Ojoslandia: El Monumento que te observa. 254j9

Bienvenidos navegantes, os habla Fátima Alcúdia. Ya sabéis, como vengo anunciando hace varios días, hace varias semanas en redes sociales, pues que estoy muy contenta con la forma en la que está creciendo esta familia y con la que está creciendo este podcast. Por eso me gustaría premiar la fidelidad de nuestros mecenas, aunque a mí más que mecenas, pues me gusta llamaros los Corsarios de Magonia.

Para daros las gracias he decidido hacer una serie de programas donde contar la historia e impresiones de lugares que yo misma he visitado y que considero mágicos por una cosa o por otra. Así que hoy, queridos Corsarios, levamos anclas e izamos velas para viajar de Magonia hasta Ambite, más concretamente para visitar un monumento dedicado a los ojos.

En 1969 el astrofísico Jacques Vallée escribe Pasaporte a Magonia, un ensayo que nos transportó más allá de las fronteras de nuestra realidad. Magonia es el lugar donde las buenas gentes danzan con bellísimas hadas, lamentándose del tosco e imperfecto mundo inferior.

Visiones de mundos paralelos que se mezclan, encuentros cercanos, criaturas inmortales, mitos y folclore oculto. Fenómenos que han quedado constatados a lo largo de la historia, fenómenos que siguen sucediendo, fenómenos que continuarán sucediendo.

¿Eres de los que tienen la osadía de ser fieles a un sueño? Acompáñanos en este viaje de Vuelta a Magonia.

Ambite se encuentra en el sureste de la Comunidad de Madrid, casi llegando a la provincia de Guadalajara. Así que pertenece a la Comarca Natural de la Alcarria, pero también pertenece a la Comarca de Las Vegas. Y en principio, como dato histórico, quiero que sepáis que también formaba parte de las tierras de Alcalá de Henares. Es decir, Felipe II ya escribió qué ambite tenía o era del siglo II antes de Cristo.

Pero vayamos al monumento del que os hablo mejor. Mis viajes a este lugar en concreto siempre o casi siempre han sido viajando de paquete en una moto. Es una ventaja que tiene una, pues al rodearse de amigos apasionados de estos vehículos, ya que sentir el viento en la cara y normalmente rodar por carreteras secundarias y poco transitadas, hace que el viaje empiece a ser mágico en el primer momento del trayecto y la experiencia sea única.

Nos situamos en el año 2021, que es la primera vez que yo voy a este sitio y llegamos al lugar.

Esto es, que si no sabes dónde está exactamente, puede pasarte desapercibido, ya que no está dentro de ámbite, sino que está a un kilómetro de distancia antes de llegar, pegado a la carretera y muy cerquita del Arroyo del Villar. Cuando baje de la moto, a lo lejos, he de decir que no me causó mucha impresión, pero según me fui acercando, mi corazón empezó a ponerse a mil. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué mi corazón latía así? ¿Por qué mi amigo J, al que muchos de vosotros habéis escuchado por aquí, había decidido llevarme allí? Entonces, se me ocurrió preguntarle qué sintió él la primera vez que llegó allí.

Había oído hablar de un extraño y bizarro monumento, erigido por un no menos extravagante personaje.