
Infernum Z - Libro 4 - El asedio de Plasencia - 009 u1k6m
Descripción de Infernum Z - Libro 4 - El asedio de Plasencia - 009 5u404i
El asedio de Plasencia es la cuarta entrega de la saga Infernum Z. Con mucho humor, mucho suspense, muchos zombis y muy extensa. Casi ochocientas páginas de suspense, en el que, adelantándonos a los personajes, veréis cómo la compleja telaraña se va tejiendo a su alrededor hasta conducirlos a un desenlace inesperado para todos. La infección continúa, pero tras la derrota de Ferranzo las grandes hordas de zombis se han disgregado en pequeños pero muy numerosos grupos. Lo poco que quedaba del gobierno ha desaparecido, por lo que varias regiones se han unido en una Federación cuyo fin es reunificar todos los territorios y alcanzar un ambiente de aparente normalidad potenciando el comercio, la recolonización y el apoyo militar; y los Jabatos, perenne dolor de cabeza del coronel Hernández (al mando de Musel City) han sido nombrados Legados de la Federación para representarla en las negociaciones de adhesión con las ciudades situadas al otro lado de la frontera. Pero esa apacible vida desaparecerá en cuanto les sea encomendada un simple misión. Deberán ir a la Base Origen, una base científica levantada alrededor de la base subterránea nazi de la que surgió Ferranzo, reunirse con los investigadores y, junto con ellos, trasladarse a Plasencia para anular el creciente movimiento que pretende presionar al senado para conceder derechos civiles a los no-muertos. Son muchas las sorpresas que les aguardan en el camino a Plasencia, una ciudad fronteriza excesivamente alejada del resto de asentamientos, y demasiado cerca de la oscura frontera y de lo que se esconde al otro lado de ella. O, lo que es lo mismo, el lugar ideal para acabar con ellos y lanzar un ataque definitivo. Un ataque que, procedente del otro lado del Mediterráneo, se está gestando en lo más profundo del la Base Origen y en el que, tanto los Demonios como los Constantinianos, tendrán un papel dramáticamente fundamental… sin tener ni la menor idea de que quien está realmente al frente de la inminente “Eclosión”, es el único ser al que Ferranzo teme y con el que contrajo una deuda que ahora deberá pagar. Pero, por supuesto, frente a ellos tendrán a los Jabatos, a la Segunda Brigada Cabriteña, a las tropas del Coronel Blanco (acuarteladas en Grajal De Campos), a las del comandante Roberto (de la Ciudadela de Sanabria), a sus habituales compañeros de aventuras (Juanfra, Lucio, Nufrio, etc.) y a dos departamentos de inteligencia al servicio de la Federación: el DAE (Departamento análisis exocientíficos) y la CSIC, “Cooperativa Secreta de Inteligencia Cabriteña”. Aunque… bueno, en realidad estos últimos no son tan inteligentes, así que con ellos de por medio el caos está garantizado. ¿Estáis preparados para afrontar lo que os aguarda? ¡Pues que comience el juego! dy4
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El interrogatorio tan solo una hora después cuando en el centro de mando situado en el antiguo cuartel de la guardia civil de plasencia a la puerta de la sala de estrategia se abrió bruscamente y el alferez maldonado un atlético joven de metro ochenta y larga barba entró visiblemente alterado y se cuadró ante el comandante pedraza este supo de inmediato que las únicas razones posibles para que maldonado estuviese tan nervioso forzosamente tenían que ser que un millón de zombis hubiesen rodeado en completo silencio la ciudad o mucho más probable que nuevamente le hubiesen denegado el traslado a una de las unidades que combatían en primera línea si sin lugar a dudas maldonado era un buen suboficial y el comandante estaba seguro que con el tiempo llegaría muy lejos en el ejército pero para eso primero tendría que adquirir los conocimientos que solamente la edad concede y de los que el más importante de todos es la paciencia y eso paciencia era algo que al comandante pedraza le sobraba y es que al contrario de lo que le ocurría al alferez pedraza estaba encantado de haber sido destinado a una