
Jean Pierre y el síndrome Stendhal 5g6l71
Descripción de Jean Pierre y el síndrome Stendhal z2i5b
Hoy un día más, es de esos que hemos roto el guion solo empezar ¿Por qué? Lo entenderás si lo escuchas. Hoy, un colaborador, se va a ir a porta gayola a por todos los toros que salgan. Escúchalo y cuéntanos que te parece. Te leeremos en comentarios. Pues bueno entre otras cosas hablaremos de San Isidro pero no como te lo cuentan todos los demás. Aquí oirás cosas que tal vez no deberíamos decir pero esta es nuestra esencia ¿no? Hoy va a sufrir lo que es Podcast de Toros la Agenda de Juan Antonio, que hoy ¿Dejará de ser la agenda de Juan Antonio? Queremos saber quién quieres que haga la próxima Agenda. Y nada más, escúchalo, comenta, comparte y dale a me gusta! 6a691m
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Hay quien dice que en esto de los toros ya no queda emoción, que si los toros no embisten, que si ya no salen como antes, que si esto se está muriendo. ¿Perdona? Lo que pasa es que hay mucho aficionado de sopa, mucho experto de highlights, que no sabe lo que es ver un toro bravo de verdad. Uno como Brigadier la semana pasada o como los que han salido esta semana. Serios, encastados, con motor y de verdad, toros con mayúsculas.
Ese tipo de toro que cuando aparece en la plaza no necesita anunciarse. Sale, se planta, mete la cara con fuerza, repite, se arranca desde los medios como una locomotora y te recuerda por qué esto se llama fiesta brava. Ese toro que cuando lo ves te levantas del asiento sin querer, que te pone un nudo en el estómago y un rugido en la garganta. Ese que hace que hasta el más incrédulo diga, hoy sí, hoy ha salido un toro.
Brigadier no fue un número en una ganadería, fue un símbolo y como él, otros esta semana han hecho que merezca la pena tragarse diez tardes mediocres sólo por presenciar una embestida así y unos toreros que enseñan el toro. Porque cuando un toro se arranca con esa verdad hasta el torero cambia la expresión. Se acaba el guión, ya no vale la pose y ahí hay que jugarse el tipo de verdad.
Y ahí es donde la emoción vuelve a ser de carne y no de cartón. Pero claro, eso a algunos les da miedo. Los mismos que en Twitter piden trapillo y luego en la plaza pues aplauden al toro flojo porque ha sido muy noble. Noble si parecía un funcionario esperando el café. Aquí no queremos sumisos con cuernos, queremos toros que impongan, que hagan sudar, que levanten la plaza como lo hizo Brigadier y si hay toreros valientes delante, mejor.
Pero que no se os olvide una cosa, el toro es el que mantiene esto en pie, el bravo, el que pelea, el que emociona. Y si tú no vienes a eso, ponte toros y letras o ve a ver un documental de ciervos en la 2 porque esto es la fiesta de los toros y esto es Podcast de Toros. ¡Comenzamos! Y bienvenidos una semana más, bienvenidos a Podcast de Toros. Ya saben que nos puedes encontrar en Spotify, en iVoox y en las principales plataformas de podcast del mundo mundial. En ellas nos encontrarás buscando de toros y te puedes suscribir que es gratis y cada vez que colgamos un programa nuevo te avisa.
Y así no tienes que estar preguntando por ahí por los grupos y por whatsapp y por privado si esta semana hay programa. Y sin más vamos ya a empezar porque hoy venimos con ganas, sobre todo nuestro primer matador del cartel, francés del castillo. ¿Qué pasa, cómo estás? A tope, a tope, síndrome de Stendhal. Síndrome de Stendhal es una parálisis, existe, la puedes buscar en internet.
Es una parálisis que te da cuando estás sobresaturado de arte. Pues a mí eso me pasó, ese síndrome de Stendhal, el estendalazo, lo tuve con la grandiosa, magnífica e imponente corrida de Jean-Pierre para los dos artistas sevillanos. Me cogió un estendalazo, o sea, me quedé para ti difuso, enamorado, perdido.
Qué toros, qué corrida, qué bien me lo pasé, coño. Es que estos tíos nunca me defraudan, ni el Juan Ortega ni el Pablo Aguado son capaces de defraudarme nunca.
El año pasado ya me dieron la mejor tarde del año y este año la han vuelto a repetir.
¿El año pasado fue cuando dijo aquello de deberíamos acostumbrar al público a esta clase de toro? Exactamente, el año pasado es cuando don Pablo Aguado hizo pedagogía, hizo pedagogía y este año echaron a Diego Gordiales del cartel y echaron a aquello de Román Sorano y dijo a la mierda vamos a hacerlo bien, vamos a hacerlo lo grande y metieron seis toros de Jean-Pierre. Por desgracia para mí, por desgracia para mí, no se le dio la corrida completa a Jean-Pierre porque en Madrid no están acostumbrados al trapillo de lo que debe ser el toro.
Jean-Pierre trajo seis toros bonitos, preciosos, alguno con alguna heridita en la cara y en el cuerpo, pero heriditas entre amigos, ¿sabéis? No había ningún problema. Todos con unos cuernos muy toreros y pues colían un poco a Gillette, Aftershave, perdón, pero que muy bien y echaron otro toro, otro toro que no recuerdo ni de quién era, fíjate tú, y Pablo Aguado le pudo cortar una oreja, pero esa parte os la van a contar por ahí.
Yo os quiero contar lo de los cinco toros de Juan Pedro Domecq. Pero espera un momento, un momento, déjame que presente. No, no, quiero hablar de Juan Pedro, ya después.
Bueno, pues sigamos con la encerrona, los siguientes. Dejar, dejar, dejar. Interrumpirme.
Comentarios de Jean Pierre y el síndrome Stendhal 2s415v