
Putin ignora, Trump improvisa y China gana tiempo. Y el resto del mundo, en silencio 1y3z10
Descripción de Putin ignora, Trump improvisa y China gana tiempo. Y el resto del mundo, en silencio 6u136m
Mientras Rusia es señalada por el derribo del vuelo MH17, China y Estados Unidos negocian una tregua comercial en medio de tensiones globales. ¿Es este un nuevo orden multipolar o solo un respiro antes del próximo choque? En este episodio analizamos el trasfondo de la nueva distensión entre Washington y Pekín, la decisión internacional que responsabiliza a Moscú, y la visión del economista Yao Yang sobre cómo sobrevivir en un mundo donde la cooperación ya no es un lujo, sino una necesidad. Una reflexión crítica sobre poder, hipocresía y estrategia en un tablero global que se fractura… pero aún no colapsa. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/2491431 4k4b71
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
En un mundo que parece disfrutar de sus propias contradicciones, dos noticias recientes nos recuerdan que el camino hacia la estabilidad global es tan sinuoso como un drama de telenovela.
Por un lado, China y Estados Unidos, los eternos rivales de la economía mundial, han decidido darse una tregua en su guerra arancelaria, reduciendo tarifas y prometiendo charlas regulares como si fueran una pareja en terapia.
Por otro, la ONU ha señalado a Rusia como responsable del derribo del vuelo OMEA-17 en 2014, un recordatorio de que la justicia internacional a veces llega tarde y sin dientes.
Mientras tanto, el economista chino Yao Yang, con la calma de un filósofo y la precisión de un cirujano, nos ofrece en una entrevista una hoja de ruta para navegar este caos.
Cooperación, aunque sea a regañadientes, es la única salida.
Pero ¿puede el mundo realmente aprender a trabajar en equipo cuando la confianza es un bien más escaso que el oro? Empecemos con la buena noticia, o al menos la menos mala.
Tras dos días de intensas negociaciones en Ginebra, China y Estados Unidos anunciaron el lunes que reducirán la mayoría de los aranceles impuestos desde el fatídico Día de la Liberación de Abril, cuando Donald Trump decidió que grabar al mundo entero era la solución a su déficit comercial.
Ahora, los aranceles estadounidenses sobre bienes chinos bajarán al 30% y los chinos sobre productos yankees al 10%.
Con un 91% de las tarifas de abril eliminadas y un 24% suspendidas por 90 días, no es exactamente un abrazo fraternal, pero al menos ambos han dejado de arrojarse los platos.
El acuerdo, según el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Besant, busca evitar una desconexión económica.
Traducción, nadie quiere un divorcio total, porque ambos saben que el costo sería catastrófico.
China, por su parte, celebra el avance con un comunicado que destila optimismo diplomático.
Esto beneficia a productores y consumidores de ambos países y al mundo entero.
Suena bonito, pero no nos dejemos llevar por el entusiasmo.
Como señala Yao Yang, presidente de Pinpoint Asset Management, este trato es un éxito táctico para China, que logró bajar los aranceles sin ceder en temas sensibles como tecnología o fentanilo.
Mientras tanto, Estados Unidos enfrenta un déficit comercial de 1.2 billones de dólares y una presión interna para mostrar resultados antes de las elecciones de mitad de mandato.
¿Quién tiene la sartén por el mango? Según Yao, China, que juega con la ventaja de un adversario en apuros fiscales.
Los mercados, siempre alérgicos a la incertidumbre, aplaudieron con cautela.
El índice Hang Seng subió un 2.98%, el Yuan Offshore rompió la barrera de 7.2 frente al dólar y el oro, ese refugio para los nerviosos, cayó un 3.1%.
Pero no cantemos victoria, este alto el fuego de 90 días huele más a estrategia para ganar tiempo que a un compromiso duradero.
Como advierte Yao, la imprevisibilidad de Trump, que un día niega bajar aranceles y al otro insinúa que todo irá bien, podría convertir esta tregua en un espejismo.
Y mientras Hong Kong se apresura a exportar antes de que el castillo de Naipe se derrumbe, la pregunta sigue en el aire ¿Es esto el comienzo de una nueva era de cooperación o solo un respiro antes de la próxima pelea?
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