EL RESPLANDOR PARTE 5 (Final) 422p4c

Quintana cuestión de vida o muerte treinta y ocho florida dic el tercer hijo de la señora valoran con su ropa blanca de cocinero john la que trae aparcado en un ángulo de la boca hizo retroceder sur recuperado cadillac para sacarlo del aparcamiento que había el fondo del mercado mayorista de verduras y violentamente la vuelta al edificio máster tono que pese a ser uno de los dueños seguía andando con el paso cansado que había adoptado desde antes de la segunda guerra mundial estaba entrando un cajón de lechugas en el edificio alto y oscuros calor al oprimir el botón que bajaba la ventanilla del acompañante esos aguacates están demasiado caros tacaño vociferar máster todo lo miro por encima del hombro delató su sonrisa hasta dejar ver los tres dientes de oro y gritó a su vez te puedo decir exactamente donde puedes meterte los compañeros comentarios como ese son dignos de atención hermano master con le mostró el dedo del medio jalonar le devolvió la cortesía encontraste los pepe anillos en vinagre si preguntó máster tal si ven mañana por la mañana que te daré las mejores patatas nuevas que hayas visto en tu vida te enviaré al chico respondió jalonando bienes esta noche tu pones las bebidas hermano y a las tengo compradas cuenta conmigo y no empieces a fondo cuando vuelvas me oyes desde aquí hasta sam pite todos los polis se saben tu nombre que he enterado estas no comento valoran burlón más de lo que estarás tu en tu vida hombre pero escuchen que negro impertinente que te crees vamos vete de una vez si no quieres que empiece a tirarte las lechugas pues si me las tiras gratis ya puedes empezar máster tony hizo además de tirarle una calor la esquivo volví a subir la ventanilla y se alejó se sentía estupendamente hacia más o menos media hora que venía sintiendo olor a naranjas pero no le parecía extraño se había pasado la última media hora en un mercado de frutas y verduras eran las cuatro y media de la tarde hora del este del primero de diciembre y el perro invierno estarías estando su trasero y las dos sobre la mayor parte del país pero aquí los hombres andaban con camisas de manga corta y cuello abierto y las mujeres usaban vestidos de verano y shorts en lo alto del edificio del fax van de florida un termómetro numérico adornado con enormes pomelo se anunciaba obstinada mente veintinueve grados gracias sean dadas oh dios por florida pensó jalonando con mosquitos y todo en la parte de atrás del coche llevaba dos docenas de aguacates un cajón de pepinos otro tanto de naranjas y de menos tres sacos llenos de cebollas de bermudas la mejor hortaliza que pueda se le ha ocurrido a un dios bondadoso algunos guisantes estupendo es que serían servidos como entrada y que nueve casos de cada diez volver la cocina intactos y una magnífica calabaza que era estrictamente para su consumo personal calor se detuvo en el carril de salida ante el semáforo de vermont street y cuando la flecha verde le dio paso tomó la carretera estatal doscientos diecinueve subió la velocidad sesenta y cinco y allí se mantuvo hasta que la ciudad empezó a diluir se en la sucesión suburbano urbana de gasolineras y cafeterías la compra del día no era grande y podría haber encargado de de quedar que la hiciera pero vez de que era había estado fastidiando para que le enviarán a comprar la carne y además valoran no se perdía la oportunidad de una alegre discusión con frank máster ton si no era un caso de fuerza mayor tal vez esa noche master ton si apareciera haber un rato de televisión y tomar en algunas copas con él y tal vez no de cualquier manera estaría bien lo que importaba era haberlo visto y ahora cada vez importaba porque ya habían dejado de ser jóvenes en los últimos días dic tenía la impresión de estar pensando mucho en eso ya no era tan joven y cuando uno se acercaba a los sesenta o cuando los pasado más bien para que mentir tenía que empezar a pensar en la salida de escena que podía ser en cualquier momento era en eso es lo que había estado pensando esa semana aunque no era una obsesión era un hecho morir era una parte de la vida y para ser una persona entera había que reconocer ese hecho y por más difícil de entender que pudiera ser el hecho de la propia muerte por lo menos no era imposible de aceptar calor