Guerra de Brujas, un relato de Richard Matheson (con música) 2n6p7

Órbita raquis presenta brochas de richard más son siete chicas bonitas sentadas en fila noche la lluvia cántaros tiempos de guerra dentro calidez confortable siete chicas apretadas cantando una placa en la pared centro te manda el cielo se aclare la garganta con truenos recogiendo y dejando caer y los relámpagos desde sus hombros inconmensurable la lluvia manda callaran mundo hace que los árboles hagan reverencias picotear a la tierra un edificio cuadrado bajo con un plástico en la pared dentro el zumbido de la charla de siete chicas bonitas así que le dice no me vengas con esas don perfecto y el técnico y yo le dije si oscuro que me alegraría cuando todo esto acabe en mi último permiso ni un sombrío monísima lo que daría por poder ponérmela tú también nos mete con este tiempo no de ellas y arreglarse el pelo por qué no nos dejan acabar con él hombres ponen mala siete gestos siete posturas siete risas y negando bajo los truenos dientes asomando en carcajadas de checa menos incansables imitando cuatros en el aire centro de mando checas siete bonitas ninguna mayor de dieciséis años ritos coletas flequillo los labios como vinos sonriendo produciéndose forma emociones con sus emociones ojos joven existente gigantes recogiendo respiran descienda estrecharlo se ríos calientes siete cuerpos jóvenes y sanos inquietos sobre sillas de madera suaves extremidades adolescentes chicas chicas guapas siete un ejército de hombres pedidos y amor foz tambalea antes en el barro avanzando a tientas por la carretera lycra y llena de barro un día madres cántaros cayendo sobre cada uno de los exhaustos hombres sonido capote ante de grandes frutas un tienen dos en el barro amarillento y marrón desmenuzado tango goteo de tacones y suelas hombres pesados centenares tapados abatidos deprimidos estos como viejos mandíbulas gustas abiertas al aire libre y húmedo lenguas caídas ojos hundidos mirando la nada revelando y nada descanso que se den en el bando que se sobre sus mochilas vistas echadas hacia atrás bocas abiertas que debía no dientes amarillos humanos fin móviles montones descarnado de carne y huesos piernas sin movimiento pedazos de madera calificar comida por los gusanos