Programa 22 - Meeple Foundry y el Gran Círculo con Diana y Samu 2h2y4d

Bueno, a ver, lo bueno es que uno puede ser Samuel, otro Sam y otro Samu.

Tú eres Sam.

Yo no soy Sam, tía.

Tú eres Sam.

Y Samuel tampoco me gusta porque solo me llama Samuel, mi madre cuando estaba cabreada o las cartas de amor del banco que tampoco me hacen mucha gracia, o sea, claro.

Bienvenidos y bienvenidas de nuevo a Turnos Consecutivos, el podcast donde se habla de juegos de mesa modernos y de otros temas relacionados con el mundillo friki, pelis, series, libros y mucho más.

Bienvenidos de nuevo a Turnos Consecutivos, hoy episodio 22.

Yo soy Sam y como siempre me acompañan mi vecino Will.

Buenas a todos.

Se nota que te has recuperado la voz en el interior del programa.

Y desde Londres, Chris, ¿qué pasa? La voz.

Hello, hello, hello.

Me gustaba más la otra voz que tenías, la que hola, me llamo Sam.

Sí, sí.

Sí, que se estuviera muriendo, ¿no? A mitad del programa.

Genial.

No, hombre.

Quería comentar que hoy no estamos solos, hoy tenemos, la verdad, dos invitados enormes.

Invitados estrella.

Sí, sí, ya te digo, tengo mucha ilusión con este programa, a ver qué sale de aquí.

Para los que...

Los voy a poner ya, no sigo hablando.

Y tenemos aquí a Diana y a Samu de Meeple Funding.

Hola.

¿Qué tal? Gracias por lo de estrella, pero no soy yo.

Para mí lo sois, para mí lo sois.

Ay, muchas gracias.

Gracias, gracias.

Madre mía, hombre.

¿Qué tal? Chicos.

Muy bien.

Muy bien, muy bien.

Con mucha ilusión.

A ver cómo sale el programa, como dices tú, que no somos expertos en esto como vosotros.

Bueno, tú tampoco, ¿eh? Tampoco, tampoco.

Llevamos 22 episodios nada más.

Tampoco es que llevemos...

No hemos hecho mil años aún.

Bueno, ya lleve más que nosotros, ¿eh? Sí, sí.

Bueno.

Apenas hablamos español, así que imagínate.

Bueno, tú...

Yo soy andaluz, yo sé que tampoco cuenta.

Bueno, chicos.

Pues...

Hago un breve resumen de qué tenemos hoy, como hacemos siempre al inicio del programa.

Vale, pues vamos a empezar con la entrevista clásica a nuestros invitados, a ver qué nos cuentan.

Luego haremos cuatro reseñitas, luego, explorando otros mundos, vamos a hablar de un videojuego, del que yo me callaré bastante porque sé poco.

Y luego...

Un gran videojuego, ¿vale? Recomendaciones random, cada uno va a hacer tres recomendaciones y dará su opinión.

Videojuego redondo.

Y por último, pues nada, como siempre, a la vuelta de la sección nos contarán los invitados, han dicho que nos van a contar una historia y la verdad es que muchas ganas de escucharla.

Sí, sí, muchas, muchas.

Así que nada, empezamos con la primera sección, vamos a ello, la entrevista.

Vale, pues la entrevista.

Chicos, ¿estáis preparados para nuestras preguntitas? Sí.

Estoy preparado.

¿Cuál es vuestra primera pregunta? Vale, chicos, ¿cómo os introdujisteis en el mundo de los juegos de mesa moderna? Es verdad que ya vosotros precisamente acabáis de hacer un programa con Imisud, en Más Madera y ahí tenéis una entrevista brutal para el que la quiera oír, mucho más densa que la nuestra, pero contadnos también vosotros, ¿cómo os introdujisteis? ¿Los queréis por separados o juntos? Porque podemos hacer de varias personas.

Vosotros decidís.

O sea, separados, yo empecé jugando en el rellano de la escalera de mi piso, o sea, yo vivía en un noveno, mi vecino vivía en un octavo y quedábamos en el rellano a jugar a lo que pillábamos y en aquella época pues era, pues yo qué sé, Cruza Estelar, Battlemaster, Hero Quest, Imperio Cobra, esas cosas, ¿no? Que era lo que tú antes ibas a utilizar y es lo que había y además nunca se agotaba, tú podías ir un año después y seguías viendo juegos, no lo pasa como ahora.

Eso es como, yo creo que mi niñez fue así como, pues los noventa o algo así estará.

No me imagino a nadie jugando en un rellano en Hero Quest.

Sí, era más muy tirado, era rollo de, yo ahora mismo seguramente no podría, pero a nosotros valía más la experiencia que estar cómodo.

¿Te tirabas en la escalera o no? No, tienes una experiencia igual.

Yo en el pueblo era el Hero Quest, pero era ahí en la calle, literalmente.

¿En la calle? Así acababa el Hero Quest luego, sí.

Yo no tenía amigos.

Yo nunca pude jugar con nadie.

Hablaremos de eso en otro programa.

Teníamos muy asignados los roles, ya sabéis, Hero Quest eran cuatro, entonces había uno que tenía que ser siempre por cojones el bárbaro, el mago, o sea, ahí se veía un poco también quién era el protagonista, quién no, quién era el que menos caía bien.