una comensalía muy ritual y muy específica.

Entonces me moví dentro del teatro.

Entonces después dije, me voy para la antropología, quiero saber de los territorios, de las culturas.

Pero fue como en la conciencia primero tener, primero habitar mi cocina.

Bueno, por acá hemos tenido de teatro al maestro Henry Díaz, pero siempre seguimos con esa pregunta.

Porque algunos dicen, no, en el teatro no se puede comer.

Y me acuerdo mucho pues de lo bravo que era el maestro Rodrigo Saldarriaga a propósito ahora de los 50 años del pequeño teatro.

Era muy exigente con los ruidos y con la disciplina en el teatro.

Porque para él el teatro era un templo, ¿no? Tenemos anotado ahí en la lista a Cristóbal Pelás que nos dicen que sí es muy buen cocinero.

Vamos a ver cuando lo tenemos por acá y si no ya lo anotamos a usted para que nos hable de todas las posibilidades de la cocina en el teatro.

Bueno, hemos tenido usted que es antropóloga de la Universidad de Antioquia.

Le comentaba que hemos tenido algunos referentes acá en estos 12 años del sabor en las palabras.

Siempre nos estamos acordando de él y con mucha gratitud por todos los caminos que abrió del maestro Julián Estrada.

Pues también obviamente a la maestra Luz Marina Vélez, a Luis Vidal y a otros que están invitados pero que son un poco más escasos.

Pero bueno, hay de todas maneras como todo un ambiente en torno a lo de la cocina.

Ahora todavía que se está estrenando ese pregrado en el Carmen de Viboral allí en la Universidad de Antioquia.

Hay muchas opciones y posibilidades y ahora usted está incursionando también desde la educación.

Sí, a ver, en antropología venimos trabajando comida desde hace muchísimo rato.

Yo te puedo decir que más o menos hacia el 92 que se dio el Congreso de Antropología en Antioquia, pues que se dio dentro de la Universidad de Antioquia, hablar de comida no era muy bien visto para la antropología porque era como una pseudorama, ¿cierto? Entonces teníamos a Julián Estrada, pero te podría decir que muy marginalmente porque no estaba dentro del departamento.

Y acababa de llegar de África Ramiro Delgado, pero no venía como maestro.