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HOMILÍAS de Mons. Munilla
Homilía 02.05.2025 / Viernes de la 2ª semana de Pascua

Homilía 02.05.2025 / Viernes de la 2ª semana de Pascua 1g1t1b

3/5/2025 · 03:58
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HOMILÍAS de Mons. Munilla

Descripción de Homilía 02.05.2025 / Viernes de la 2ª semana de Pascua 6v3n5h

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5,34-42): EN aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó que sacaran fuera un momento a los apóstoles y dijo: «Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con esos hombres. Hace algún tiempo se levantó Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, se dispersaron todos sus secuaces y todo acabó en nada. Más tarde, en los días del censo, surgió Judas el Galileo, arrastrando detrás de sí gente del pueblo; también pereció, y se disgregaron todos sus secuaces. En el caso presente, os digo: no os metáis con esos hombres; soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se disolverá; pero, si es cosa de Dios, no lograréis destruirlos, y os expondríais a luchar contra Dios». Le dieron la razón y, habiendo llamado a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús, y los soltaron. Ellos, pues, salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el Nombre. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando la buena noticia acerca del Mesías Jesús. Palabra de Dios Salmo Sal 26,1.4.13-14 R/. Una cosa pido al Señor: habitar en su casa El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R/. Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R/. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R/. Evangelio Lectura del santo evangelio según san Juan (6,1-15): EN aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea, o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos y, al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman estos?». Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?». Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; solo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda». Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo». Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo. Palabra del Señor 63s14

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Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Viernes de la segunda semana de Pascua. El evangelio es Juan 6, versículos del 1 al 15. Es el relato del primero de los milagros de la multiplicación de los panes, según San Juan. Me quiero fijar en los prolegómenos de ese milagro. Dice así.

Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos, Jesús entonces levantó los ojos y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe, ¿con qué compraremos panes para que coman estos? Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.

Felipe le contestó, doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo. Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice, aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces, pero ¿qué es eso para tantos? Jesús dijo, decid a la gente que se sienta en el suelo. Había mucha hierba en aquel sitio, se sentaron solo los hombres, eran unos cinco mil, y entonces relata el milagro de la multiplicación de los panes.

Hay un prolegómeno, que es la pregunta que dirige el señor a Felipe para ponerle a prueba, ¿con qué compraremos panes para dar de comer a tantos? Es decir, Jesús quiere hacernos caer en cuenta de nuestra impotencia, para luego mostrar su gracia, para luego poder hacer el milagro, pero es importante que caigamos en cuenta de nuestra impotencia, no vaya a ser que ese don de Dios, luego lo estemos atribuyendo a nuestras fuerzas, caer en cuenta de nuestra impotencia.

Y al mismo tiempo, en ese detalle en el que Andrés da el dato de que allá hay un niño, sí, que tiene cinco panes y dos peces, ¿pero qué es eso? Pues ahí también hay un detalle importante, y es que Dios va a mostrar su potencia, su omnipotencia, pero la pequeñez humana que es ofrecida a Cristo, se multiplica por la gracia de Cristo.

Y esto también es una pedagogía importante. Dios utiliza lo pequeño para hacer grandes, grandes cosas. Y esa pregunta con la que el Señor se dirigía a Felipe, ¿con qué compraremos panes para tantos? Sí, por una parte es para hacernos caer en cuenta de nuestra impotencia, pero también es una palabra que nos insta a confiar en la providencia. ¿Con qué compraremos? Pues Dios sabrá, nos ponemos en sus manos. Dios nos dará la gracia de salir adelante, de poder llevar adelante esa tarea que nos supera en nuestras fuerzas, confiar en la divina providencia.

Pero al mismo tiempo, el Evangelio añade el detalle que, para que Dios sobre ese milagro, desde esa confianza nuestra, la divina providencia, y poniendo nuestra pequeñez al servicio del Señor para que multiplique con su gracia nuestra pequeñez, hay un detalle que todo eso tiene que estar hecho en la obediencia a la palabra de Cristo.

Porque ahí el Señor dice, venga, sentaros, traed los panes y obedecen a la palabra de Cristo. Para que todo esto acontezca, es importante, es necesario nuestra obediencia a la palabra de Cristo, para que sea su gracia la que brille y triunfe y sea su gloria la que se muestre a través de nuestra pequeñez. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.

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