MR Cobol presenta nuevo disco 6n6x12

¡Hola! Hoy nos metemos de lleno con el primer álbum largo de Mr. Cobol, una banda de Madrid. Se titula El futuro ya no es lo que era, salió en 2025 y viene después de dos EPs, Hola mundo y Misión cumplida. El título la verdad ya te hace parar a pensar. Sugere algo potente, ¿no? Como esa sensación de que el siglo 21 pues no ha sido esa revolución que igual esperábamos, que se parece demasiado al siglo 20 o que, bueno, se apoya mucho en él. Vamos a darle una vuelta a esto.

Queremos entender un poco qué hay detrás de ese título, qué sonidos definen el disco y cómo consiguieron plasmarlo en la grabación. Sí, es que es interesante cómo ya sólo el título nos da una pista, ¿verdad? Nos invita a pensar en cómo los artistas, bueno, reflejan o cuestionan estas ideas sobre el progreso, el paso del tiempo, quizá hasta una cierta decepción con el presente, ¿no? Claro, y parece que esa mirada al pasado no se queda sólo en la idea, sino que va directa al sonido. Se habla mucho de rock alternativo de los 90, tanto de aquí como de fuera. ¿Cómo casa eso con lo del futuro que ya no es? Pues ahí está la clave, yo creo.

La conexión entre el concepto y el sonido parece muy, muy deliberada. No es casual usar equipo de esa época, pedales, previos, guitarras concretas y técnicas de grabación asociadas a los 90 o incluso antes. Es toda una declaración. Si la idea es que ese futuro prometido, digamos, se ha desinflado, tiene todo el sentido usar las herramientas sonoras de ayer para hablar de este hoy un poco desencantado. Tiene lógica. Además los 90 fueron una época también de cierta ambigüedad, ¿no? Un fin de siglo.

Quizá por eso conecta con este momento de ahora, de bastante incertitud también. Y hablando de técnicas, ¿cómo fue la grabación en sí? Sabemos que fue en Granada con Carlos Díaz, un productor con un currículum importante. Los planetas, las dianas, fueron sólo cuatro días en septiembre de 2023, pero lo llamativo es el método. Todos tocando a la vez. Exacto. Eso de grabar en directo en el estudio, todos juntos en la misma sala. Hoy en día no es lo más habitual, con tanta facilidad para grabar por pistas, ¿sabes? Lo que buscan con eso es capturar una energía muy específica.

La crudeza, la interacción del momento, esa frescura que a veces, bueno, se pierde un poco en producciones más pulidas o fragmentadas. Entiendo, como buscar la esencia de la banda tocando juntas. Justo. Remite a una búsqueda de autenticidad, algo que, por cierto, se balonaba mucho en parte de esa escena rock de los 90 que comentabas antes. Claro, pero a ver, ¿no hay un relluzgo ahí? Que suene simplemente a nostalgia, como un ejercicio de estilo retro y ya está, en lugar de ser un comentario real sobre la hora. Siempre existe ese riesgo, sí, cuando miras atrás.

La diferencia está en si usas ese sonido solo como una cita, como un guiño, o si lo reinterpretas para decir algo nuevo, para dialogar con el presente. Y creo que aquí la combinación con las letras, con el concepto general, y también con la parte visual, le da más capas. Porque, aunque no sea un disco conceptual, musicalmente hablando, sí hay una línea visual muy marcada, ¿verdad? Sí, eso parece. Hay como una historia visual que acompaña. De los Singles, la portada, van contando algo.

Es como el viaje de un astronauta, pero no es el típico viaje espacial épico, de descubrimiento. Es más bien un paseo por paisajes de un futuro, distópico, deshumanizado, frío. Vemos al astronauta como muy solo, aislado, a menudo en entornos vacíos o frente a edificios enormes pero impersonales. Refuerza esa idea del título, entonces.

Claro, apoya visualmente esa sensación de soledad, de alienación, ante un futuro que no fue lo que nos contaron. Nos hace preguntarnos cómo imaginamos hoy ese porvenir, ¿no? Vale, entonces, resumiendo un poco. Tenemos una idea central bastante provocadora sobre un futuro que no cumplió, ¿no? Anclado en un sonido muy noventero. Conseguido a propósito, con equipo y técnicas de la época.

Grabado en directo, buscando esa crudeza. Y todo envuelto en una estética visual de futuro un poco chungo, solitario, distópico. Sí, parece que todo encaja en esa idea base. El siglo XXI construido sobre, bueno, las inercias o las ruinas del XX. Exacto. Y te deja pensando, ¿eh? ¿Cuánto de lo que se crea hoy, en música, en arte en general, viene de la nostalgia? O quizá de algo más profundo, una decepción con el presente.

Si es inevitable mirar atrás, ya no con cariño, sino para intentar entender por qué el futuro se siente, pues eso, distinto a lo esperado. Quizá lo interesante sea reflexionar sobre cómo nuestras propias expectativas, las que teníamos o tenemos, chocan con la realidad. Y cómo el arte intenta, bueno, encontrar libertad.