
Las Noticias Extrañas de Perra de Satán 08x36 3i3m3b
Descripción de Las Noticias Extrañas de Perra de Satán 08x36 1q2824
Vuelve Perra de Satán con una mirada irónica a nuestro extraño mundo: desde la apoteósica revelación del sexo del bebé de Peppa Pig en un icónico edificio de Londres, hasta el insólito ganador de la primera carrera oficial de espermatozoides (con apellido premonitorio incluido). También analizamos un estudio científico que confirma lo que ya sabíamos: nos llevamos mejor con nuestros perros que con nuestra familia. Todo ello mientras protestamos contra un mundo cada vez más absurdo que nos roba las noticias extrañas y nos regala apagones nacionales. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/413939 3k6w4b
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Una luz, hay una luz que no se va, una luz que nos ilumina perpetuamente, una luz que nos muestra el camino, por supuesto, es la luz que desprende perra de satán.
Oye, ¿dónde están mis aplausos? Anda, sí, sí, sí.
¿Ha habido apagón de aplausos? ¿Ha habido apagón de aplausos? Hombre, por favor. No, no, no, es que estamos probando un nuevo sistema de conexión y ahora no me oyen los aplausos, pero ha habido, ha habido.
Pero sí que están. Ah, vale, vale. Es que, claro, yo siempre los oía y me subían mucho el ánimo y entonces yo he dicho, pero bueno, ¿qué ha pasado? Pues ha habido aplausos. Lo iremos subsanando como red eléctrica en las próximas semanas para que vuelvas a disfrutar de tu bien merecida ovación.
Gracias por una ovación no escuchada, pero sentida.
Perra de satán, ¿cómo te fue en el simulacro de fin del mundo? Pues bueno, yo ya no puedo más, la verdad. O sea, llevamos un 2025 que esto... Yo ya me planto, me planto ante los acontecimientos y ya simplemente me dejo llevar y zarandear por el devenir de la vida y ahora pues nos tocó apagón, ¿no? Pues en el apagón pues no me fue mal, no me fue mal. Una experiencia más y aproveché. Fíjate, qué pena, ¿no? La gente, luego, porque claro, lo malo de no tener redes sociales y de no tener internet es que no puedes ver cómo está el resto de la gente y no te contagias de lo que están haciendo.
Entonces yo me enteré muy tarde de que la gente había salido a las terrazas a tomar algo, a jugar a las plazas, que regalaban helados, que las heladerías regalaban helados para que no se estropeasen porque nos iban a tener que tirar, pues los estaban regalando. Yo de eso me he entrado muy tarde. Entonces, ¿yo qué hice? Aproveché el día del apagón para limpiar y colocar la casa, sacar los trajes para la feria y ahí estuve yo haciendo de ama de casa, que si lo llego a saber también me pillo una cogorza.
Yo tuve el triste privilegio de cruzar Madrid de parte a parte para llegar hasta mi casa andando y lo que iba viendo era gente, pues las terrazas estaban a reventar, la gente se lo tomaba de una forma bastante lúdica. Me acuerdo que pasé por delante de una terraza que había una pareja comiéndose una ración de patatas revolconas, que yo decía ¿y esto cómo lo habrán calentado? Pero oye, a lo mejor en ese bar justo cocinaban con gas.
Pues mira, me parece muy bien, la verdad, por la gente que disfrutó del día. A ver, tampoco es que estuviera fatal, es verdad que es una sensación extraña, un día de incertidumbre, que yo llevo la incertidumbre muy mal. Porque, por ejemplo, me sentaba, yo en mi casa tengo muchísima luz natural y aprovecho, me siento a leer, pero claro, yo no era capaz de concentrarme en la lectura porque estás con el rumrum de a ver qué está pasando, a ver cuándo vuelve, entonces aprovecho y digo vale, pues si no puedo estar sentada leyendo pues estoy levantada y activa haciendo cosas. Y bueno, pues ya está, pues tengo la casa como los chorros de loro.
Bueno, hay que estar preparado, perra de satán, hay que estar listo para estas cosas, mira que lo decimos siempre en días extraños. Y yo estaba bastante tranquilo, tengo comida, tengo agua, tengo luz, luz que yo mismo me la había gestionado, pues que dure esto lo que Dios le dé a entender. Ay, qué pena, qué pena. Luego, mira, gracias, que la semana pasada había estado en Zamora, me vine cargada de embutido y yo, mi cocina es eléctrica, no podía cocinar, no podía usar nada en mi casa, horno eléctrico, microondas, y bueno, pues me salvó el embutido zamorano, así que también agradecida.
Y ya está, pues lo que te digo es que otro evento histórico más, yo es que ya estoy un poco cansada, qué quiero que te diga. Oye, yo creo que la totalidad de España disfrutó ese día, salvo esta pareja de las patatas revolconas, de los placeres de la comida fría, yo comprobé que el pollo con pao frío tampoco está mal. Pues claro, si es que cuando no hay, cuando tienes un horno donde calentar las cosas, evidentemente a las precios es caliente, pero si hay que comer las frías, pues se comen frías, tampoco es el fin del mundo, ¿no? No, pues era eso que tenía de la cena anterior, pues que habíamos pedido comida china como para un regimiento y había sobrado.
Pues menos mal también que nos pilló a finales de abril, que hacía buen tiempo, porque esa es otra, imagínate esto, sin calefacción, sin luz en invierno, bueno, bueno, es que no lo quiero, no lo quiero ni pensar, a ver si ya nos enteramos de qué ha pasado, de cuáles son las causas y ahí se ponen a prevenir un poco, porque, hombre, un día,
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