
Infernum Z - Libro 2 - La batalla de San Cabritos - 004 723nr
Descripción de Infernum Z - Libro 2 - La batalla de San Cabritos - 004 1f2b36
Tras la repentina retirada de la horda zombi que mantenía sitiada la ciudadela de Puebla de Sanabria, justo cuando la caída de la ciudadela parecía ya inevitable, nuestros amigos mantuvieron una inesperada reunión con el ahora coronel del CNI Pérez. El mismo hombre que hasta que la infección se descontroló había sido el oficial a cargo de la investigación sobre las masacres ocurridas en San Facundo y Santa Marina, y de las de las que, tras haber secuestrado un autocar lleno de pasajeros se entregaron a la policía con la esperanza de que sus explicaciones sobre lo que realmente había ocurrido en los dos pueblos fueran suficientes para exonerarlos de toda culpa. Pero no fue así. Durante tres interminables semanas el por entonces capitán Pérez les sometió a continuos interrogatorios en los que todo el grupo se reafirmaba una y otra vez en su versión de lo ocurrido y en que en vez de estar perdiendo el tiempo con ellos, la policía haría bien en ocuparse de buscar a Ferranzo antes de que pudiese expandir la infección. Sin embargo, cuando Pablo, al que la policía consideraba el líder de una especie de secta satánica, se dio cuenta de que la infección se había extendido camuflando sus primeros síntomas con lo que todo el mundo consideraba que era una anómala, pero de ninguna forma preocupante “gripe de verano”, ante la sorpresa de Pérez se ofreció a firmar una declaración de culpabilidad a cambio de que él y sus compañeros fueran inmediatamente llevados a “la zona cero” para realizar una reconstrucción de los hechos. Lo que aconteció después es de todos conocidos. Cuando la policía les escuchó decir que habían encerrado a algunos supervivientes de la masacre en un viejo bunker subterráneo situado bajo un campo de trigo, intentaron acceder a la base subterránea en la que Ferranzo había pasado ochenta años confinado y se encontraron con los zombis que Ferranzo había dejado en su interior para asegurarse de que nadie que llegara hasta ella sobreviviera. Tras haber masacrado a todos los que se encontraban dentro de la zona acordonada, los zombis llevaron la muerte más allá de ella al mismo tiempo que el virus entraba en su última fase de mutación y por toda la meseta comenzaban a darse los primeros casos de infectados que atacaban violentamente a todo aquel que se ponía a su alcance. A ello le siguió el caos absoluto, la anarquía, el cierre perimetral de la meseta y el abandono de todos los que no había podido ser evacuados antes de la instalación de las torretas de fuego automático que la OTAN, bajo el auspicio de la ONU y de la OMS, había decido situar alrededor de toda la zona de cuarentena con el fin de evitar que virus pudiera salir de ella. Pero no lo consiguieron. Así que, tras “arreglar cuentas” con él, y dejarlo tirado en el suelo con la nariz rota, decidieron abandonar Puebla de Sanabria antes de que Pérez ordenase su captura. Y gracias a la inestimable ayuda del teniente Roberto, ellos y los supervivientes que habían recogido durante el trayecto a Sanabria, se unieron a una patrulla y, con la esperanza de encontrar a Sofía, la única integrante que permanecía desaparecida, pusieron rumbo a Ciudad Rodrigo. Pero en esta historia, nunca nada es tan sencillo como debería de ser. Ferranzo les lleva meses de ventaja. Y tampoco se ha olvidado de ellos. Lleva meses aguardando ese momento. Para ser exactos, desde el mismo instante en que Maruja le clavó el cuchillo en el cuello y consiguieron escapar de su emboscada en el cementerio, lo que quiere decir que ha dispuesto de mucho tiempo para planificar su venganza. Él sabe que antes o después caerán en su trampa, y ellos saben que antes o después llegará en momento de la suya. Son dos locomotoras circulando a toda velocidad sobre un laberinto de vías y que, a pesar de ser conscientes de que antes o después colisionarán, siguen adelante porque anhelan que llegue ese instante. asistir a la muerte del rival aunque sepan que hacerlo conllevará la suya propia. 1c3k48
