Hola, ¿qué tal? Muy buenas a todos.

Estamos en un nuevo programa de Amigos de Espada, en esta sección de conversaciones y entrevistas.

Nos vamos a ir hoy al sur de la península ibérica, a orillas del Guadalquivir.

Tenemos aquí con nosotros a Illar Martínez. ¿Qué tal, Illar? ¿Qué tal? Buenas tardes. Encantado de estar aquí con vosotros. Bueno, gran fan de este programa.

Nos comparte todo, la verdad, y teníamos muchas ganas de traerle con nosotros aquí.

Sí, hombre, además desde el primer capítulo. Sí, sí, sí.

Os llevo siguiendo y me encanta promocionaros porque lo merecéis. Eres fan incondicional y lo agradecemos.

Ya teníamos ganas de que participases en el mismo. Un placer.

Pues, la pregunta clásica, haciendo el copyright a la revuelta, a ver si no nos empiece a broncar.

¿Cuándo fue la primera vez que te pusieron una espada en la mano? Una espada de, digamos, de crimen antiguo, de crimen histórico.

Puede ser una de madera cuando tenías cinco años. Claro, de esa no me acuerdo, sinceramente.

Porque de pequeño siempre hemos jugado.

Tened en cuenta que cuando yo era pequeño no había tanto para jugar. No había tanto para jugar, ni videojuegos, no había tantas historias.

Entonces, nosotros éramos fans de los tres mosqueteros, del zorro, de esta literatura clásica de espadas.

Y de pequeño yo sinceramente no me acuerdo. Sé, por ejemplo, cuando he sido mayor que en casa de mis padres había un sable de creo que era modelo 1814, 1914, perdón.

Y cuando lo vi no sabiendo lo que era, y lo vi, estaba lleno la vaina estaba machacadísima.

Y cuando se lo comenté a mi madre me dijo claro, si de pequeño os poníais tú con el sable tu hermano con la otra y os pegabais pasillo para arriba, pasillo para abajo, pegando para que te coja una espada desde pequeñito.

Y de ahí ya, a poco a poco, tampoco se quedó como una cosa infantil.

Y en el 2007 es cuando cojo una espada de entrenamiento, cuando me acerco ya a la Escrima Antigua como tal.

Que fue casi te iba a decir una casualidad mía, no, pero una casualidad de segunda mano.

Porque yo me entero de que existe la Escrima Antigua, de que existe aquí en Sevilla porque tenía un compañero que es arqueólogo y trabajaba aquí en una en un yacimiento, que es el yacimiento de Itálica.

¿Perdón? Itálica, Itálica.

Y pues él estaba trabajando allí y resulta que entra un día en el despacho del director y ve un montón de espadas. Entonces, éste se acerca y dice, mira, esas espadas están usadas y no son históricas.

Así que, explícame.

Entonces, éste estaba haciendo ya Escrima Antigua aquí en Sevilla y le comentó que existía esto. Entonces, inmediatamente salió de currar y me llamó directamente, me dijo tío, hay una cosa que tienes que ver, tenemos que ir porque los dos habíamos hecho soscombas un montón de tiempo, en fin.

Hemos estado siempre desde los mosqueteros con la espada de, con el sable de mis padres, hasta el 2007 habíamos hecho, hemos pasado todo por los juegos de rol, videojuegos, soscombas, en fin, todo lo que ha habido parecido.

Así que creo que un poco el desarrollo clásico, ¿no?, de todo el mundo que ha ido entrando más o menos a comentar porque todos hemos pasado un poco un proceso más o menos de literatura de fantasía, de juegos, de ese mundo que todos queríamos como participar hasta que hemos encontrado la manera de participar de verdad, claro.

Y que luego, claro, que una cosa que también es inherente al crecimiento de nuestra actividad hoy en día es que ya la gente está acercándose a la SEMA, no tanto por ese componente, digamos, friki o tradicionalmente conocido como friki, sino con todo tipo de aficiones, que eso también es indicativo de que las nuevas generaciones que van entrando, no solamente en España y Portugal, también en Latinoamérica y en Europa, incluso grupos que hay en Asia, ya hay diversos orígenes, y eso también indica ese crecimiento bueno que siempre mencionamos, que