Rusia y China, ¿unidos hasta cuándo? 4a3c

El análisis internacional. Javier Granados ¿Qué tal? Muy buenas tardes. Abrimos aquí un nuevo análisis internacional y hoy para mirar a las relaciones entre Rusia y China que sin duda se han convertido en una asociación estratégica muy sólida. Un dato lo confirma. En la última década sus líderes Vladimir Putin y Xi Jinping se han entrevistado personalmente en 46 ocasiones y la última hace tan solo unas semanas en Moscú. Vamos a abordar esta profunda relación, las posibles debilidades si las tiene y sobre todo intentar responder a la pregunta si Estados Unidos podría requebrar esta sólida relación.

Pero además de este asunto vamos a contarles los detalles de tres procesos electorales que se han celebrado esta semana en Europa, en Polonia, en Portugal y en Rumanía que han vuelto a demostrar la fortaleza que tiene cada vez más las formaciones de extrema derecha en suelo europeo. Y vamos a finalizar nuestro análisis internacional de esta semana con un particular homenaje a Pepe Mujica, ex presidente de Uruguay, ex guerrillero también y que ha fallecido hace tan solo unas semanas.

La democracia no puede ser perfecta porque los humanos no somos perfectos, pero hasta ahora no hemos encontrado un sistema mejor. Cuídenla.

A los 89 años ha fallecido el gran referente político de la izquierda latinoamericana Pepe Mujica. En la realización técnica tenemos hoy a Juanma Rodríguez y comienza a partir de ahora aquí en la Radio Canaria el análisis internacional. La asociación China-Rusia es nuestro próximo asunto.

Sin duda ha sido la clave para la supervivencia de Rusia en estos años de guerra, pero ahora aparece en ella un nuevo actor, que es el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que podría ponerla en peligro. Para abordar este asunto hemos invitado hoy a nuestro análisis internacional a Roberto Mancilla. Analista, ¿qué tal Roberto? Buenas tardes.

Buenas tardes, muchas gracias. ¿Cómo de sólida es ahora mismo esa asociación estratégica Rusia-China? Bueno, es evidente que hay un factor diferencial con respecto a los anteriores gobiernos de Estados Unidos, sobre todo la istración Biden, y es que la istración de Donald Trump ha ejercido una política mucho más agresiva, principalmente en materia de ancillaria contra China.

Y al mismo tiempo las negociaciones que se llevan a cabo entre Estados Unidos y Rusia sobre la posibilidad de una salida negociada al conflicto de Ucrania, pues tienen un elemento geopolítico estratégico evidente para Estados Unidos. Intentar distanciar a Rusia de China en una asociación estratégica integral a todos los niveles, que lleva ya más de tres décadas prácticamente en consolidación.

Digamos que este último aspecto puede ser moderadamente poco efectivo, principalmente porque desde el comienzo de la invasión rusa-ucrania, China se ha convertido principalmente en su gran aliado, sobre todo desde el punto de vista económico, y en ningún momento Beijing ha condenado o ha criticado la invasión militar rusa-ucrania, tampoco la ha apoyado específicamente, ni tampoco ha apoyado las ganancias territoriales y su integración de facto en la federación rusa en el terreno.

Quiere decir que para Rusia la asociación estratégica con China, este alto nivel es sumamente importante, y al mismo tiempo si bien Putin y las élites rusas buscan de alguna manera un reacomodo de relaciones con occidente que implique de alguna u otra forma el fin de las sanciones y un regreso de las inversiones internacionales, esto no explicará una ruptura abrupta en esa relación estratégica entre Rusia y China. ¿Y qué factores podrían debilitar esa relación rusa-china? Todo depende de hasta dónde está dispuesto a llegar Donald Trump con esta ventana, digamos, de normalización de relaciones con Rusia, incluso degradando el apoyo militar de inteligencia y económico que la istración va a generar a Ucrania.

Tampoco la posibilidad de esa salida negociada, y ya sabemos que hay una petición prácticamente impositiva por parte de Washington al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, es que acepte de facto las pérdidas territoriales a favor de Rusia en este conflicto. Esto es una concesión a toda regla que obviamente es una gananza geopolítica para Rusia y para Putin, porque estaría reconociendo el hasta ahora principal benefactor de la guerra.