posición tan tranquila como era el casco viejo de plasencia y sus ancestrales murallas en cuyas plazas y callejuelas la vida discurría casi como si los zombis nunca hubiesen existido sus satisfechos habitantes sacudían sus trabajos el comercio interno funcionaba sin problemas de abastecimiento gracias a las caravanas que cargadas con todo lo no necesario y escoltadas por blindados llegaban a diario procedentes de otros asentamientos para un par de días después regresar a ellos con los productos adquiridos a los vendedores locales además en la zona oeste de la ciudad habían surgido varios talleres especializados que se ocupaban del mantenimiento y reparación de vehículos civiles y militares po lo que sus trabajadores habían adquirido tal grado de especialización que ahora incluso habían empezado a producir una línea de blindados civiles que comercializaban con gran éxito lo que a su vez hacía cada vez menos necesario el que fuesen las patrullas de la ciudad las que se ocupasen de mantener limpias las dos únicas carreteras que permanecían abiertas los únicos problemas ellas a los que últimamente tenían que hacer frente las tropas de la ciudad eran a un leve incremento en los ataques a las caravanas que por el sur llegaban desde el otro lado de la frontera y también a un grupo antiterrorista básicamente jovenzuelos desencantados y sumamente aburridos que solían concentrarse en la plaza del ayuntamiento para exigir el fin de la guerra y reivindicar los dere hechos de los no muertos pero desde que el comandante harto de sus tonterías y presionado por los comerciantes de la zona que se quejaban de que espantaban a los posibles compradores había prohibido las manifestaciones en la ciudad los jóvenes las habían trasladado al patio del campus universitario lo cual resultó ser aún peor debido a que este se encontraba al otro lado de las murallas por lo que de vez en cuando se veían rodeados por los mismos d visa los que trataban como si en vez de querer comérselos fuesen colegas de toda la vida era entonces cuando los activistas asomados a las ventanas de la última planta requerían a voces la ayuda del ejército para que les ayudase pero lo ma más sorprendente de ello era que en cuanto a los soldados empezaban a disparar contra los zombis los más radicales no dudaban en abuchear los o incluso en lanzarles todo lo que tuviesen a mano pero bueno el comandante no le concedía demasiada importancia a este tipo de incidentes menores porque estaba convencido de que en el fondo no eran más que simples chiquillada sin la menor importancia y que antes o después los zombis les darian un susto lo suficientemente gordo como para que se les pasase de golpe la tontería uy muy alterado me parece a mí que viene usted maldonado le saludó conteniendo una sonrisa a ver qué le ha pasado ahora otra vez le han denegado el traslado ojalá fuese eso mi comandante no se va a creer usted lo que han hecho esos puñeteros críos de exigimos exigimos se refiere a los defensores de los no muertos o es un grupo diferente si son los mismos tonto lavas de siempre pero es que hoy se han vuelto a cambiar el nombre eh pues la próxima vez que los beatles mi enhorabuena y dígales que espero que este nombre les dure un poco más que los anteriores porque cada vez que hay que hacer un informe sobre sus concentraciones nos toca preguntarles cómo se llaman esa semana y siempre acabamos con las denuncias llenas de tachones esta vez la cosa es muy diferente mi comandante esta vez esa panda de descerebrados han ido demasiado lejos y ha habido bajas civiles el comandante pedraza alzó la mirada y con el rostro súbitamente lívido preguntó con voz temblorosa qué quiere decir con bajas civiles que coño a qué ha ocurrido al principio fue lo de siempre se colaron en una de las viviendas adosadas a la zona este de la muralla se descolgaron hasta la calle y corrieron por la avenida la salle en dirección al edificio universitario pero a diferencia de otras veces en esta ocasión se toparon con un grupo de
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