PdeP 067 ESPICHES 42 Hipnosis l2h68

Don Luis Luis presenta. Luis Luis, Don Charlie y Charlie, ¿cómo está? Pues yo muy bien, muy bien.

Oiga, oiga, Don Luis Luis, escúcheme bien lo que le voy a decir, escúcheme bien lo que le voy a decir.

Le voy a dar el tema para su sección de esta semana, se lo repito, le voy a dar el tema para su sección de esta semana y quiero que esté atento, quiero que esté atento. Un momento, Charlie, ¿qué le pasa? ¿Ya tiene pegas? No, no, no, pero me gustaría que me dijera porque me está repitiendo todo dos veces.

Yo, yo, ¿qué cosas se le ocurren? Pero ¿qué cosas se le ocurren? Bueno, Carlos, a ver, ambos sabemos que usted está haciendo lo que yo digo, pero me gustaría saber por qué y sobre todo, y viniendo de usted, ¿para qué? Bueno, verá, verá, Don Luis Luis, me gustaría que cada vez que le diga una cosa, usted mirara a la izquierda y cada vez que digo esa misma cosa, usted mirara a la derecha. Se lo repetiré. He estado usted mirando a la derecha, pues ahora mire a la izquierda.

Me gustaría que cada vez que yo dijera una cosa, usted mirara a la derecha y cada vez que digo esa misma cosa repetida, usted mirara a la izquierda. Muy bien, muy bien, muy bien, derecha, derecha, muy bien, izquierda, izquierda, perfecto, perfecto, perfecto, derecha, perfecto, izquierda. Vale, Charlie, ¿pero cuál va a ser el tema de esta semana para mi sección? Ah, bueno, eso, eso luego, ah, bueno, eso, eso luego.

Ahora no tiene demasiada importancia, ahora no tiene demasiada importancia, ¿sabe?, ¿sabe? No, deje la cabeza quieta, no, deje la cabeza quieta, derecha, no, deje la cabeza quieta, izquierda, no, deje la cabeza quieta, así me gusta, así me gusta, muy bien, muy bien, izquierda, derecha, izquierda, derecha, izquierda, derecha, míreme, míreme, yo soy, yo soy como, como, un péndulo, un péndulo, mírelo, mírelo. Con textos, con libros, con Tondi, con Don Luis Luis.

Ey, ey, tú, tú, sí, sí, tú, tú, tú, mírame, mírame bien, mírame a los ojos, fijamente, no hagas trampas, no te pongas a contar ovejas, ni a recordar toda la ropa interior de tu mujer, ni tengas la mente pensando en la quiniela del domingo mientras clavas tus ojos en mí, porque eso es tontería, si realmente quieres quedar inmune de esto, simplemente le das al dedito y rebobinas, fast forward y te saltas a sección, si te quedas, me vas a mirar fijamente a los ojos y no te me hagas el chulo, porque soy el más rápido a este lado del pecos mirando a los ojos a los demás y preguntaréis, con cierta lógica, cómo vamos a mirarte a los ojos si no sabemos qué ojos tienes, cuál es tu mirada, bueno, tampoco yo sé la vuestra, en cualquier caso, eso es lo de menos, porque voy a tratar de hipnotizaros con mi verbo, qué voy a hacer, voy a soltar un speech contextual aburrido, repetitivo, mesmerizante, una especie de nana mantra, un soniquete hecho de palabras, para de ese modo tratar de aletargar vuestras mentes, no, no voy a hacer eso, voy a hacer algo divertido, más que un soniquete, un sonajero, un poco loco, esto planteado así sería como intervenir en vuestro adormecimiento mental a base de golpes sonoros, soplapolleces, sustos, subidas repentinas de volumen, un continuo sobresalto, vamos, en principio no es eso lo que pretendería un hipnotizador, pero por qué no, porque al fin y al cabo, cuál es la última misión de un hipnotizador, bucear dentro de tu mente, para extraer cosas, bueno, para extraer cosas de la mente de alguien, no necesariamente has de hipnotizarlo, puedes emborracharlo, por ejemplo, cuántos seres que habitan este planeta no se han encontrado una noche con una persona a la que no habían visto jamás y cuatro copas después han salido de aquel garito cogidos del hombro y llamándose hermano, empezamos, a ver, mireme los ojos, bien, sí, ok,