Ep.76 PROFESOR EXIGENTE. ¿Mejor que el flexible? 1u2l57

Bienvenida, bienvenido al podcast Actuando. Soy Antonio Tolmos, pianista y comunicador, y vengo a hablarte de música, de arte y de comunicación. Hoy, en el episodio 76, hablaremos de profesores. ¿Un profesor exigente es mejor que un profesor más flexible? Como siempre, no intento dar soluciones, sino crear reflexión, crear debate, crear pensamientos. Y que siempre estaré atento a vuestros comentarios, que podéis dejarme en Instagram o en cualquiera de las plataformas que estéis escuchando este podcast. Y amigo inseparable, mi piano, tocando siempre en directo, una de las obras, una de las canciones mías que tengo publicadas en los ya 16 trabajos discográficos. Y hoy he elegido esta, que mirando, mirando, la publicación es del CD Silensis del año 2001 y se titula Cielo claro. Y me va a servir de fondo musical mientras estoy explicándote el contenido de este episodio 76.

Y quizás el título Cielo claro nos pueda aportar cierta claridad al tema. Un tema que me consta que es un tema recurrente muchas veces en el mundo de la pedagogía, en el mundo de la educación, sobre el papel del profesor, de la profesora, el rol. Y muchas veces tenemos esa duda si es mejor un profesor exigente que no se exija mucho, pero que sea poco flexible, de marque bastante con su autoridad. O bien preferimos un profesor que sea menos exigente, es decir, que se adapte más, que busque quizás otro tipo de comunicación con sus estudiantes, pero que a lo mejor esa menor exigencia pueda repercutir en un menor resultado. Cuando hablamos de flexibilidad en la educación, se trataría de poder pensar que les ofrecemos a los estudiantes la posibilidad de elegir cómo, el qué y dónde, cuándo y con quién participan en sus actividades de aprendizaje.

Es decir, que el alumno pueda marcar un poco de qué manera quiere aprender. Sin alargarme mucho, te remito al episodio 50 en donde hablé del BAC, del BAC con V. V, A, K, que son los estilos de aprendizaje, el visual, el auditivo y el kinestésico. Pero más allá de estos estilos de aprendizaje, muchas veces es el profesor o la profesora quien marca de qué manera va a llevar a cabo su comunicación, cómo va a comunicar a los alumnos y de qué manera pretende que aprendan. En todo caso, el que sí podemos coincidir es en qué habilidades debe tener un buen docente. Y para ello, un buen docente debería tener un aprendizaje continuo y ser humilde. Siempre hay algo que aprender, siempre hay algo que podemos indagar para aumentar nuestra sabiduría. Y cuantas más cosas sepamos, mejor podremos transmitir a nuestros alumnos el mensaje exacto de lo que queremos transmitir.

Un profesor, un docente, una maestra debe saber escuchar, debe ser empático y debe tener la creatividad como esa fábrica continua de nuevas estrategias. Por tanto, ya con esta descripción sí que podríamos decir que un profesor debe ser flexible, debe adaptarse, debe ser perseverante y sobre todo no perder nunca el sentido del humor. Y en definitiva, tener amor, tener pasión por lo que está haciendo por su profesión, por el arte de enseñar. Con estas descripciones, como os decía ahora, quizás mi primera reflexión sería que sí, que es mejor un profesor, una profesora flexible ante uno que sea más exigente y que no quiera moverse de sus maneras tradicionales, que muchas veces son esas maneras con las que él aprendió y que recibió de sus profesores. Pero existe esa pregunta de ¿por qué dicen que los profesores exigentes son mejores que los profesores exigentes?