Fernando Botella estudió Biología en la Universidad de Valencia porque, como él mismo se define, «me encanta todo lo que tiene que ver con estar vivo». Es profesor en algunas Escuelas de Negocio y Universidades dentro y fuera de España. Además, ha creado su propia empresa, think&action, dedicada a la consultoría estratégica, a la formación en habilidades profesionales y comerciales para directivos y ejecutivos. Botella tuvo muy claro desde pequeño que quería investigar sobre el cerebro y la mente humana. Por eso empezó con Biología pero siguió sus estudios en la Neurociencia, centrándose en la morfología del consumo aplicada al marketing para ver cómo funciona el cerebro y cómo se toman los decisiones. Para ello, la Universidad y los docentes que encontró por el camino fueron claves para desarrollar su pasión: «Para mí los profesores tienen un valor muy importante, están al mismo nivel que los médicos, son los que enseñan, los que aprenden, los que forman…». Después se fue a Estados Unidos «sin saber casi inglés. En mi época, estudiábamos francés en el colegio. Ahora es muy fácil viajar y estudiar fuera pero en esos tiempos era muy complicado, y más viniendo de una familia humilde y de pueblo». Allí dejó «la bata por la corbata», y se introdujo en la industria farmacéutica como product manager. Durante esta experiencia, Botella aprendió a entenderse con los mercados y los consumidores, a tejer relaciones con personas y empresas de todo el mundo y a incorporar el modelo de liderazgo. Pero cuando estaba en la cresta de ola de la profesión, decidió dejarlo y empezar su camino como profesor y conferenciante, porque «no hay nada mejor que la sensación de compartir». «No se trata de salir de la zona de confort, sino de entender de que la vida de uno está formada de muchas vidas, y hay que vivirlas». Botella dice que hace falta valentía pero sobre todo, hace falta decisión. Fue en ese momento donde empezó su propia empresa think&action, una consultora estratégica para empresas que también se encarga del acompañamiento a directivos. Para él, lo fundamental es buscar la innovación en todo lo que hace para reinventarse y entretener de la mejor forma posible. Por eso, reconoce que en el mundo universitario, a la institución le falta dinamismo y modernidad. «Quizás sea porque tengo contagio del modelo americano, pero tiene que ser la empresa la que se encargue de sus propio camino». Aún así, sabe que esa modernidad del modelo universitario pasa también por políticas y reglamentos sociales en los que es necesario que participen todos los agentes.