Hadoken Rojo #181 - Juegos que esperábamos ver en una consola determinada 452h3e

Hola, bienvenidos, bienvenidas a un programa más de Hadouken Rojo, el número 181, programa
que puede ser una cosa lamentable. De hecho, en este ime que le he dado ahí a comenzar,
el detectivo Muyayo no sé qué cojones ha hecho. Lo ha sacado al patio, es la hora del
patio. Es la hora de la merienda. Por lo menos no está meando o haciendo cosas raras, que
también podría ser porque esté muy... Sí, es hecho de momento. Tío, pero...
Mola, tío, así con la voz en off. Pero nos pasó una cosa, es que el que verdaderamente
va vestido de presidiario está ahí, está en otra cámara, tío.
Claro, es que están cambiados. Ya, lo que pasa es que el problema del ridículo
río este, tío, es que como no debe entender nada de fútbol, tío, no veas que un escudo
grandioso, tío, y no sabe, tío, no sabe. O sea, parece el pintador o el golpeador.
Es que, bueno, te voy a contar un secreto, soy del Barça, para que te metas más conmigo.
Adiós, adiós. ¡Madre mía!
Y será verdad. En cualquier momento te doy al botón y te quito.
A mí me sorprende más que sepa lo que es un balón, tío. O sea, no le pegas nada, tío.
A veces jugaba y... ¿Cómo que no le pega? ¿Cómo que no le pega?
Si tiene edad para... Tengo pinta de portero, tío.
Tiene pinta de no haber disfrutado de las consolas hasta ya entrado en años, porque
no existían en su infancia. Entonces, no tenía otra cosa que hacer que jugar al balón
hecho con trapos, con trapos cosidos, tío. Muy al estilo cárcel, como lo de abajo, tío.
Claro, claro. Yo no sé qué está haciendo... No sé qué está haciendo, tío.
No sé qué está haciendo Muyayer, pero veo cosas. Veo ropa. Espero ver solo ropa y no lo que está debajo.
No sé qué está haciendo, si está cambiando, tío.
En fin.
Es el mejor, tío. Es el mejor. Es que es el mejor.
Que, por cierto, hay que decir que, según parece, no sé muy bien por qué, pero las expectativas
del programa de hoy están muy altas, porque el ridículo Riu ha gustado.
O sea, parece ser que ha gustado bastante y tal, y el pronóstico...
No, no. Espera, espérate, que el que me llega a mí es la hostia.
Es cierto.
Mira, qué modesto. Eso es muy de Hadoken, le pega, eh.
Sí, mira.
Y luego está el Muyayo, que, claro, arrasó en su debut y ahora está por ahí pasando el rato.
Es el mejor, ya está. Yo me rindo al detective Muyayo, tío.
Tenéis seguidores por ahí y me han pedido directamente...
Dicen, métete mucho.
Está muy subidito, tío.
Me han dicho eso, tío.
Está subidito desde que no está Aureal y tiene que haber alguien que le meta caña.
Y me he sentido un sicario. El tío va sin pagarme, tío.
Tío, me pagas, pues bueno, puedo hacer de sicario.
Pero, joder, que quieren que sea como un sicario del retro que venga aquí a meterme contigo sin tornison...
Sánchez Sicario.
Sánchez Sicario, tío.
Sánchez Sicario.
Arancha Sánchez Sicario, sí, perfecto, tío.
Joder, vaya tela.
Pues sí, hombre, a Aureal se le echa de menos por ahí.
Porque le picaba, o sea, costaba.
Porque ya sabes que era un bueno caro, tú no lo conociste.
Era una especie de muñeco, pero ya cuando le empezabas a dar puñetazos,
ya a la quinta o octava batalla empezaba a reaccionar.
Y, de hecho, ya en la etapa final de ciclo, ya me empecé a imitar y todo.
Bueno, imitar, ponía una voz diferente a la suya, pero no sabíamos muy bien a quién imitabas.
Pero era muy divertido, era muy divertido.
Sí, sí, era bastante gracioso.
Y, mientras tanto, el muyallo, yo no sé si se ha pirado, o sea, ha hecho...
No sé qué está pasando.
O sea, yo estoy esperando a que se me presente en plan performance.
Ah, bien, perfecto.
Dios, que va a hacer performance.
Bueno, bueno, bueno.
A ver, don detective, hoy no va a haber medallas suficientes para este pavo, tío.
A ver, don muyallo, por cierto, ¿no se conoce el muyallo y Évil Ridículo?
O sea, puede ser tremendo el asunto.
Una combinación explosiva.
Pero bueno, por favor, que entre muyaller.
A ver, le damos...
Creí que ibas a hacer algo especial.