Entrevista en Aladetres (El demonio existe y tiene un plan) 443839

El demonio siempre tiene un plan de empeorar las cosas.

Siempre detrás de un mal está buscando el siguiente.

¿Cómo saber qué es obra del demonio? Detrás del pecado siempre hay un endiosamiento.

Mi placer, mi riqueza, mi poder.

El placer acaba en la nada, la riqueza es la que sirve.

Y el poder siempre viene a alguien que te humilla.

Detrás de esos falsos endiosamientos, ¿qué es lo que viene? La desesperanza.

¿A usted ha visto al demonio? Si el mundo viese esto, ¿de qué manera reaccionaría? La acción de Satanás puede llevar a la fe o puede llevar a los brujos.

La Iglesia está llamada a caminar en medio de las aguas que le toca vivir en cada momento.

La manera de desarmar al maligno es la humildad que nos hacen mendigos de la misericordia.

Yo no pienso como tú, pero daría mi vida para que tú puedas seguir pensando como piensas.

Eso era lo progresista en aquel tiempo.

Y hoy en día, si tú no piensas como lo políticamente correcto, eres cancelado.

Se enarboló la bandera de la libertad como una estrategia para alcanzar un poder.

¿A ti qué te configura en tu vida? ¿El cristianismo que te empapa, que te configura en tu pensar? ¿O a ti lo que te configura es mi nación? Estamos hablando de una guerra entre cristianos ortodoxos de la misma religión.

¿Por qué decide seguir la llamada de Jesús? Dios tiene un plan y un designio maravilloso para cada uno de nosotros.

Cuando al profeta le echa en cara a David, te das cuenta que has matado a un hombre de bien por quedarte con su mujer.

¿Cuál fue el gran don de David? Pues coger y decir, la gloria de Cristo se manifestará.

Y al final todo el mundo, toda rodilla, proclamará Jesucristo es Señor para la gloria de Dios Padre.

A la D3.

Monseñor Munilla, ¿estamos en plena guerra espiritual? Bueno, eso ha sido así.

Eso ha sido así desde el inicio de esa rebelión que aconteció en los cielos cuando aquellos ángeles se revelaron contra Dios.

Y eso ha sido así, especialmente desde que ellos, esos ángeles fueron derrotados por por Jesucristo, quien manifestó precisamente quién era él con su poder de someter a los demonios, que fue uno de los signos claves para revelar quién es Jesucristo.

Si estamos en, estamos en batalla, estamos en guerra espiritual y hay aquel, hay de aquel que no sea consciente de ello.

Hay de aquel que diga yo no me meto en batallas, yo no me meto en guerras.

Pues porque sin darse cuenta está siendo ya subyugado, está siendo subyugado.

Decía San Agustín que de dos formas persigue el maligno al mundo.

Una es intentar seducirlo, seducirlo.

O si no lo consigue, pues amedrentarlo y perseguirlo.

Habrá muchos que piensen que ellos no participan de esa batalla, de esa guerra, pero posiblemente sean los que estén más sometidos, sometidos a esa estrategia del maligno.

Sí, estamos en guerra.

La vida es milicia.

La vida es milicia, que decía el famoso libro de Tomás de Kempis.

La vida es una gran batalla y tenemos que darla y tenemos que enfrentarnos a ella.

Dice el salmo, fiado en ti, me meto en la refriega.

Confiado en Dios, asalto la muralla.

Es un salmo que tiene plena consciencia de que estamos en esa gran batalla y tenemos con confianza, con la confianza en que no estamos solos, tenemos que emprender esta batalla.

Y es una batalla que ya está ganada.

Es una batalla que está ganada, está ganada en Cristo.

Pero es verdad que el que te creó sin ti no te salvará sin ti.

Y entonces esa victoria de Cristo tiene que ser libremente acogida por el hombre.

El Señor quiere amigos, quiere que nuestra relación con él sea en amistad, sea libremente acogida.

Sí, esa victoria está ganada en Cristo, pero tiene que ser acogida libremente por cada uno de nosotros y tenemos obviamente que dar junto con Cristo, dar esa batalla.

Monseñor, ¿usted cree que los católicos, las personas que creen, son conscientes de esta batalla o esta guerra? A ver, posiblemente aquellos que aman la tradición, aquellos que aman la Sagrada Escritura, aquellos que tienen conciencia de toda la riqueza de los santos, de toda la enseñanza espiritual en estos 2000 años, son conscientes de ella.

Porque la revelación, la tradición, les abre los ojos.

Ahora bien, aquellos otros que sí tienen un cristianismo sociológico, más o menos se auto-identifican como de raíces cristianas, pero no están apegados, en el buen sentido de la palabra, no están apegados a la Escritura, a la tradición, etc., pues posiblemente...