Escuchela entrevista del programa A tiempo de Unión Radio 544ns

Siete, cuatro minutos, Luis Enrique Gavassut. Extraño tu presencia, como decíamos en el COVID, la presencialidad física tangible aquí en el estudio. Muy respetado y querido economista, investigador de ciencias sociales. Pero esto es echando broma, Luis Enrique, porque contar contigo de cualquier manera siempre es un plus para nosotros. Buenos días.

Caramba, muchas gracias, Eduardo. El honor y el placer es todo mío.

Gracias, Luis Enrique. ¿Cómo le entramos a este tema? Ajuste de precios, tal como está la economía, qué decisiones habría que tomar, qué tan viable en este escenario donde estamos actualmente.

Sí, correcto, Eduardo. Bueno, sabes que se han sumado una serie de presiones inflacionarias sobre la economía y ya todos sabemos lo peligroso, lo riesgoso que eso representa para el país. Entonces es importante que el Ejecutivo Nacional conserte o trate de consertar de alguna manera una serie de medidas, de políticas que permitan mitigar esas presiones inflacionarias, siendo la principal de todas, obviamente, la caída de la disponibilidad de divisas, de ingresos fiscales en divisas para el gobierno, para el Estado en general, producto de la situación que para nadie es un secreto, para todos conocida, de la nueva actitud que ha asumido el presidente de los Estados Unidos en su nuevo mandato en relación con la istración anterior, o en comparación con la istración anterior del presidente Biden, de máxima presión sobre la economía venezolana.

Entonces, en ese sentido, se dificulta el ingreso de divisas y naturalmente se le complica al Banco Central de Venezuela poder mitigar las presiones devaluacionistas, depreciacionistas de nuestra moneda, y eso hace que sea difícil controlar la inflación. Así que es necesario, aparte de otras medidas que toma el gobierno, como mantener, por supuesto, el encaje legal bancario en los niveles que los tiene, tratar de continuar en la medida lo posible con las intervenciones cambiarias del Banco Central de Venezuela para alimentar la oferta de divisas del mercado cambiario.

Y, bueno, mientras toda esta situación se soluciona y las colocaciones de PDBs en el extranjero se facilitan, pues es necesario tratar de concertar con el sector privado, con las principales cadenas formadoras de precios en la economía venezolana, sobre todo las de naturaleza importadora, o las que dependen sustancialmente de importaciones, para tratar de llegar a un acuerdo de estabilización de los precios, o por lo menos de no una escalada tan pronunciada en los precios en general de los bienes y servicios en la economía. Ahora, profe, fíjese, el uso de los términos incluso hasta se complica, porque mucha gente entendió que este ajuste de precios, o precios acordados, podría abrir la puerta a lo que vimos en algún momento, control de precios. ¿Esa política podría estar latente, o es una experiencia que ya no se pudiera volver a repetir en el país? Yo descarto el control de precios en Venezuela, porque primero no está dentro de lo que es la política económica y la visión económica actual que tiene, digamos, la visión de la gama posible de herramientas de política económica que tiene el gobierno o el ejecutivo en su horizonte.

Esto cambió mucho a raíz del programa de estabilización y crecimiento económico instrumentado en el año 2018, y desde entonces la visión se ha modificado. Se trata más de concertar, de engranar, de trabajar coordinadamente con el sector privado, más que de una visión de controles estatales forzosos que lamentablemente en la economía venezolana y en la sociedad venezolana se dificultan, porque el Estado no tiene las estrategias ni las herramientas a su alcance para poder realmente hacer valer unas medidas de autoridad en la economía, como sí existen otros países que tienen sistemas institucionales mucho más fuertes, con herramientas mucho más...