MaP 3x10 | Ucronías con Roberto Leal 6v6bq

Estás a punto de escuchar Ucronias, una parte inédita e independiente de Mochila al Pasado, el podcast producido por El Terrat en exclusiva para iVoox.

Bienvenidos a Mochila al Pasado.

Esto es Ucronias, la sección en la que os comentamos quién viajará esta vez en el tiempo con nosotros.

Y es para mí un orgullo y me hace muchísima ilusión que nuestro viajero incauto de hoy es Roberto Leal.

¡Bravo! ¿Qué tal, Roberto? ¿Cómo estás? Pues muy contento, con la mochila preparada y dispuesto a aprender de vosotros y a sorprenderme también, que es un poco lo que hacéis con cada invitado.

Ojalá, ojalá. Vamos a verlo.

Te veo muy preparado y no estoy...

No, no, que va, que va. Es todo cáscara, ¿eh? Lo que hacemos es intentar matarle, pero...

Lo sé, sí, lo sé, lo sé.

¿Vienes preparado? No, la verdad que no, porque acabáis matando casi al 100%.

A ver, es que las probabilidades están muy en tu favor.

También acabamos ayudando muchas veces.

Sí, ¿no? Sí.

Bueno, hace mucho no hubo un pleno.

No ha habido ningún pleno en Mochila. Jamás.

¡Vaya reto! Ha habido gente que ha terminado haciendo pleno porque hemos corregido, porque le hemos dejado un objeto o porque ha usado un objeto después de equivocarse.

¿Pero pleno de elecciones no ha habido ni uno? No. Ninguno.

Muy difícil, hombre.

Bueno, a por ello.

Penúltimo capítulo de la temporada y se acaba de lanzar este reto sobre la mesa de Roberto.

El desafío.

El desafío, vamos al lío.

Bueno, te cuento en qué consiste esta sección.

Pero antes, vamos con la cabecera.

¡Ucrón! Roberto, si tuvieras que elegir tres programas que a ti como presentador te han marcado de niño, de mayor, de joven, lo que sea… ¿Cuáles me dirías? ¿Tres concursos o tres…? Pues mira, seguramente coincida mucho, compañeros míos que hayan pasado por aquí, pero hay uno que me vuelve loco y me sigue volviendo loquísimo.

Es el juego de la Oca.

Ah. Guau.

Ahora mismo te voy a dar un abrazo.

Guau.

Ese es el que yo hubiera dicho.

Yo, que conozco a Luis desde jovencito, porque nos conocimos en el instituto, doy fe de que es su programa.

Juego de la Oca, que volvió hace un par de años a Argentina.

Ah. Y sí, y no funcionó, oye.

Tiene que ser una producción cara, pero me encantaba.

Pero, Luis, ¿tú no tenías un juego de la Oca? Yo hice el podcast de la Oca, el gran podcast de la Oca, donde invitaba a presentadores de concursos para entrevistarles, muy nicho.

Sí, sí, muy, ¿no? Sí, tan nicho que no lo veían.

Ni los propios presentadores, ¿no? Ahí trabajaba un amigo mío de mi pueblo, el Flecky, el peluquero.

Ah, sí. Sí, sí.

¡Qué bueno! Me acuerdo, sí, sí.

Uno de los peluqueros de Alcalá de Guadaira.

¿Era peluquero de verdad? Era peluquero de verdad.

Sí, sí, sí. El tío es chirigotero, en fin.

Un grandísimo personaje que, cuando salió ahí, pegó un pelotazo porque se convirtió en uno de los símbolos del programa.

Buenísimo. Tengo que decir que tú eres un poco… En cuanto a personas que caen bien, es que hay muy poca gente que cae a todo el mundo bien.

Tú eres un poco el Emilio Aragón de ahora.

Le caes bien a todo el mundo. Esas son palabras mayores.

¿Te ha costado enemistad con mi jefe, por ejemplo? Entonces ya no cae bien a todo el mundo.

Caes bien a todo el mundo menos a Broncano.

Ah, claro, con tu jefe. No coge aquí. ¿Cuál es tu jefe ahora? No, no, en realidad ¿sabes qué pasa? Que es verdad que hubo un pique ahí durante mucho tiempo, que era mentira, evidentemente.

Pero… Sí, yo lo decía de broma.

No, te lo digo porque hace poco le entregué yo el premio Guiris a Mejor Presentador. Correcto.

Y fue curioso también que fuese yo quien se lo daba.

El año pasado me lo dieron a mí y este año se lo daban a él.

Y cuando lo recogió, me dijo el tío que tuvo todo el arte y me dijo que te juro que estuve pensando durante todo tu intro que al final ibas a decir que el premio a Mejor Presentador es para mí.

Y te lo iba a decir otra vez. Uf.

Pero sí, sí. Grandísimo, grandísimo Broncano.

Pues dime dos programas más y te lanzo… Ay… ¿Más programas? ¿Dos programas más que te hayan marcado? A ver, es que parece que estoy tirando todo el rato de Antena 3.

Sorpresa, sorpresa es otro. Y luego también el 1, 2, 3.

Mira, esto es increíble porque yo traía tres programas escritos por mí, pero lo voy a preguntar a Roberto.

¿En serio? Te lo juro.

No puede ser. Te lo juro.

Lo voy a apuntar en el móvil y no lo puedo demostrar.

El 1, 2, 3 me lo creo. El 1, 2, 3 lo había puesto.

Y el tercero me ha costado. Sorpresa, sorpresa.

Yo soy muy de anécdota. Cuando eso me cortáis y me pegáis… Las monotonías no pueden durar más de 10 minutos.

Muy rápido. Vino una señora a pasar palabra y me regaló unos prismáticos.

Y era porque me dijo que era del público, que se los regalaban a ellos porque era tan grande el plató que para ver mucha cosa les daban unos prismáticos. ¿Qué dices? De cuando la tele era la gran tele.

Y había dinero. ¡Wow! Sí, sí. Dinero para comprar prismáticos para los públicos.

La señora los robó, no me digas. No le regalaban los prismáticos.

Pero mira que lo ha devuelto a la casa porque me lo ha regalado a mí.

Lo ha escrito de alguna forma. Voy a necesitar asesoramiento porque no sé de qué va ninguno. No puede ser.

Te lo juro. A ver.