Las islas invitadas 20/03/2025 16c66

Las Islas Invitadas, con Alberto Guitrago en Aula 89, los jueves a las siete y media de la tarde.

Buenas tardes amigos y amigas de las Islas Invitadas.

Permitidme que empiece hoy dando las gracias a todos aquellos, a todas las personas, a los compañeros y compañeras que participaron ayer en esa estupenda tarde en directo de radio y de cultura en la Casa de las Conchas, porque la radio también es eso, también es llegar físicamente a mucha gente.

Gracias a todos y a todas.

Hoy, 21 de marzo, se celebra el Día Mundial de la Poesía.

Y se celebra porque la Unesco, en su 30ª Conferencia General, que se celebró en París en el año 99, decidió, y así lo escribieron, que había que poner poesía en la vida de la gente.

La Unesco escribió aquel día que la poesía es un catalizador de diálogo y de paz, y que este día nacía con el objetivo de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y fomentar la visibilización de aquellas lenguas que se encuentran en peligro.

Qué bonito intentar darle vida, intentar revivir las lenguas que se mueren por medio de su poesía.

No se me ocurre una metáfora más bella.

¿Y por qué el día 21 de marzo? Pues seguramente porque el día 21 de marzo coincide con la llegada de la primavera, que es la estación quizá más afín a la poesía.

La primera primavera ha entrado esta mañana a las 10.02, nos dicen desde el Observatorio Astronómico Nacional.

Pues sea bienvenida.

La poesía nació hace más de 4.000 años.

El primer testimonio poético que tenemos lo encontramos en unas tablillas sumerias, escritas con símbolos que representaban esa lengua sumeria, y aparecieron allá en Babilonia, en la zona donde también parece que nace nuestra civilización, entre los ríos Éufrates y Tigris, donde según la Biblia estaba el paraíso.

Es el poema de Gilgamesh, un poema épico, una epopeya, que cuenta las hazañas de un héroe, las aventuras del antiguo rey de Uruk, bueno, según muchos la primera ciudad del mundo.

Es un poema en el que se tratan temas trascendentales, como el destino del hombre, la vida, la muerte.

Es un viaje, un viaje como es también el viaje de Ulises en la Odisea, como es un viaje al infierno, la divina comedia de Dante, como es un viaje de alguna manera también el Quijote, esas aventuras, ese viaje geográfico y ese viaje por el alma de Don Quijote y de Sancho Panza.

Este Gilgamesh, el que también es conocido como el que vio lo profundo, es un héroe, aunque empieza siendo un tirano.

Y es un héroe que encuentra la eternidad, fijaos qué bonito, cuando deja de buscarla para sí mismo y se centra en construir un mundo nuevo.

Y en ese mundo nuevo se da cuenta de que lo que importa no es la guerra, ese mundo nuevo para las generaciones presentes y para las generaciones futuras está en los valores humanos, en la educación y en la paz.

Sabéis que siempre, desde hace ya muchos meses, comenzamos el programa con un texto, con un poema que hable de paz.

Bueno, pues el texto de hoy está sacado precisamente de esa epopeya, de ese poema de Gilgamesh, que tiene, como os decía, más de cuatro mil años.

Gilgamesh vio lo profundo, los cimientos del país.

Conocía, era sabio en todas las cosas y en todas partes.

Aprendió de todas las cosas la suma de la sabiduría.

Vio lo que era secreto, descubrió lo que estaba oculto.

Volvió a traer un relato antes del diluvio.

Recorrió un largo camino y estaba fatigado.

Halló la paz y fijó todos sus trabajos en una tablilla de piedra.

Hoy, de esa tablilla de piedra, hemos pasado a la poesía en la red, a la poesía cibernética.

Pero, al final,