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Capítulo cuatro ovejas fuera del redil todavía no había llegado el mediodía cuando ferran zo quien se encontraba dando un apacible paseo por el centro de la ciudad portuguesa de braganza miró hacia la ciudadela situada sobre la colina que se alzaba un par de kilómetros y divisó una serie de destellos luminosos procedentes de lo alto de la torre del homenaje que parecían brillar a intervalos regulares sí indudablemente aquélla era la señal que estaba aguardando y entonces a pesar de lo poco que solía hacerlo sonrió al recordar con nostalgia la primera vez que vio la mirada asustada de aquel inocente adolescente que lo ignoraba absolutamente todo sobre las maravillas que le aguardaban ya había transcurrido mucho tiempo desde entonces de hecho llevaba casi tres meses sin verle y sentía mucha curiosidad por ver cómo habría evolucionado desde que huyó de su lado cuando lo hizo le dolió porque se trataba de la primera persona que había elegido para que compartiera con él el nuevo futuro que tan meticulosamente había proyectado pero en el fondo sabía que el joven solamente estaba haciendo lo que debía sabía que por mucho que le doliese debía dejarle marchar para que pudiera darse cuenta por sí mismo de lo que ahora era y sobretodo para que pudiese aceptarlo y continuar adelante sin llegar a odiarle así que consciente de que había llegado el ansiado momento de volver a reunirse con su protegido ferrando se caló el sombrero se abrochó pausadamente el gabán y comenzó a caminar en dirección a la ciudadela mientras que a su espalda una interminable ráfaga de viento recorría las calles y dentro de los edificios millares de brillantes ojos se abrían y un ejército de criaturas infernales comenzaba a abandonar sus guaridas para marchar a la conquista del nuevo mundo camina nada tan enfrascado en sus recuerdos que hasta que no escuchó el sonido de los disparos de advertencia que impactaron a pocos metros de él no se percató de que apenas se encontraba a cien metros de la puerta principal de la ciudadela alto no de un paso más o dispararemos a matar le conminó la voz de uno de los centinelas desde lo alto de la muralla ferrando se detuvo delante de la puerta de la ciudadela y se quitó el sombrero para saludar hola buenos dias caballero creo que eso no será necesario les aseguro que no es mi intención causarles ningún daño o problema eso habrá que verlo quién es usted y qué hace caminando tranquilamente por aquí oh por supuesto respondió ferran zo cruzando las manos y dando un largo silbido de asombro pero primero permítame que le exprese mi sincera enhorabuena me fascina lo bien que han reforzado la muralla después de los últimos ataques que han sufrido y reconozco que han trabajado mucho y muy bien a ver no es que esta sea la fortaleza más grande con la que me he encontrado pero desde luego que es realmente impresionante nunca pensé que en tan poco tiempo pudieran mejorarla tanto qué demonios quiere decir con eso es que ya ha estado usted antes aquí sí bueno en realidad tengo que reconocer que nunca he estado en su interior pero sí que he pasado bastante tiempo a este lado de la muralla y respondiendo a su anterior pregunta me llamo gustavo ferrando y he venido a ver a mi chico manuel así que si me hace el favor avísele de que estoy aquí y dígale que quiero verle le juro por mi madre que no entiendo ni media palabra de lo que me está diciendo reconoció el otro guardia a que manuel se está refiriendo conoce al menos su apellido o algún dato que nos sirva para identificarle o es que pretende usted registremos toda la ciudadela en busca a alguien llamado manuel por supuesto que no puedo decirles que mi manuel es un chico joven de pelo negro supongo que a estas alturas fuerte y muy simpático aunque la verdad es que no puedo garantizar que después de tanto tiempo esto último todavía continúe siendo así de todas formas y por si le sirve de ayuda les diré que puede caminar entre los zombis en realidad se trata de ese al que ustedes llaman el ungido así que ya se encontraran al corriente de que es un poco travieso la verdad es que todo ese teatro que se montó al principio me causó algunos inconvenientes pero finalmente ha merecido la pena ah y además tampoco se lo puedo tener en cuenta porque soy consciente de que en el fondo no han sido más que trastadas de adolescente y ya sabe usted que los jóvenes necesitan equivocarse para aprender espere espere un momento y vamos a ver si le he entendido bien le interrumpió levantando la voz por encima de la suya ha dicho uso usted qué que está buscando al ungido se refiere a nuestro líder si justamente eso es lo que acabo de decir respondió ferrando con una sonrisa glacial llevo mucho tiempo esperando para poder reunirme con él y ahora por fin ha llegado el momento de hacerlo y de resolver unos cuantos asuntos que él y yo tenemos pendientes durante unos segundos ambos
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