
Luis del Val: "Esa degradación me impele a escupir sobre los canallas mi inmenso desprecio" 6m3365
Descripción de Luis del Val: "Esa degradación me impele a escupir sobre los canallas mi inmenso desprecio" 2h3x20
En esta etapa de España, cuando los políticos casi por unanimidad se ponen a hablar bien de un sector, el sector se estremece, porque sabe que es el prólogo del abandono. Sucedió con los autónomos. ¿Se acuerdan cuando los autónomos eran ensalzados, convertidos en símbolos del riesgo, paradigma de los esfuerzos de los españoles? Pues, al cabo de unos meses, la mentirosa ministra de Hacienda empezó a freírlos a impuestos y aquellos héroes se convirtieron en egoístas carne de impuestos. ¿Se acuerdan cuando todos, todos se pusieron sentimentalmente emocionados a ensalzar, cantar, loar y rendir su homenaje a la España vaciada? No había ministro, subsecretario o alcalde que no manifestara que casi no podía dormir por esa España que se iba vaciando, esa inexorable disminución de habitantes porque los viejos entregan la azada y la cuchara y el tractor, y los jóvenes prefieren irse a núcleos urbanos donde existen más posibilidades de promoción laboral. Después del insomnio que a todos les producía la España vaciada, poco a poco pero sin pausas, los pequeños núcleos rurales vieron cómo desaparecían los juzgados de cabeza de partido, la plaza del médico, la farmacia, los trenes, los autobuses y hasta la modesta agencia bancaria, que incluso fue incapaz de cuidar y sostener los cajeros automáticos. Ya no solo tenían que buscar un coche del vecino para que les llevara a un ambulatorio a 40 kilómetros de distancia, sino que se quedaban sin dinero porque su tarjeta no encontraba un cajero a menos de esos 40 kilómetros. Yo soy hijo de una mujer que vivió en la España rural, con médico, farmacia y jóvenes alegres que vivían las fiestas patronales con alborozo, y he visto la decadencia constante, y convertirse las viñas en barbecho, los barbechos en tierras abandonadas y el pueblo en un disimulado geriátrico. Y no conozco la solución. A lo mejor habría que volver a la concentración parcelaria y al cooperativismo, y dirigir la inmigración hacia las zonas rurales, no lo sé. Pero este silencio de la pandilla de mentirosos, este desprecio a unos ciudadanos porque son pocos y tienen pocos votos, contrasta con el servilismo a los que tienen siete votos en el Congreso. Y esa degradación me impele a escupir sobre los canallas mi inmenso desprecio. 2k4w65
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