El Otro México: Pakal, el Astronauta de Palenque 25316z

Hay lugares que atraen de una forma especial lugares que una vez visitados de por ahí dentro un rescoldo en el inconsciente que nos incita a volver que sea por su ambiente por el sonido que los envuelve o tal vez porque siempre queda algo por descubrir de esos lugares palenque es uno de ellos allí entre las viejas piedras cercadas por la selva la luz es otra y es otro el aroma resulta difícil sentir la misma emoción que hace mil quinientos años sentían los sacerdotes astrónomos cuando cada atardecer contemplaban desde lo alto de la torre como el sol era devorado por el monstruo de la tierra ya habíamos estado en palenque pero quedó algo por hacer no tuvimos tiempo de visitar a un viejo amigo pascal alguien demasiado importante como para que no regresáramos ya les dije que siempre había un motivo para volver tal vez sea esta la construcción más importante de palenque una pirámide de gradas llamada el templo de las inscripciones es un nombre adecuado porque a los dos lados de la entrada central de la segunda sala del templo en la pared del fondo hay seiscientos veinte inscripciones o glifos que están esculpidos en la piedra únicamente en copán existen unas inscripciones agrupadas más extensas pero no es ese críptico mensaje lo que hace del templo de las inscripciones el edificio más visitado por los turistas sino algo más escondido y enigmático mi un día del año mil novecientos cuarenta y nueve alberto ruz director entonces de las excavaciones en este yacimiento arqueológico descubrió aquí en el suelo del vestíbulo que una de las losas tenía doce manchas circulares dispuestas simétrica mente dedujo que podía tratarse de tacos de piedra que tapaban orificios practicados en la losa y así era lo que llevaba otra deducción probablemente esos agujeros habían servido para pasar por ellos sogas con las que levantar la losa y eso era tanto como decir que bajo esa losa había otra sala o un pasadizo descendente los tacos de piedra fueron retirados con cuidado y la losa levantada y allí confirmando las esperanzas del arqueólogo unos escalones señalaban un camino hacia la profundidad de la pirámide la escalera estaba tapada por escombro y alberto ruz no terminó de despejarla hasta un par de años después cada escalón que iba quedando al descubierto significaba un paso más en dirección al hallazgo de algo que cada vez se intuía más importante por fin en mayo de mil novecientos cincuenta y dos pudieron caminar por un corto corredor que terminaba en un muro de piedra despejado ese obstáculo penetraron ninguna cámara que a la luz de las linternas mostró un aspecto bien distinto al que ahora tiene del techo colgaban estalactitas producidas por siglos de filtraciones y en el suelo yacían seis esqueletos teñidos de color rojo los restos de seis adolescentes sacrifique canos cinco varones y una hembra que por su deformación craneana y las incrustaciones en los dientes habian pertenecido a la nobleza maya porque si sacrificio tal vez la respuesta estaba tras una losa vertical de forma